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Las Margaritas vuelven a El Birri con “Háganme acordar”

La compañía teatral se presentará el viernes 26 y el sábado 27 de abril en la Sala Popular del Centro Cultural y Social. Antes de ese regreso, sus integrantes charlaron con Periódicas sobre la obra y sus personajes.
Gabriela Filereto
las margaritas teatro
Foto: Gabriel Battu

La Compañía Las Margaritas nació en 2022 y, en palabras de sus integrantes, surgió como “un laboratorio teatral”. Eso se ve plasmado en su primera obra: “Háganme acordar (qué día fue ayer)”, en la que el trabajo fruto de ensayos y errores, de escritura colaborativa, y de poner los cuerpos y la cabeza arriba de un escenario, prevalece durante los 60 minutos exactos que dura la pieza que vuelve a El Birri, con entrada a la gorra, el viernes 26 y el sábado 27 a las 21.

Alejandrina Echarte, Sofía Gerboni y Ana Municoy interpretan a tres hermanas que esperan a su madre encerradas en una casa junto al mar. En esa ausencia, la presencia materna se percibe en cada rincón y cada palabra. “Es una historia que habla de ausencias, pero sobre todo de presencias. Probablemente no se puede hablar de una sin la otra, el tema es donde decidimos poner el foco. En esta obra, el foco de esta falsa disyuntiva está puesto en la presencia: en cómo lidiamos, conversamos, jugamos; en cómo seguimos amando a quienes (aparentemente) faltan”, explicó Javier Bonatti, director y coautor.

Tres actrices, un guionista y una obra

Las tres actrices charlaron con Periódicas acerca de la obra, sobre cómo es darle vida a este vínculo y de qué manera estos personajes las interpelan como hijas, como hermanas, como amigas, como mujeres. “Hay algo que desde el comienzo fue muy genuino en la construcción de estos lazos, tanto de las hermanas como de nosotras actrices. El inicio de todo el proceso fue la búsqueda de esos vínculos, a partir de juegos propios, de nuestras miradas entrecruzadas, que permitió algo muy hermoso creo. Además, eso que surgía en escena también nos permitía pensarnos como hermanas, el significado de esa palabra, de la hermana mayor, la del medio y la menor. De la amistad y el amor”, sostuvo Alejandrina.

Para Sofía, “en el plano de lo personal, darle un lugar en el escenario a esta relación entre hermanas es un placer, un territorio donde solo navego en el mundo del imaginario, por referencias, historias ajenas, ya que no sé casi nada sobre hermanos/as, por eso para mí es algo más que representar o interpretar esta relación precisa. Se trata más de disfrutarla que de actuarla, como si fuera mía de verdad”.

“Para mí, cada vez es una aventura”, contó Ana y aseguró que “es permitirme poner en duda unos instantes los roles y la forma que se teje el vínculo de hermanas. Me empuja a reconocer los nudos, las tensiones de cada hebra y al tiempo, a observar, en esos orificios -a veces holgados, a veces minúsculos-, cómo se cuelan el afecto, las memorias y la maraña de pensamientos amorosos y dolorosos (para Alicia muchas veces ridículos e irracionales) que mantienen a cada una de ellas unida a la otra y sumergidas en su existencia detenida, que es con y a través de ese vínculo. No sabemos con certeza cómo Alicia llega a entrelazarse con ellas, aunque sí se percibe su empecinamiento por mantenerlo a flote aunque ello, necesariamente, rasgue su entendimiento".

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Foto: Gabriel Battu

Tres hermanas, una casa y el mar

Josefina (Alejandrina), María (Sofía) y Alicia (Ana) se cuidan entre las tres mientras esperan a una madre que se fue. En esa espera, siguen sus instrucciones de manera precisa, juegan, guardan un secreto. Son tres personajes muy distintos, que atraviesan -de una u otra forma- a las actrices que les dan vida.

“De Josefina destaco que, si bien no lo aparenta, es la que más arraigada a la tierra está. Ella sabe lo que pasa, entiende casi todo, pero eso justamente no la frena a seguir creyendo en el amor, en el juego, en sus hermanas”, contó Alejandrina.

Mientras que Sofía explicó que de su María destaca “la curiosidad plena y la valentía por caminar sobre los límites de las cosas, donde nada es esencialmente triste, ni profundamente alegre, todo puede convivir en el mismo 'estar´ con asombro y liviandad. Creo que María no está necesariamente preocupada por el 'deber ser´, por lo correcto o lo incorrecto, está un poquito más corrida de estas categorías”.

