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Docentes universitarias en lucha contra la crisis

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Las universidades nacionales viven una grave situación originada en las políticas del gobierno de Javier Milei. Presupuestos congelados, desfinanciamiento, recortes, suspensión de obras públicas, son puntos de quiebre en el desarrollo de la educación en el nivel más alto de la enseñanza. Periódicas habló con docentes de distintas universidades públicas de la región en busca de sus miradas, análisis y propuestas.
Julia Porta
Autora: Paula Kindsvater CC BY-SA 4.0

La palabra crueldad sobrevoló varias veces la charla con las docentes. Desde el presupuesto en ejecución basado en parámetros económicos de 2022 hasta los sueldos atrasados y, en muchos casos, menores, pasando por el alumnado que debe dejar carreras ante la imposibilidad familiar de afrontar ese costo, todo confluye en una situación preocupante. Una multiplicidad de factores coloca a la educación universitaria pública en una crisis sin precedentes.

María Emilia Perri, Jimena Morais y María Eva Bellini son docentes universitarias en diferentes áreas que dan clases en las universidades de la región: Universidad Nacional del Litoral (UNL), Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER), Universidad Nacional de Rafaela (UNRaf) y Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). A través de ellas, Periódicas buscó una evaluación del presente y también una mirada más allá de este momento.

Un presupuesto insuficiente

María Eva Bellini es licenciada en economía y diplomada en finanzas para el desarrollo. Da clases en la UNRaf y en la UNER. Desde su mirada profesional, puso el eje en la no aprobación de un nuevo presupuesto: "Eso implica que en términos administrativos el Estado nacional funciona con el presupuesto del año anterior, que es lo que tiene autorizado por el ámbito legislativo para la ejecución del gasto. Un efecto que produce la inflación es que todo lo que se recauda por excedente que no estaba presupuestado, se puede utilizar a discrecionalidad. Nosotros estamos funcionando con el presupuesto del año 2023; sin embargo los impuestos sí se han actualizado en función de la inflación esperada para este año o en función al índice de precios u otros índices. Es decir, los recursos del Estado nacional sí se encuentran actualizados y de la torta que recauda hay un porcentaje que no tiene un destino asignado porque no tiene un nuevo presupuesto".

Bellini explicó cómo se hizo uso de esa discrecionalidad en relación con las universidades. "Lo único que se dio por el momento es un incremento en un 70% de lo pensado para el año 2023 para gastos de funcionamiento. Si uno lo visualiza, imaginando que el presupuesto universitario es una torta, sólo un 5% de esa torta es el gasto de funcionamiento. De ese 5% se actualizó un 70%".

Resulta importante tener presente que el presupuesto del año pasado para las universidades se hizo en base a 2022. "Entonces el desfasaje en términos de poder adquisitivo de ese presupuesto es muy importante y ante el incremento, por ejemplo de las tarifas, dificulta los gastos y funcionamiento de la estructura universitaria. Y está el gasto en salarios y otros programas que cuidaban la ciencia y la tecnología, los proyectos de investigación. Todo eso, que es el 95% de aquella torta primera, se encuentra congelado", agregó Bellini. Sobre los incrementos de sueldos, también los porcentajes ofrecidos quedan postergados: "Llevamos más del 70% de inflación acumulada desde diciembre hasta ahora y la actualización salarial fue solo de un 20%. El panorama es muy complejo".

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Autora: Titi Nicola | CC-BY-SA-4.0

María Emilia Perri, políticóloga, licenciada en Ciencias Políticas por la UNL y Doctorada por la Universidad Nacional de Rosario, da clases en distintas carreras de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL.  "Es de público conocimiento que la situación de las universidades es bastante crítica, fundamentalmente porque el presupuesto universitario se vino abajo en términos reales", explicó ante la consulta de Periódicas. Eso plantea un escenario de crisis muy fuerte que se suma a situaciones de inestabilidad que veníamos trayendo de antemano porque, más allá de la baja del presupuesto, también aquellos docentes no concursados tenemos una inestabilidad de base que en este contexto de crisis nos genera una situación de riesgo mucho más fuerte".

