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Circo, para que no se note que falta el pan

milei - ni una menos - violencia de género
Ayer el vocero presidencial Manuel Adorni dio a conocer la decisión del Gobierno Nacional de "prohibir el lenguaje inclusivo y todo lo referente a la perspectiva de género en toda la administración pública nacional". ¿Qué significa esto? ¿Se puede prohibir? ¿Qué están tapando con esta bomba de humo?
Victoria Stéfano y Magdalena Artigues
milei - ni una menos - violencia de género
Autora: Gisela Curioni

Tras el anuncio del cierre delInstituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), el gobierno nacional continúa con su raid contra las políticas de derechos humanos. En esta oportunidad, el vocero Manuel Adorni, en su conferencia matutina, anunció: "Por decisión del presidente Javier Milei se va a proceder a iniciar las actuaciones para prohibir el lenguaje inclusivo y todo lo referente a la perspectiva de género en toda la administración pública nacional. Por supuesto no se va a poder utilizar la letra e, el arroba, la equis, y evitar la innecesario inclusión del femenino en todos los documentos de la administración pública". Una iniciativa similar se dio a conocer días atrás para el ámbito del Ministerio de Defensa.

¿Son o se hacen?

Lo cierto es que al igual que el anuncio del cierre del INADI, no es tan sencillo -por suerte- "prohibir el lenguaje inclusivo" ni mucho menos "todo lo referente a la perspectiva de género".

En primer lugar porque se encuentra vigente una Ley de Identidad de Género (Ley Nº 26.743) desde hace más de 10 años, por la cual el Estado debe reconocer en todos sus ámbitos a todas las identidades de género autopercibidas. Eso incluye a las no binarias, que no se identifican con lo femenino ni lo masculino. Por lo que no puede prohibir esta forma de nombrarlas. De hecho, ya hubo un antecedente en 2022, cuando el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires intentó prohibir el uso del llamado lenguaje inclusivo en los ámbitos educativos. En esa ocasión se presentó una demanda en la que se constituyeron como querellantes la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación (UTE) y el propio INADI.

Además de la legislación argentina, también hay convenios internacionales. Por ejemplo, la Resolución 109 y la Resolución 14.1 de la Unesco recomiendan promover la utilización de lenguaje no sexista por los Estados miembros y aconsejan evitar el empleo de términos que se refieren a un solo sexo, exceptuando que se trate de medidas positivas a favor de la mujer.

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Por otro lado, habría que ver cómo se podrá prohibir "todo lo referente a la perspectiva de género". Para empezar, no hay una definición legal de qué cosas estarían dentro de ese concepto ya que se refiere a una construcción teórico-social. Sería como prohibir el "cambio climático" o la "justicia social", por dar sólo algunos ejemplos. (¡Cómo no se nos ocurrió prohibir el patriarcado!)

"Todo lo referente a la perspectiva de género" también podría incluir, además de la citada ley de identidad de género, la Ley de violencia de género, la  26.485, sancionada en 2009. Esta normativa tipifica distintos tipos de violencia penable hacia mujeres cis o trans: doméstica (“que dañe la dignidad, el bienestar, la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, la libertad, comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de las mujeres”); institucional (“realizada por las/los funcionarias/os, profesionales, personal y agentes pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, que tenga como fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas públicas”); laboral; contra la libertad reproductiva (“aquella que vulnere el derecho de las mujeres a decidir libre y responsablemente el número de embarazos o el intervalo entre los nacimientos”); violencia obstétrica y violencia mediática (“aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres”). Y para "prohibir" una ley, hace falta otra ley, aprobada por el Congreso.

Volviendo a los acuerdos internacionales, también Argentina firmó el de Belem do Pará: la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer de 1994, fue el primer tratado internacional del mundo de Derechos Humanos que abordó específicamente la temática y la violencia contra las mujeres y que consagró su derecho a una vida libre de violencia tanto en el ámbito privado como en el público. Es decir, nuestro país se comprometió hace 30 años a que su Estado cuente con perspectiva de género.

Bomba de humo

El anuncio se da en el medio del recorte de la coparticipación a distintas provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el conflicto abierto con el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, que apuntó a cortar con el suministro de combustibles.

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Por otra parte, las tensiones con las provincias -desatadas desde el fracaso de la Ley Ómnibus en la cámara de Diputados de la Nación-, se acercan a un nuevo capítulo crítico mientras el oficialismo intenta retrasar por todos los medios el rechazo del mega DNU.

En esta coyuntura se disparan los índices de pobreza e indigencia en el país y se retienen los insumos de comedores y merenderos barriales administrados por las organizaciones sociales. El 18 de febrero pasado el Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica informó que la pobreza trepó al 57,4%. De acuerdo a ese relevamiento la población en situación de indigencia pasó de un 9,6% en el último trimestre de 2023 al 15% en enero de 2024.

Es en este contexto que el Gobierno insiste en su agenda de ataques hacia las mujeres y las disidencias sexuales, tanto queriendo borrar políticas que hagan sus existencias más vivibles como con embestidas contra artistas o periodistas (siempre mujeres).

Sabemos que nos están tirando a los leones por el circo. Pero también somos las identidades feminizadas las que sostenemos el tejido social, el cuidado y la reproducción de la vida. Tenemos más que claro que lo están haciendo para tapar que no hay ni para migajas.

Autoras: Victoria Stéfano y Magdalena Artigues Garnier