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Santafesinas subcampeonas: la lucha le ganó a la adversidad

Hace seis años que el selectivo santafesino no participaba del Torneo Nacional de Ligas, y estas guerreras lo hicieron posible. Y si alguien dudaba de ellas, volvieron de La Rioja con un subcampeonato, demostrando la fuerza y el corazón que tienen nuestras jugadoras. Pero no todo es gloria en esta historia: la cancha estuvo más que embarrada.

Foto: La Diez

Santa Fe no pudo contra un duro selectivo de Chaco y cayó 2 a 0 en la final del Torneo Nacional de Selecciones de Ligas disputado esta última semana de noviembre en La Rioja. Pero lo único complicado no fue Chaco para las jugadoras: la organización también. La semifinal se jugó el miércoles por la mañana y, horas después, el mismo día, el último partido que coronaba a las campeonas, con una jornada calurosa infernal y el agotamiento físico que genera cualquier partido de fútbol. ¿Viste a algún equipo de varones jugar dos partidos en el mismos sin tiempo para descansar? Claro que no.

Las condiciones no fueron otorgadas ni antes ni durante la competencia. Es más, mucha gente creyó que el selectivo de la Liga Santafesina no iba a viajar a disputarla. Pero lo consiguió. Y como siempre, la lucha es de las pibas. Si ellas no ponían el cuerpo, la mente y el alma en este objetivo, nada hubiera sido posible. Primero, dejando atrás a sus rivales de la zona, Paraná y Rosario. Y luego, teniendo que vender combos de pastas para juntar el dinero, y lidiar con dirigencias ausentes que carecían de comunicación e información. Y si, el #ModoPiba del fútbol femenino llena de orgullo a cualquiera, pero necesita que cuanto antes AFA, ligas y clubes comiencen a pensar con seriedad en el fútbol femenino, cuidando a las jugadoras, generando los recursos para el crecimiento de esta disciplina deportiva y que ellas solo ocupen su rol: entrenar y jugar. Porque el agotamiento de tanta lucha desgasta.

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La falta de información, un gol en contra

La Ley Nacional Deportiva Nro 20.596 dice que le deportista "que como consecuencia de su actividad sea designade para intervenir en campeonatos regionales selectivos, dispuestos por los organismos competentes de su deporte en los campeonatos argentinos para integrar delegaciones que figuren regular y habitualmente en el calendario de las organizaciones internacionales, podrá disponer de una licencia especial deportiva en sus obligaciones laborales, tanto en el sector público como en el privado, para su preparación y/o participación en las mismas". Sin embargo, muchas jugadoras se privaron de vivir este sueño por no poder abandonar sus espacios laborales. Y las que viajaron, hicieron hasta lo imposible acomodando sus días de trabajo. ¿Pero conocían esta ley? ¿La conoce la Liga Santafesina? ¿Se le informó a las jugadoras sobre la existencia de la misma?

Una de las grandes trabas que el fútbol femenino padece, es la falta de comunicación entre las futbolistas y quienes están arriba, los que toman las decisiones. Parte de la formación es conocer todo lo que hay detrás de la organización y reglamentación de un evento deportivo, y los beneficios que las disciplinas poseen en nuestro país. Porque la poca ayuda que podrían tener, también está invisibilizada por la falta de información.

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Las guerreras tienen nombre y apellido

Quienes viajaron a jugar el Torneo Nacional de Selecciones de Ligas fueron las jugadoras: Fabiana Díaz (Deportivo Santa Rosa), Mariana Ferraris (El Quillá), Lucía Roca (Unión), Rosalía Ruiz Díaz (Alvear), Caren López (El Quillá), Alejandra Hass (Colón), Gabriela Pucheta (Independiente), Mailen Hermann (Unión), Sofía Retamar (Deportivo Santa Rosa), Valentina Ponce Moll (Unión), María Cecilia Ojeda (El Quillá), Yanina Hoffteter (El Quillá), Brisa Gallo (Unión), Laura Gómez (La Salle), Lía Escobar (Unión), Daiana Sosa (Alvear), Aldana Villalba (El Quillá) y Milagros Arias (Las Flores).

