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Hincha de estas paternidades

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La FIFA premió como el ”Mejor hincha del mundo” a un fanático de Colón gracias a una tierna imagen que le tomaron, en plena tribuna, dándole la mamadera a su hijo de dos meses. Ya saben que las feministas rompemos todo, pero tal vez porque soy hincha de este amado club o porque no nos están dando resultados algunas metodologías de lucha, me parece importante tomar un ejemplo local para analizar, una vez más, el rol de los muchachos a la hora de las tareas de cuidados.
Priscila Pereyra

Hugo Daniel Íñiguez, hincha de Colón de Santa Fe, fue premiado por la FIFA este lunes en la categoría ”Mejor hincha del mundo 2023” gracias a una tierna imagen que las cámaras de televisión captaron cuando le estaba dando, en plena tribuna, la mamadera a su hijo de dos meses.

En esta visceral no hay respuestas a la cantidad de preguntas que nos hicimos las feministas con la noticia y tal vez estas líneas no tengan demasiada objetividad, pero lo real es que en el fútbol tan masculinizado y tan violento -por culpa de ellos-, estos momentos de extrema ternura nos regalan una pausa y rompen un poco la matrix. 

La grieta 

De un lado, algunas compañeras ofendidas por el hecho de que un varón sea premiado por hacer su trabajo y tal vez pensar que no hubiese sido tan relevante si era la mamá la que lo estaba alimentando. 

Según estadísticas del INDEC del 2022, las mujeres destinamos más horas por días que los varones a los quehaceres domésticos, ayudando con la educación o cuidando a otras personas, lo que se termina constituyendo como una doble jornada laboral o barrera para el desarrollo profesional, personal y disfrute del tiempo libre.

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En Argentina, la organización social del cuidado depende principalmente del trabajo no remunerado que se realiza al interior de los hogares y recae, en mayor medida, sobre las mujeres. Nada que no sepamos: la brecha que nos deja en extrema desigualdad frente al desarrollo de nuestra economía remunerada y las exigencias de un trabajo no pago como el mantenimiento de una casa y la supervivencia y el bienestar de menores a cargo.

Por otro lado, algunas de las que ejercemos la maternidad pudimos permitirnos salir un rato del enojo y preferimos estas imágenes circulando masivamente entre nuestros varones, para ver si toca alguna fibra del corazón a algún irresponsable o padre ausente. Casi como un acto de manipulación, sí ¿y por qué no? Si puede ser efectivo, sirve.

No es casual que el fútbol sea la puerta de entrada para estas nuevas figuras, modelos de masculinidades y paternidades que se permiten mostrarle al resto que ejercer la ternura y el cuidado también es cosa de hombres. 

Lo que suma

Una noticia que tuvo alcance nacional y permitió la opinión de todos, increíblemente. Algo que sólo nos pasa a las que somos madres también le pasó a él: fue cuestionado sobre el accionar y toma de decisiones sobre el cuidado de su hijo. 

“¿No te da miedo llevar al bebé a la cancha con todas las cosas que pasan?”, le preguntó a Íñiguez un periodista en una nota televisiva. 

“Yo no lo llevé solo a mi bebé, fui con mi mujer, mis dos hijas, mi papá, mi hermana, fuimos en familia. Se prestó el día, no hacía tanto frío y lo llevamos, queríamos ir todos juntos”, respondió casi dando explicaciones a todo un país de por qué llevó a su hijo de dos meses a un partido de fútbol. Como si se pudiera explicar la pasión y lo que significa para él compartir ese momento con su familia. 

El fútbol es una cuestión de herencia, casi indiscutible y prácticamente un pacto intrínseco que vamos llevando de generación en generación. Por lo general siempre está asociado a la figura masculina de la familia, aunque de a poco se va destiñendo este estereotipo ya que a nosotras también nos mueve esta pasión, aunque los premios y los mejores salarios se los lleven siempre ellos. 

Es verdad que las feministas cuestionamos todo y no queremos dejar pasar por alto el hecho de que el premio se lo lleve él y no la madre, que también estaba en la cancha, seguramente al cuidado de sus otras dos hijas. No podemos dar por sentado que dar la mamadera es tan relevante como el resto de horas que las mujeres pasamos a cargo de los cuidados, pero en esta oportunidad, tal vez, solamente necesitemos disfrutar de que se filtre entre todos los varones, a través del fútbol, la descripción gráfica de un nuevo modelo de paternidad más presente y comprometida con la crianza y los cuidados.