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#7M: "Cada generación necesita gente en la que mirarse"

Foto: Gisela Curioni
¿Qué tan necesario es hablar de "visibilización" en pleno 2024? En un nuevo Día de la Visibilización Lésbica, Periódicas dialogó con la comunicadora social y torta transfeminista Cristina Schwab acerca del rol que cumple la cultura pop en la formación de nuestras identidades, y de algunos de los debates que todavía tenemos abiertos. ¿En qué espejos pudieron mirarse las niñas que fuimos? ¿Y las de ahora?
Belén Degrossi
Autora: Titi Nicola │CC BY-SA 4.0

Desde hace 14 años, cada 7 de marzo  se conmemora en nuestro país el Día de la Visibilidad Lésbica, en memoria de la compañera Natalia "Pepa" Gaitán, quien fue asesinada por Daniel Torres, el padrastro de su novia, en Parque Liceo, un barrio de la periferia de la ciudad de Córdoba.

Pepa tenía 27 años, era hincha de Belgrano de Córdoba, al decir de su mamá de chiquita "prefería usar bombachas de gaucho antes que pollera". Su asesino fue condenado a 14 años de prisión, y los fundamentos de la sentencia hicieron referencia a "la discriminación por orientación sexual". Hoy, lo llamamos por lo que es: un crimen de odio. De lesbo-odio, para ser más específicas.

La vida de Pepa, más que su muerte, nos invita año a año a revisarnos. Quizás en nuestros nichos, nuestros círculos sociales más cercanos o los espacios amables en los que transitamos, pueda parecernos redundante e innecesaria la discusión sobre la visibilización de otras experiencias y existencias posibles. La realidad indica, lamentablemente, que esto no es así, y que no sirve pensarlo como un gesto único, acabado: esa visibilización debe darse constantemente, como ejercicio cotidiano.

"Visibilizar para mí es mostrar que hay una diversidad de maneras de vivir, de existir y de encontrarle la vuelta a ese vivir en el mundo. Y esa visibilización es primero con una misma y después con la otra gente", dice Cristina Schwab, comunicadora social y torta transfeminista de Paraná. Para Cristina, ese gesto de hacer visible lo invisible es, además, un espejo: "sigue siendo importante porque cada generación tiene que volverse a encontrar. Sobre todo en tiempo, en donde pensábamos que los derechos ya estaban de alguna manera más instalados y hay que salir a defenderlos otra vez. Yo siento que cada generación tiene que volverse a encontrar con gente en la que mirarse, personas que tienen una vida, que son felices, que tienen amores, que tienen laburos... espejos donde mirarse, referencias, en el sentido de entenderlo como un camino posible. Yo pienso en la niña que fui que no sabía en quién mirarse".

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Existencia

La maquinaria que instala a la heteronorma como el único horizonte posible cuenta con muchos fusibles, más viejos que el viento, que prueban generación tras generación su eficacia. No podemos ser algo que no sabemos que existe. Esto sonará a verdad de perogruyo, pero en la práctica a veces no es tan fácil de ver: nuestras experiencias y sensaciones son validadas o no por el último reggeatón de turno, la serie que compartimos con nuestras mamás, las charlas que tenemos con nuestros compañeros de trabajo o los libros que descubrimos casi por casualidad.

Para Cristina, ese bombardeo de información es uno de los ejes de discusión más importantes: "En este tiempo, más todavía que antes, me parece que el rol de los consumos culturales es crucial. Sobre todo porque pueden alentar o desalentar la repetición de los modelos de los que veníamos tratando laboriosamente de desmontar. Esos consumos culturales ofrecen repertorios de vidas y mundos posibles y maneras de encontrarnos a nosotras mismas en el mundo. Pienso en lo que fue para mí, ahora de grande, ver la serie "Heartstopper" que estaba basada en un cómic, una transposición de lenguajes maravillosa. Ese amor adolescente me hizo conmover profundamente porque yo siento que ver ese explorar de la afectividad y de la amistad y del amor y sus límites difusos me pareció precioso. Pensé que si hubiera tenido algo así, un espejo así donde mirarme y entender que esta vida es posible, hubiera sido fantástico".