Para que puedas sentirlo desde su propia piel, Periódicas habló con algunas de las futbolistas que viajaron a La Rioja. Porque para que esta historia se escriba, es mejor que la escriban ellas.

Lía Escobar, jugadora de Club Atlético Unión

"Resignar exámenes, horas de estudio y días de laburo por esta competencia nos sirvió para darnos cuenta de que las instituciones que supuestamente fomentan y quieren enriquecer al fútbol femenino (sobre todo las ligas del interior), están muy lejos de hacernos creer que hacen bien su laburo. Nos encontramos con un lugar donde convivimos seis días con varias delegaciones y se caía a pedazos. No teníamos almohadas, los colchones eran como un papel, el agua salía de a poco y a veces no salía caliente. Desayunamos facturas y bizcochos, y como deportistas necesitábamos nutrirnos con otros alimentos. Más aún, la Liga de San Nicolás había llevado aire acondicionado portátil, bidones de agua con dispenser, packs de gatorade, botellas de agua mineral, frutas y cereales, porque ya sabían donde iban a hospedarse puesto que ya habían frecuentado dicho lugar. Elles si llegaron a La Rioja preparades para las adversidades.

Nos hicieron jugar una semifinal y una final el mismo día, con 40 grados. Una de las canchas donde jugábamos era tierra y pasto distribuido por sectores y la pelota que picaba para todos lados. ¿Cómo no te va a dar bronca jugar en esas condiciones? Eramos Selecciones en plena competencia, jugadoras que nos venimos bancando las diferencias en todos los sentidos y mínimamente en semejante torneo esperábamos "algo mejor”. Ninguna dirigenta del Consejo se nos acercó a preguntar ni siquiera como estábamos las jugadoras. ¿Así se interesan? Parece que formar parte de una lista de Selección no es un premio, es un padecimiento, porque así lo vivimos con mis compañeras de Santa Fe. Tanto así, que estuvimos al borde de bajarnos de la ilusión y dejar toda la lucha en la mesa. Por suerte, el grupo no se quedó atrás y nos abrazamos al proceso que veníamos haciendo, analizando todo lo que nos costó llegar a esta instancia, y así fue.

Levantamos cabeza, aunque nos enojamos porque nadie nos apoyó, ni Liga, ni AFA, ni la provincia, pero para la foto siempre están llevándose el merito. Fuimos relegadas, sobornadas, despreciadas y seguimos de pie. Después de seis años que la Liga Santafesina no participaba del Torneo Nacional de Ligas, nosotras nos hicimos cargo de llevarla a lo más alto, demostrando que tenemos una gran calidad de jugadoras en nuestra ciudad. Y por este motivo, estoy convencida de que marcamos un camino para las que vendrán. Por eso no bajamos los brazos, por eso decidimos hacernos cargo nosotras de seguir poniendo el cuerpo y la mente para demostrarle a la gente mediocre que este grupo y esta selección no iba a perder el primer partido de entrada, sino que merecíamos llegar a la final. Así fue.

Nos llevamos un grupo humano hermoso, hermanado, de distintas personalidades que ante las adversidades sacaban sonrisas para que la realidad duela un poco menos".

Jugadora Lía Escobar. Foto: La Diez

Laura Gómez, jugadora de La Salle

"Desde el principio la Liga estuvo ausente. Tuvimos que comprarnos la indumentaria nosotras, inclusive las medias. A la hora de viajar nos dijeron que no tenían el dinero para afrontar el viaje y nos preguntaron que si no podíamos pagarlo nosotras y que sino, se llamaría a otras chicas que si pudieran... Y que si queríamos 'colaborar' teníamos que vender combos de pizzas y ellos veían si conseguían alguna 'ayuda'. Al final, vendimos los combos y no pusimos plata porque logramos cubrir todos los gastos con algunos sponsors que la Liga consiguió.

Llegamos a La Rioja y no era un hotel como AFA había dispuesto para nosotras, sino un polideportivo con 'pabellones' para 20 personas. Nunca incorporaron al desayuno cereales, tostadas o frutas, como sería ideal que desayunemos siendo futbolistas.