Parte de una crisis global

Y la crisis en las universidades públicas se enmarca en una crisis mayor que afecta a la totalidad de los aspectos que rodean la vida de las personas de clase media y trabajadora en la Argentina. "Además de la situación de financiamiento del sistema universitario se suma la situación concreta de cada uno de los trabajadores que están dentro del sistema", afirmó Perri en el análisis general de la situación.

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Jimena Morais es licenciada en letras y da clases en las facultades de humanidades de la UNL y de la UADER. Al inicio de la charla dejó en claro las particularidades que supone cada terminalidad profesional y las características distintivas que eso puede marcar. "En estas dos facultades de humanidades en las que yo trabajo se ha visto una baja en la matrícula y de esta baja tengo conocimiento por estudiantes que me lo han manifestado, que me han pedido ayuda para programas y para homologar materias porque se encuentran imposibilitados de seguir estudiando", relató.

Esas dificultades se relacionan con el impedimento para pagar un alquiler en la ciudad en la que se asientan o el transporte diario para trasladarse desde localidades aledañas. Entonces, hay quienes se cambian a carreras terciarias cortas de sus ciudades. "Esto se suma a quienes no pueden empezar una carrera porque eso implica planificación de gastos, estudiantes que ya están estudiando y reducen las materias que cursan o eligen materias que están en el mismo día para no tener que ir tantas veces a la facultad", agregó Morais.

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Autora: Rocío Fernández

La profesora de letras se refirió también a los sueldos estancados de los docentes y la recepción en algunos meses de sumas menores como consecuencia del no envío por parte de Nación del Fondo de Incentivo Docente (FONID). "Como docentes invertimos en educación porque siempre ponemos insumos propios a disposición, compramos libros que quedan para el proyecto de investigación. Ahora tampoco hay plata para los proyectos de investigación. Algunas bibliografías en humanidades las suplimos con PDF pero hay otras facultades que están muy complicadas por la falta de insumos", agregó.

Y como las universidades no son una isla, a su problemática se suman las de otros sectores de la sociedad y el problema parece crecer en espiral. "Mi análisis es que la situación se va complejizando cada vez más. En Paraná en estos momentos llevamos varios días de paros de ómnibus lo que dificulta el dictado de las clases. Se apela a diversas modalidades pero siempre resultan perjudicades quienes no pueden asistir. Y esto se va agudizando, no lentamente", afirmó Morais.

Los desafíos para la docencia en las universidades

"La tarea docente se piensa en dos sentidos, en el escenario de lucha que nos toca pero también en la forma como una trabaja en sus propias aulas", señaló María Emilia Perri. La politicóloga hizo un análisis de situación que vincula lo que viene pasando en las últimas décadas y las vivencias actuales. Incluso, se centró en aquellas personas que ingresan a la universidad en este contexto. "Recibir chicos en un primer año implica que una tiene que pensar de dónde vienen, qué secundarios hicieron, hacia dónde están intentando ir. Pensar que también a ellos se les genera un escenario de incertidumbre muy fuerte porque no saben cuál es la universidad a la que llegan y a la que van dentro de cuatro o cinco años, o más porque los promedios de graduación están en siete, ocho años".

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Autora: Titi Nicola | CC-BY-SA-4.0

Perri es consciente de que muchos alumnos apoyan el actual modelo económico y que hay quienes considera que el Estado no les brindó herramientas necesarias para desarrollarse. "Ahí me parece que hay una pérdida de lo colectivo que a mí me interpela mucho por las materias que doy y por la concepción de sociedad y de política que tengo. Entonces, cuando vos escuchás estos discursos en los que la universidad no es pensada como un actor social y tampoco es pensada para el desarrollo social es muy difícil. Te encontrás, incluso, con estudiantes que te lo dicen que están de acuerdo con este modelo, que están dispuestos a pagar si es necesario. Esa lógica del mercado que se inserta en el medio de lo público es muy complicada de desarticular, pero me parece importante dar esa batalla desde dentro del aula".