El ingreso de ciertas narrativas a la cultura "mainstream" puede entenderse como una victoria. Hemos logrado, a fuerza de ser espectacularmente pesadas, que las historias comiencen a diversificarse un poco. La pregunta ahora es, ¿sirve? O, más bien, ¿alcanza sólo con eso? ¿Qué historias estamos contando y cuáles son las que nunca llegan a ser letra de canción, trama de novela, capítulo de una serie?

Marcha del orgullo en San José del Rincón, 2021. Autora: Gise Curioni

¿Quiénes piensan los productos culturales para nosotras?

Hay cierta repetición también de los estereotipos: sólo algunas historias entre lesbianas se cuentan, repetidamente y hasta el hartazgo. Y son, usualmente, las que no incomodan. Como una especie de "Robin" para el "Batman" de las parejas héteros, un complemento para la narrativa principal en el que vemos a dos mujeres replicando (a veces, grotescamente) las lógicas estéticas y afectivas de las parejas heterosexuales. En criollo: lesbianas que no están escritas ni por ni para lesbianas.

Para Cristina, ahí hay un punto a trabajar: "¿Cómo nosotras podemos participar en la narrativa de nuestras propias historias y propia construcción de visibilidad para desmontar esos estereotipos? Pienso en las fotógrafas feministas y las coberturas colaborativas de las marchas y activismos, también mostrarnos en ese sentido, sabiendo que no tenemos que encajar a las expectativas de nadie. En el sentido de que no voy a salir con una vela en la cabeza para que la gente sepa que soy torta, pero sí entender que mi existencia es lesbiana, se me note o no, o cumpla o no las expectativas o no. Esa representación es necesario construirla y va a tener que salir de nosotras mismas".

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Historizarnos

El trabajo de visibilización es también importante hacia el interior del colectivo de mujeres. Cristina entiende que "todavía hay que reponer que muchas de las luchas como el aborto son imposibles de historizar sin la presencia de las lesbianas. Ese ejercicio, primero de memoria histórica o de reposición de la historia activista, me parece importante. También para mostrarle a las mujeres cis o a las mujeres heterosexuales que se puede construir una vida que no sea siendo 'lo otro' del varón, que yo creo que es el movimiento fundacional de otra manera de existir en el mundo. En este, nuestro ser tortas fugitivas del heteronorma, no todas llegamos a fugarnos del todo. Lo hacemos de distintas maneras, con diferentes niveles de éxito"

La activista explica que "ofrecemos una construcción de los afectos y de las vidas propias, mucho más cercanas del 'cuarto propio' que decía Virginia Wolf (ella en el sentido de la producción intelectual, pero yo digo en el sentido de la producción de nuestras propias vidas). Podemos construirnos otras herramientas, y los procesos de amores y amistades son más difusos, menos tajantes en términos de lo que se piensa en el heteronorma. Eso permite que se experimenten nuevas formas de relación, donde lo cruel no tenga lugar. La heteronorma y la heterosexualidad tienen un componente de crueldad muy grande, que nuestros tipos de vínculos intentan desmontar, porque lo hemos vivido en nuestras propias carnes. Me parece un gesto hacia el interior del movimiento de mujeres, que podríamos ya dejar de ser de 'mujeres y diversidades' para nombrarnos: mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binarias".

Aunque la realidad política y social parece volverse cada vez más adversa, Cristina entiende que las herramientas para hacerle frente están al alcance la mano: "Estamos asistiendo a un incentivo de lo cruel, inclusive desde nuestros propios espacios progresistas, y los gestos tiernos son más importantes que nunca. Siento que las comunidades de lesbianas tenemos una mano extendida hacia la ternura en  la gestión de lo cotidiano y de la compañía y de la construcción de cercanía que al mundo le viene muy bien y que somos muy necesarias. Eso más como una intuición que como una certeza".

 

Activismo en Paraná

Este 7 de marzo, en Paraná, se proyectará el documental "La mala reputación", que "fija una lupa sobre la representación de las lesbianas en los productos de ficción que se emitieron en la televisión argentina desde 1992 a 2014 en canales de aire". La cita es a las 19 horas en la Plaza Alvear, donde además habrá micrófono abierto, pañuelazo y un besazo. La consigna es "Tortas contra el ajuste, el hambre y la represión", y es gratuito y abierto a todo público".

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