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Existencias lésbicas: Adriana Carrasco

“El feminismo argentino no habría salido de los salones sin el impulso de las lesbianas”. Adriana Carrasco es una pionera del periodismo feminista y del activismo lésbico en Argentina. En los 80 creó la primera publicación lésbica, los Cuadernos de Existencia Lesbiana, y hoy sigue activamente produciendo y problematizando. "Históricamente el sujeto del feminismo, las impulsoras del feminismo, fueron las luchadoras. Ahora se pretende que el sujeto del feminismo es "la víctima". ¿No te hace un poco de ruido?”, dispara.

Autora: Gise Curioni

Adriana Carrasco cuenta que se descubrió como feminista precozmente, siendo una niña. “Cuando mi mamá me estaba enseñando a escribir mi nombre le pregunté porque yo tenía el apellido de mi papá pero no el de ella, y por qué ella era Gómez de Carrasco pero mi papá no era Carrasco de Gómez. En ese momento noté una clara situación de desigualdad, de ser nosotras propiedad de mi padre”. A ese descubrimiento le sobrevino después una vida de fuerte militancia política, feminista y lésbica desde, también, su oficio como periodista. 

Adriana Carrasco se nombra lesbiana desde cuando casi nadie se animaba a hacerlo. En los comienzos de su activismo feminista, a mediados de los años 80, se contaban con los dedos de una mano las militantes que habían salido del clóset. “El feminismo argentino no habría salido de los salones sin el impulso de las lesbianas”, explica hoy. “Las marchas del 8 de marzo que comenzaron como concentraciones en Plaza Congreso en 1984, convocadas por la Multisectorial de la Mujer, fueron motorizadas por lesbianas feministas”.

En ese camino, hacia finales de 1985, se formó la Coordinadora Feminista entre algunos grupos feministas de Buenos Aires. “Con Ilse Fuskova propusimos salir a las calles a manifestar por los distintos temas. Válgame, Dió! Cómo íbamos a salir a la calle menos de diez! (eran casi todas closeteras)”, relata. “Como ninguna integrante de la Coordinadora Feminista estaba dispuesta a salir a las calles, nos juntamos con Ilse y con Josefina Quesada y formamos las tres el Grupo Feminista de Denuncia. Nos parábamos sábados a la noche en la calle Lavalle a la salida de los cines, con carteles que llevaban consignas feministas tradicionales, como la lista de las mujeres asesinadas (nosotras empezamos a hacer listas de femicidios basadas en los diarios) y teníamos puesto de firmas a favor de la ley de divorcio. Los tipos se paraban frente a nosotras y nos increpaban. Las mujeres, sus mujeres, mudas”

Por esos días Adriana contaba apenas con 23 años pero ya tenía bastante claro quién era, en qué mundo estaba y lo que quería cambiar de él. “Yo sentía que era muy opresiva la situación de las lesbianas en los grupos feministas, todas enclosetadas, las fiestas eran subterráneas, se escondían, y hacia afuera se decía que en el feminismo no había lesbianas. A mi me parecía insoportable, propuse a las referentes empezar a trabajar nosotras lesbianismo. Propuse un taller en donde las participantes iban a responder preguntas. No querían que hiciéramos los talleres de lesbianismo, que aparecieran en los programas. Nosotras terminamos tomando la casa una noche al grito de: ¡Si Evita viviera sería tortillera!. Desde ahí la situación de las lesbianas en el feminismo se modificó muchísimo”

Los testimonios que se recolectaron en esos talleres se transformaron luego en los Cuadernos de Existencias Lesbianas.

Crédito: Adriana Carrasco

Los cuadernos

Los Cuadernos de Existencia Lesbiana fueron la primera publicación lésbica argentina. Se trató de una colección de fanzines que aparecieron públicamente en la manifestación del 8 de marzo de 1987 en Plaza Congreso, donde por primera vez un grupo de lesbianas salió visiblemente a la calle en Buenos Aires (la primera marcha del orgullo gay fue en 1991 y la mayoría usó máscaras).

El Grupo Feminista de Denuncia había realizado un taller de lesbianismo en las jornadas de ATEM (Asociación de Trabajo y Estudio de la Mujer) de 1986 y con los testimonios salió el primer Cuaderno.

“El nombre Cuadernos de Existencia Lesbiana se me ocurrió por dos motivos: el libro heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana, de Adrienne Rich (el lesbianismo como posibilidad para todas las mujeres) y conceptos de existencia y situación del feminismo materialista”, cuenta Adriana. “Abrimos el colectivo de Cuadernos de Existencia Lesbiana a un grupo grande, donde había otras compañeras. Algunas firmábamos con nombre y apellido y otras no, porque no se sentían listas para hacerlo. Salimos a la calle a venderlos un grupo de unas ocho. Aquellas ocho lesbianas, abiertamente lesbianas, en la convocatoria del 8 de marzo de 1987, llevábamos unas cintitas violeta que llevó Elena Napolitano, con la leyenda ‘Apasionadamente lesbianas’”

Entre 1987 y 1996 se publicaron 17 números con testimonios, ensayos, poemas, entrevistas, cartas, adelantos de novelas que buscaban registrar huellas de diferentes formas de vida lésbica. Incluía también traducciones de autoras como Audre Lorde y Adrienne Rich.

Dos décadas después del último número, entre 2016 y 2017, Adriana editó los Cuadernos de Militancia Lesbiana. Fue un intento de retomar la línea de esos primeros fanzines con lesbianas de las nuevas generaciones. Finalmente ganó la coyuntura y los Cuadernos dejaron de salir. La última tapa fue “Libertad para Higui”.