“Esta obra desafía a mi personaje a mantener tensa la trama desordenada de huellas que el mar ha dejado en María, en Josefina, en ella misma. Alicia es un eslabón necesario para sostener la red por donde se cuela ese mar, sus mares calmos y sus mares embravecidos”, dijo Ana. “Alicia cuida el recuerdo de la madre que ya no está mientras el tiempo se le escapa de las manos. Ella es consciente de eso. Permanece a flote por amor, sabiéndose ilustrada y enseñando. Les enseña a sus hermanas del mundo y aprende a saberse ignorante mientras de ellas aprende la ternura. Ella elige no mostrarse rota, elige el cuidado y el juego, a pesar suyo. Entrega su tiempo mientras el tic tac de un reloj destartalado le recuerda que allá afuera hay un (otro) mundo esperándolas”, agregó.

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Foto: Gabriel Battu

Por su parte, Javier Bonatti se refirió a aquello que se buscaba contar en esta obra y sostuvo que “la escritura nunca nace de la nada, siempre es histórica y coyuntural. En este caso en particular, me encontré de pronto jugando en la escena con otras tres actrices, intercambiando roles, tejiendo múltiples posibilidades que contaban historias diversas en cada ensayo. No sabíamos qué contaríamos en ese entonces, pero el juego empieza a traer relatos: de pronto era una pieza en una casa o en un hotel, de pronto no se podía salir, de pronto el mar, de pronto alguien irrumpía. Y también así empezó a establecerse una dinámica que hermanaba de alguna manera a las actrices y que fue corriendo la presencia masculina de la escena. Así empezamos a aprovechar esa presencia como quien miraba y apuntaba en escritura lo que los ensayos arrojaban”.

El actor y guionista continuó expresando su mirada sobre la creación de la obra. “De pronto, ante un hecho muy puntual (una de las actrices se mudaría al mar a la brevedad), apareció la necesidad de volcar lo que había pasado en un puñado de ensayos en algo que se asemeje a una historia que contar. No sin antes conversar entre les cuatro qué queríamos contar, qué queríamos sentir en escena, qué ya no aportaba mucho y podía irse, qué fragmentos de las infancias de cada una aparecían al momento de jugar con los recuerdos. Así, escribiendo con todos esos retazos de palabras y escenas de ensayos y estados de los cuerpos, apareció una historia de tres hermanas que en una casa frente al mar esperan la llegada de su madre. Y esa sensación de orfandad, arrojó que esos personajes tiendan a la atemporalidad: no se sabe si son niñas o jóvenes o adultas, como si sus cuerpos guardaran los tiempos posibles en ellos. Y esos vínculos, a veces sudando de puro juego, a veces tensados por lo inevitable, conviven en ellas”.

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El cuidado entre nosotras, un refugio

Sobre el final de la charla con Periódicas, las tres mujeres sostuvieron que interpretar a estas hermanas conlleva ineludiblemente a una interpelación personal ya que, como analizó Alejandrina, “es una obra que desde la ternura habla de los vínculos tanto de hermanas, como de madres e hijas, como de amigas. Habla del cuidado entre nosotras, del acompañarnos, de hacer manada para enfrentar momentos difíciles”.

“Es una obra que puede atravesarnos como mujeres, sin lugar a dudas, pero sobre todo me gusta pensar que es una obra que nos recuerda lo imprescindible de los refugios. Salir de la sala recordando a las personas que nos cuidaron, que construyeron junto a nosotres algunos sentidos de este mundo, o le dieron sentido a cosas dolorosas que parecían atropellarnos con su sinsentido”, opinó Sofía.

Para Ana, “es una obra que despierta sentidos, que puede sacudir el entendimiento. No ofrece un relato lineal. Hay algo irresoluble que queda flotando y que indefectiblemente siembra interrogantes, empujándonos a ensayar respuestas. Respuestas que solo pueden ser garabateadas desde las propias memorias de quienes se permiten acordarse”. Y concluyó: “Hay tres hermanas, hay una madre, hay esquirlas que aún nos duelen y hay cuentos inventados para sobrevivirlos. 'Háganme acordar´ nos regala, como una caricia, una puerta abierta para salir a jugar”.

Ficha ténica

Idea Original y Producción integral: Las Margaritas
Actrices: Alejandrina Echarte, Sofía Gerboni, Ana Municoy.
En off: Eugenia Zorzutti.
Texto y Dirección: Javier Bonatti
Asistencia integral: Mariana Gerosa
Diseño y operación de luces: Diego López
Artefactos lumínicos: Ariel Costanzo
Fotografía: MUBA – Gabriel Battú
Colaboraciones en vestuario: Ignacio Estigarribia, Fernanda Gonzálvez