Rescato como positivo la predisposición del equipo y cuerpo técnico (vale aclarar que a ellos la Liga no les paga un sueldo y algunos hasta tuvieron que pagar su estadía en La Rioja). Estoy feliz de haber conocido a mis compañeras, de las cuales aprendí mucho y con quienes nos hicimos fuertes en la adversidad, y por eso llegamos hasta donde llegamos. Pero creo que no hay que romantizarlo y tienen que salir a la luz las falencias de los dirigentes que muchas veces están presentes sólo para la foto".

Jugadora Laura Gómez. Foto: La Diez

Alejandra Haas, jugadora del Club Atlético Colón

"Lo que me llevo de esta experiencia vivida en La Rioja es el grupo humano de jugadoras. Nos fuimos conociendo poco a poco, afianzándonos, a pesar de ser un equipo súper diverso en cuanto a la proveniencia de clubes, y ser 'eternas rivales'. Todo fue horizontalidad, no hubo 'estrellitas', nos decíamos familia y así funcionamos durante los días en que transcurrió el torneo. Así como no se puede escindir a la deportista de la persona, funcionó el equipo futbolísticamente, confiando, creyendo y apoyándose en la del lado, en la del banco, en el cuerpo técnico.

Tuvimos trabas que nos desilusionaron, más que nada económicas. Nos invitaban a no creer que era posible realizar este viaje y casi al límite de tiempo se logró. Llegando lejos, aunque nos duela la derrota de la final, satisfechas de haberlo dejado todo.

No hay otra palabra que no sea orgullo cada vez que hablo de este proceso, orgullo de las pibas y de les que siempre estuvieron, bronca y un 'te dije que podíamos' para les que no.

Demostramos que en Santa Fe las pibas jugamos al fútbol con fortaleza, convicción y corazón. Fuimos por todas, por las de antes, por las que no pudieron viajar y por las que vendrán. Estamos escribiendo la historia y estamos convencidas de que no vamos a dar ningún paso atrás. Esta lucha es ir por más, como lo hicimos, todas juntas".

Alejandra Haas. Foto: La Diez
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Daiana Sosa, jugadora de Club Alvear

"Fue una experiencia muy linda, con personas maravillosas que me hicieron pasar unos días geniales. Siempre nos encontramos unidas, luchando contra todas las trabas que nos pusieron en el camino, sabiendo salir adelante. Así fue que llegamos a La Rioja, para dejar a Santa Fe bien arriba, abriendo el camino para nuevas generaciones y para que todo esto que nos pasó a nosotras no vuelva a suceder.

Fueron días cargados de emociones, compañerismo y también de tristeza por no haber logrado el primer puesto que tanto queríamos. Pero el fútbol es así, se gana y se pierde. Creo que hubiese sido distinto si no se jugaban partidos tan seguidos, con altas temperaturas y muy pocas horas de descanso, deja mucho que desear la organización para el fútbol femenino. Pero me quedo con lo positivo y la lucha de todas las pibas para que esto en un futuro no vuelva a pasar.

No logramos poco, metimos a Santa Fe en una final, después de 6 años que no participaba. Para mis compañeras y profes, no tengo otra palabra más que 'orgullo'".

Jugadora Daiana Sosa. Foto: La Diez

La lucha continúa

Festejar los logros pero visibilizar las injusticias es lo que no vamos a dejar de hacer si amamos la redonda. El fútbol de las pibas ya no tiene espacio para la venta de humo; necesita gente capacitada para los roles que ocupa, ganas de seguir trabajando y un profesionalismo federal. Porque Santa Fe trayendo un subcampeonato demostró la calidad de jugadoras que hay en nuestra ciudad y marcó un camino de crecimiento que tan solo está comenzando. Y no solo eso: construyó una hermandad de dieciocho jugadoras que unirá a todas las futbolistas de la Liga Santafesina para un #ModoPiba aún mejor.

Selectivo Santafesino
Foto: La Diez

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