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La idea desarticulante y desintegradora propuesta por el gobierno nacional no deja de ser un signo de alarma para las entrevistadas. "A mí me preocupan todas estas políticas que van en contra del desarrollo del sistema de enseñanza pública en todo su conjunto. Que aquellos que lo están desarticulando sean personas formadas, profesionales que salieron muchas veces de las universidades públicas. Ahí es donde a mi me parece cruel el discurso porque le quieren hacer creer a la sociedad que se puede sin un sistema de enseñanza que acompañe", señaló Perri. Y más allá de las insuficiencias previas, la idea es construir. "Como parte del sistema mi preocupación es cómo en estados de desarrollo como los nuestros podemos brindarle a las personas, desde la educación, alguna clave para un desarrollo humano", agregó.

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Autora: Titi Nicola | CC-BY-SA-4.0

"Hay una mirada en término de políticas públicas que lleva adelante el Estado nacional. Este desfinanciamiento no es porque sí, no es para cubrir otras necesidades urgentes, sino que está vinculada al desfinanciamiento de la universidad pública como el acceso a un derecho. El objetivo final es mercantilizar el acceso al servicio de educación universitaria", afirmó Maria Eva Bellini. La especialista en economía remarcó la idea del actual gobierno nacional de "mercantilizar todo lo que se pueda mercantilizar como si estuviéramos en una competencia perfecta" y destacó que "el arancelamiento no permite la ascendencia social". Recordó que el sector productivo suele recurrir a los talentos generados por la educación universitaria pública y que eso también se vería afectado. "El riesgo de un desfinanciamiento es una sociedad desigual con menos oportunidades", destacó.

Las mujeres, las más perjudicadas

Jimena Morais habló del peso de la situación para las estudiantes mujeres en las facultades en las que ella se desempeña, las que "tienen una marcada presencia femenina". Se refirió a la tradición normalista de la de Paraná, a la presencia de decanas mujeres y las grillas de horarios marcados, en todas las de humanidades, por las tareas de cuidado de las docentes mujeres.

Pero la situación compleja en materia de género supera los límites de ciertas carreras. Al respecto, Bellini señaló que "una posible arancelización a quienes más puede llegar a perjudicar es a las mujeres por esta cuestión de que existe una feminización de la pobreza. Por ende las que menos recursos vamos a tener para acceder a estos servicios vamos a ser las mujeres y además se nos va a dificultar aun más poder sostenernos".

Las matrículas universitarias muestran mayoría de mujeres graduadas en varias carreras y una presencia importante en otras, incluso las tradicionalmente masculinizadas. Un camino de avances que no ha estado exento de dificultades. "Esas desigualdades que hoy existen, y que se estaba trabajando un montón para poder enfrentarlas, se van a profundizar claramente. La arancelización de un servicio que era público y que venia a propiciar la igualdad de oportunidades, produce sociedades más desigualitarias y para las mujeres va a significar un retroceso", afirmó la especialista en economía.

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Autora: Paula Kindsvater CC BY-SA 4.0

Desde su mirada social, María Emilia Perri hizo un análisis amplio sobre la temática de género. Contó sobre su experiencia en escuelas secundarias, adonde estudiantes varones mostraban sentirse enojados y fuera del sistema. La docente cree que, entre otras cosas, esto fue "generando un caldo de cultivo que dio lugar a que también hoy esté permitido criticar la perspectiva de género y criticar cuestiones básicas como la identidad de género que hasta hace unos años (y lo pienso como parte del movimiento) sentíamos que era una de las batallas que ya habíamos ganado".

Se refirió, además, al concepto de olas para ese movimiento que así como avanza también retrocede. "Hoy estamos en un momento de retrocesos y de entender que no hay disputas ganadas y que el pañuelo verde sigue siendo necesario y que hay que seguir disputando espacios de poder. Todo el tiempo. Y eso es desgastante. Lo pienso en cuanto a la gestión de los recursos de las personas".

