Es una iniciativa que promueven distintos espacios feministas vinculados al fútbol y que cuenta con un proyecto presentado en la Legislatura provincial.
Las imágenes de un potrero lleno de varones disputando una pelota 11 contra 11 se repitió en la infancia de les niñes desde tiempos inmemoriales, más allá de nuestros abuelos. Lo mismo ocurría en la profesionalidad de este deporte que es, guste o no, el argentino por excelencia. Sin embargo, con el correr de varios y varios almanaques, los tiempos modernos y la fuerza de las mujeres fueron transformando esas imágenes de hombres sudando, ya apropiados de una disciplina que desde siempre consideraron propia.
Desde hace muchos años, el fútbol femenino viene tomando impulso pese a la resistencia, la descalificación y la falta de reconocimiento profesional, que va desde el sueldo hasta las trabas para lograr el mismo entrenamiento que un varón, deportista y contratado en un club profesional. En el cambio de esa realidad mucho tuvo que ver la santafesina Maca Sánchez, que ahora integra el plantel profesional de San Lorenzo de Almagro y fue la primera mujer futbolista en firmar un contrato profesional con un club. Esa pelea de Maca llevó a que otras mujeres y disidencias fueran consiguiendo igualar de alguna forma los derechos de un deporte minado de olor a bolas, dentro y fuera de un campo de juego.
Las mujeres en las tribunas están desde siempre, pero desde siempre también invisibilizadas por las conductas antideportivas y violentas de los llamados “barra bravas”. Agrupaciones de machos que en muchos casos se dedican a transar con los dirigentes, algunos de ellos atornillados a sus sillas de la comisión directiva, y así conseguir plata, entradas y demás beneficios. No olvidemos tampoco los aprietes a los planteles.
Por eso, y como siempre, las mujeres comenzaron a organizarse. Ya no quisieron quedarse afuera. Fueron ganando espacio desde lo deportivo, profesionalizando la actividad aunque muchas veces sus propios clubes no les den la misma importancia que a la disciplina que llevan adelante los varones. Pero eso no las desmotiva, las impulsa. Decidieron unirse y organizarse también para dar pelea y terminar con una vieja injusticia. Desde distintos espacios comenzaron a reclamar la paridad en la confección de las listas electorales de las comisiones directivas de los clubes. Algo que les permitirá ser partícipes en la toma de decisiones institucionales, políticas y económicas y, desde lo deportivo, lograr que sean instituciones inclusivas para mujeres y disidencias. Además, que sean espacios donde la política social sea atravesada por la perspectiva de género.
La Legislatura: el cuello de botella
La iniciativa, cuenta con un proyecto que fue presentado en la Legislatura santafesina el pasado 11 de febrero por la diputada provincial Paola Bravo y que actualmente se encuentra en la comisión de Constitucionales, debe tener dictamen favorable para poder pasar a recinto y ser tratado.
Bravo le dijo a Periódicas que “este proyecto surge y viene en complemento con un proyecto presentado el año pasado que tiene que ver con la Ley Micaela en entidades deportivas que trabajamos con la diputada Lucila De Ponti. Cuando lo presentamos, vimos la necesidad que, más allá de la capacitación que pueda recibir la gente del club, no solo la comisión directiva sino los profes que participan, la gente de seguridad y demás, necesitamos terminar con esta desigualdad y ver cómo hacerlo. En realidad lo que está pasando es que las mujeres no podemos llegar al ejercicio pleno del derecho, a la participación de la vida política de las instituciones; lo vemos todo el tiempo y, más aún, en los papeles, estatutos y normas que rigen a una asociación civil. Observamos mujeres en clubes pero con un grado de participación menor o que sus decisiones no tienen que ver con una decisión política de la institución”.
Si bien la iniciativa surgió de una necesidad, la legisladora espera “que en un tiempo no lejano no necesitemos de estos proyectos y que sea común ver a mujeres y hombres ocupando lugares de toma de decisión. Como hoy no lo vemos, creo que es una obligación para quienes tenemos esta tarea aportar un granito de arena para construir una sociedad más igualitaria y más justa”. Además, resaltó que en este tipo de proyectos son las mujeres quienes “tenemos que ejercer presión pues es un cuello de botella. La única forma en que estas formas tomen la importancia que tienen es de abajo hacia arriba”.
En el club, las mujeres también al poder
Rocío Bentos es secretaria del Club Atlético Industrial Social y Deportivo de Funes, referente de la Mesa de Género y Diversidad de la Red de Clubes Rosario y relata las complicaciones que enfrentan las mujeres y disidencias dentro de una institución deportiva cuando tiene fútbol masculino. Explica que “terminan entrenando a las 11 de la noche porque no tienen horarios ya que están cortados por las categorías masculinas, entonces quedan relegadas a esos turnos. También hay desigualdad en la partida presupuestaria, no es lo mismo el dinero que invierte en las disciplinas y categorías masculinas que en las femeninas”.
Por eso, Rocío sostiene que el que las mujeres ocupen cargos de poder, de decisión dentro de las comisiones directivas va a favorecer a que la discusión sea un poco más pareja y que a la hora de determinar horarios, vestuarios, disciplinas, presupuesto y demás “se va a discutir desde otro lado, con otras perspectivas”.
“Todavía tenemos tres clubes donde las mujeres no pueden ser socias plenas, menos las disidencias, obviamente. Creemos que la paridad va a dar un cambio en la estructura de las instituciones que va a favorecer también a un cambio hacia la sociedad toda que hoy reclama mayor igualdad”, agregó.
Silvina Sierra, de Gloriosa Hinchada Sabalera, manifiesta que “la idea en la ciudad de Santa Fe es lograr una red Centro-Norte con los distintos clubes y agrupaciones como la que está en Rosario”. Por eso, invita a los clubes y a las distintas agrupaciones que quieran sumarse a enviar un correo electrónico a ghsabalera@gmail.com.
Con respecto a las listas, Silvina expresa: “Recientemente lo vimos en Colón donde en las dos listas ya sea la opositora o la oficialista, no solamente el índice de participación de mujeres es muy bajo, sino que el 90% o 95% son lugares donde no hay toma de decisión. No son lugares de jerarquía, no son lugares de importancia en una comisión directiva y eso es lo que también queremos cambiar”.
Y grita una verdad que hasta hace un tiempo era invisible: “Las mujeres venimos batallando de hace muchos años y somos socias, participamos también de la vida del club, pero siempre nos dan tareas sociales que, si bien no está mal, porque hay mujeres que les puede gustar; también queremos ser dirigentas y queremos decidir e incluir a las disidencias sexuales que, generalmente, en los clubes sufren muchísima más discriminación”.
Elsa Oronado, miembro de la Liga Santafesina de Fútbol, relata a Periódicas la misma problemática y envía un mensaje motivador: “Algo que siempre digo es que las mujeres se involucren más, que no tengan miedo de ocupar los espacios y juntas vamos lograrlo. Somos muy capaces en todo lo que nos proponemos y de a poco lograr todos nuestros objetivos”.
La aprobación de la Ley de Paridad en los Clubes permitirá que exista una política en lo institucional, pero también desde lo social, deportivo, cultural y hasta en lo educativo. Las entrevistadas coinciden en que buscan que las instituciones estén atravesadas por la perspectiva de género, que el club sea un lugar de inclusión y contención.
Todas saben que va a ser una dura lucha, que existe mucha resistencia, principalmente en los clubes de mayor nivel. Pero un grupo de mujeres se juntó para reclamar por sus derechos y ya sabemos cómo terminan estas cosas...
Autoras: Gabriela Filereto y Beba Córdoba