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Existencias lésbicas: Virginia Cano

Virginia Cano es activista lesbiana y feminista, docente y filósofa. Escuchar y leer a Cano es amigarnos con nuestra fragilidad, con las contradicciones y fracasos. Aprender otras maneras de afectación. Habitar el no saber. Hacerle lugar al sentir desde la ternura.

Virginia Cano nació en Quilmes, provincia de Buenos Aires, en 1978. Publicó numerosos artículos en revistas y libros, tanto académicos como de difusión, en medios locales y extranjeros. Es autora de Ética tortillera (Madreselva, 2015); autora y compiladora de Nadie viene sin un mundo (Madreselva, 2018); Nietzsche (Galerna, 2015) y co-autora de Vidas en lucha, conversaciones con Judith Butler (Katz, 2019).

Escuchar y leer a Virginia Cano es amigarnos con nuestra fragilidad, con las contradicciones y fracasos. Aprender otras maneras de afectación. Habitar el no saber. Hacerle lugar al sentir desde la ternura.

En marzo de 2020, en el auge de la pandemia comenzó a escribir Borrador para un diccionario del desacato, serie que fue publicando en formato de video en su cuenta de Instagram. Como ella misma enuncia, “Escribir un borrador para un diccionario, como lo hicieron Wittig y Zeig, para atizar nuevos significados en palabras viejas, e incluso para intentar “desmontar la lengua del mandato [y] criar la lengua del desacato”[...] Lengua del desacato, a la cual denomina la "Lengua Lesbiana", como una manera comunitaria de vivir con otres, por fuera de la lengua que nos han enseñado hablar (la lengua mayoritaria).

“A”: Amar:

El desafío parece ser éste: hacer del amor, no una tecnología de disciplinamiento y segregación, sino “el motor del cambio”, como escribió Lohana Berkins en una de las cartas de amor más bellas de nuestra literatura insumisa. Practicar otras maneras del erotismo, del cuidado, del tejido de redes, de la vida en común, por fuera de las lógicas familiares y nucleares que cercenan nuestras potencias afectivas y políticas. Amar como un modo de interrupción del hetero-cis-capitalismo, como una manera de desmontar su pedagogía sentimental y sus sutiles técnicas de aislamiento. Amar más allá de la lógica del contrato matrimonial y heterosexual, escapando de los pobres libretos culturales asignados a cada une de nosotres. Amar como lo hacen las amantes de Wittig y Zeig, fugando de los contratos sociales aprendidos. Amar de modos distintos a como lo dictan la moral, las costumbres o las instituciones, como nos seducía Foucault, para así ampliar los matices y los territorios de la amorosidad.

En definitiva, Cano nos propone hacer otra cosa con la educación sentimental recibida, otras formas de vincularnos para habitar el mundo y hacer del mundo un lugar habitable. Apropiarnos de todo eso que se supone que nos tiene que generar dolor y vergüenza y hacer algo distinto. Virginia viene a desandar todas esas ficciones que no nos permiten otra imaginación afectiva erótica posible.  Ahí es donde interviene creando ficciones tortilleras que nos abren a otras experiencias posibles. Que nos abren la cabeza y el afecto. Que nos abren a pensar, lo que ella llama, "gradientes de afecto".

Nos deja una gran pregunta que engloba gran parte de su pensamiento ¿Qué desacatos podemos pensar que permitan una articulación de lo colectivo?

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Edición video: Juliana Barrientos
Edición audio: Belén Degrossi