Perri hizo un reconocimiento de lo ocurrido antes y de la batalla actual. Y así, señaló que mientras se vivían "las discusiones que dio el movimiento de mujeres en los últimos años, también del otro lado se articularon grandes grupos que aprendieran a gestionarse en el espacio público. Ahí es donde hoy ellos ganaron agencia, ganaron el Estado porque las discusiones que se están dando tiene que ver con que ellos han ganado esos espacios. Pero también me parece que algunas de esas discusiones sirven para tapar otras problemáticas. La lucha contra la perspectiva de género que este gobierno ha tomado a su cargo, sirve para tapar otras cuestiones y aparece todo en tiempo en primera plana".

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Autora: Titi Nicola | CC-BY-SA-4.0

La especialista en ciencias políticas se refirió, asimismo, al estado de miedo en relación a lo que se dice en el aula. "Empiezan a aparecer lo que yo llamo sensaciones de riesgo, el riesgo hoy a no ser la voz oficial. Estábamos cómodas en la institucionalidad. Hoy nos toca ser la oposición, lo reactivo; que es un lugar que también habíamos ocupado como movimiento de mujeres pero ahora es más fuerte. Y me parece que hay que identificar que luchas dar".

Perri señaló el cierre o desfinanciamiento de planes (como el Enia) a modo de paulatino avance sobre derechos reconocidos legalmente sin llegar a las leyes principales. "Con todas esas pequeñas cuestiones avanzan en esa batalla cultural sin necesidad de modificar una ley. Ahí hay que poner el ojo, en las acciones concretas de gobierno que llevan adelante desde el ejecutivo. Ahí están mostrando toda su expertiz y toda su ideología, que ya la decían en campaña. Con todo eso que van colando en sus discursos y acciones creo que es donde los avances que se lograron pueden verse afectados".

Rumbos a tomar

En cuando a los caminos a seguir, María Emilia Perri destacó la sólida articulación actual entre todos los actores del sector. "El movimiento estudiantil trabajando conjuntamente con gremios docente y no docentes, las mismas universidades uniéndose... Hacia tiempo no se veía de manera tan fuerte", señaló. Asimismo, se refirió a las dos líneas de lucha de la docencia: "Una es la lucha hacia afuera: mostrar a la sociedad la importancia de la ciencia y de la docencia universitaria, porque la docencia universitaria no puede pensarse si no es de la mano de la investigación, y por otro lado hacia adentro de las aulas, mostrar la importancia de estar allí y de lo privilegiados que son aquellos que llegan al sistema".

Perri expresó que trabajar esos conceptos "es la mejor lucha que se puede dar frente a un gobierno que es muy cruel en las medidas que toma porque no sólo atenta contra tu presente sino también contra todo tu futuro; desarticula tu sistema educativo, tu sistema de salud y con eso desarticula vínculos sociales, porque ellos no creen en la sociedad, no creen en lo colectivo. Ahí hay que apelar, volver a plantear lo colectivo como algo que permite la individualidad también. Uno no puede desarrollarse sino es en el marco de una sociedad que tenga algún tipo de progreso en términos humanos, no sólo económicos".

Autora: Paula Kindsvater CC BY-SA 4.0

Para María Eva Bellini resulta importante sumar el rol de los sindicatos al de las universidades. Destacó como inédita la unión de los rectores de universidades nacionales, e incluso de algunas privadas, "en el reclamo por mayor presupuesto y por políticas de ciencia y tecnología". O la solidaridad de sindicatos y centrales obreras vinculadas a distintas ramas de la producción que "también se alimentan de la universidad pública".

"La salida como siempre es colectiva, es con más organización y pensando que no se afecta solo a quienes trabajan o estudian en la universidad sino que se afecta a toda la sociedad", afirmó Bellini. Y concluyó: "La universidad produce soberanía, independencia económica e intelectual y permite que el desarrollo científico sea situado en la problemática y estructura de nuestro país".

El martes 23 de abril se convoca a una concentración en todo el país en defensa de la universidades públicas. En Santa Fe, la cita es a las 17 frente al Rectorado de la UNL.