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De oficio periodista

Carrasco es una pionera del periodismo feminista, más aún como lesbiana feminista. Se formó en la Editorial Sarmiento/Diario Crónica, trabajó 10 años en la revista Flash, dirigida en ese momento por Roberto Jacobson, quien le pedía que hiciera feminismo en una revista que imprimía 200 mil ejemplares semanales.

A principios de los 90 entrevistó a la primera Comisión por el Derecho al Aborto, a referentes del movimiento gay-lésbico, cubrió el 5to. Encuentro Feminista y Latinoamericano y del Caribe e hizo la primera nota publicada en la Argentina sobre el uso del cuadro de látex para las relaciones sexuales lésbicas. Actualmente para el Suplemento Soy de Página/12. 

Más allá de identificarse como lesbiana desde su adolescencia, Carrasco cuenta que, cuando tenía 22 años, le preocupaba el hecho de no tener novia y no haber debutado sexualmente. Se preguntaba: “¿Qué clase de lesbiana era que no tenía pareja? Peor aún, ¿lesbiana?, si no había debutado sexualmente”. 

En esa búsqueda conoce a la legendaria cronista de policiales Martha Ferro, quien la vio por primera vez haciendo su performance con el Grupo de Denuncia. Se enamoraron y mantuvieron una relación de muchos años. Fue su maestra en el periodismo y se casaron en noviembre de 2010, luego de sancionada la ley de matrimonio igualitario. Martha Ferro murió en la madrugada del 26 de febrero de 2011. “Muchas cosas aprendí viendo trabajar a Martha. Quiénes somos, nos marca como periodistas y el periodismo que hacemos. Si somos esa/ese que somos o impostamos algo diferente en busca de ascenso social y económico”

“Soy trabajadora de prensa. Hoy, cuando el feminismo reditúa socialmente, me llevo bien con las periodistas que se paran en el campo rebelde, que no son dóciles y se resisten a ubicarse en una línea feminista fácilmente recuperable por los sectores dominantes. Hasta hace 15 años nos consideraban locas a las feministas. Ni hablar de las lesbianas (de las abiertamente lesbianas)”, dice hoy Carrasco.

Adriana Carrasco y Martha Ferro | Crédito: Página/12

Feminismo victimizante

Desde ese periodismo rebelde, pero también desde la militancia feminista rebelde, que Adriana liga indefectiblemente al lesbianismo, hoy cuestiona y problematiza lo que ella llama un “feminismo victimizante”. 

“Arribada al siglo XXI me encuentro con que muchas periodistas vienen formateadas por la línea de la Casa del Encuentro (después de un paso 'pedagógico' muy sostenido de Fabiana Túñez por el medio televisivo; más o menos desde 2010, se tornó en la única fuente feminista de consulta). Una línea de feminismo radical de la diferencia, victimizante, poco rebelde y nada lésbica (a pesar de los orígenes feministas de Túñez en el lesbofeminismo). Esa perspectiva parece predominar hoy en los medios”, relata Adriana en una nota en Revista Anfibia.

Habla de cambiar el foco, la mirada, de construir y construirnos con otros relatos. “¿Cómo sería la diferencia de tratamiento periodístico? Hablemos de la persecución judicial sobre Higui: ¿Ponemos el acento en la mujer víctima golpeada a la que intentaron violar o lo ponemos sobre el hecho de que Higui, lesbiana chonga, se defendió y mató a uno de sus agresores?”. 

Vivir para contar muertas, pedir penas más severas, apelar a la tutela del Estado, no puede ser -para Adriana- la única y principal forma de comunicar y de pensar la salida al infierno de la cultura patriarcal. “Para después de la pandemia. Eje en autodefensa feminista. Harta del feminismo que estructura la victimización permanente y piensa solamente en parches (y que ayudó a llenar algunas cuentas bancarias durante décadas). Menos botones antipánicos (y menos botones en general). Equiparar y desarrollar fuerzas y potencialidades desde la infancia”.

Adriana Carrasco, desde sus artículos periodísticos, en las entrevistas que da o en sus posteos en redes sociales, nos invita a pensar, a salirnos de confort, a rebelarnos y desmarcarnos como militantes, como feministas, como lesbianas. “Basta con esa lógica. Es uno de los mecanismos que está usando la derecha para convertirnos de luchadoras en víctimas impotentes. Así es como todo va a parar a la misma bolsa. Históricamente el sujeto del feminismo, las impulsoras del feminismo, fueron las luchadoras. Ahora se pretende que el sujeto del feminismo es 'la víctima'. ¿No te hace un poco de ruido?”. 

“Voy a seguir insistiendo con el problema que implica el feminismo victimista-victimizante, que ubica a las mujeres y personas TLGBI en un lugar de debilidad e impotencia esencial y machaca con que la solución a los problemas de violencias por motivos de género es solicitar y movilizarnos para pedir la tutela de las fuerzas represivas del Estado. Es una paradoja que en el país de las Madres de Plaza de Mayo se haya popularizado esta versión del feminismo que es una sustitución del conjunto donde predominaba la rebeldía y la toma de conciencia de la necesidad de organizarnos para ponernos de pie y salir de la jaula patriarcal, por una parte que en un comienzo fue de acompañamiento y asistencia”.

 

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Idea e ilustración: Gisela Curioni
Edición texto: Ileana Manucci
Edición audiovisual y de sonido: Juliana Barrientos