El artículo 106 del proyecto de Ley Ómnibus fue uno de los ejes más discutidos: es el que suspende la aplicación de la fórmula que se utiliza para aumentar jubilaciones y pensiones, la AUH y la Asignación por Embarazo, entre otros. ¿Qué proyecto tiene La Libertad Avanza para todas ellas y ellos?
A diciembre de 2023, cualquier jubilade que percibiera "la mínima" (como se conoce comúnmente a la categoría más baja de esas percepciones en nuestro país) recibió, entre su haber y el refuerzo, 160.713 pesos. No hace falta que digamos que esa cifra no alcanza para mucho: según el Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor, en el mes de diciembre una pareja de jubilados necesitó $294.159,26 para cubrir una canasta básica en la ciudad de Rosario. Es decir, con dos jubilaciones mínimas apenas alcanza para no ser pobre, siempre y cuando los alquileres y los medicamentos no continúen con la indiscriminada escalada de precios de los últimos años.
Pero, ¿qué pasa con les que aún no se incorporaron al sistema previsional? En nuestro país tenemos una larga tradición (a veces interrumpida) de conceder el derecho a una jubilación a todos y a todas, incluso a aquellos que por distintos motivos no pudieron hacer los aportes pertinentes cuando trabajaban de manera activa.
Nunca está de más recordar, de hecho, que salvo en contadas ocasiones esos aportes no son una obligación de las y los trabajadores, sino un derecho: son las patronales y los empleadores los que deben pagarlos. Pero, sabemos, esto no siempre ocurre así: primero, por la creciente informalidad que nos aqueja desde hace décadas; segundo, porque muchos oficios o labores no son considerados realmente como tales, aunque les dediques tu vida. Muchas de las trabajadoras que pudieron acceder a su jubilación gracias a las sucesivas moratorias abiertas eran, sin ir más lejos, amas de casa. De hecho, popularmente se conoce con ese nombre al beneficio recibido: "jubilación de ama de casa".
En diálogo con Radio Nacional Santa Fe, Rita Colli, del sindicato de Amas de Casa, lo explica así: "Cuando arrancó la primera moratoria, allá por el año 2005-2006, dijimos que era una medida en beneficio de las mujeres, y en los hechos terminó siendo así, ya que el 80% fueron mujeres. Después ese porcentaje fue variando, fue fluctuando, pero estamos diciendo que de los 3,5 millones de personas que llevan jubilándose con ayuda de estos planes de deuda, de estas moratorias, diría que el 75% son mujeres, y por lo que ya sabemos: por el tiempo que el cuidado ocupa en nuestra vida y que nos hace entrar y salir del mercado laboral, por la desocupación, por las políticas de los 90, por las políticas de Macri, por las políticas que cortaron la posibilidad de tener un aporte previsional y, además, por otra cosa muy importante: la mitad del trabajo que hay en la Argentina es trabajo no registrado, entonces eso también impacta en las mujeres".
Y, ¿por qué es importante traer ahora este dato a colación? Porque todo el sistema, desde la posibilidad de nuevas moratorias al sostenimiento del poder adquisitivo de las millones de mujeres que ya accedieron a su jubilación, está en peligro.
Vejez en riesgo
Sobre esto, Colli indicó: "Hay una ley, la 27.705 de Plan de Pago de Deuda Previsional, que rige hasta marzo de 2025, porque la propia ley llevaba en su texto su duración. Pero esto será así si no pasa algo antes, que es lo que todos de alguna manera estamos temiendo". En efecto, las jubilaciones, el futuro del Fondo de Garantía de Sustentabilidad y la posibilidad de nuevas moratorias son algunos de los ejes que se encuentran en discusión en este momento en el país, a raíz de las primeras medidas tomadas por el presidente Javier Milei, tanto a través del mega DNU como en el proyecto de Ley Ómnibus que se discute ahora en el Congreso.
Si el sistema de moratorias y planes de pago se cae, será un golpe durísimo. Colli lo entiende así: "Si nosotros vemos que en el 2023 se informó que, de cada 10 jubilaciones que salían a través del sistema previsional solo una tenía completos los 30 años de aportes, las nueve restantes necesitaban el apoyo de la moratoria, ya sea en forma total algunas y en forma incompleta la mayoría. Es decir, necesitaban comprar algunos años o acogerse a esa deuda, ese plan de deuda previsional, para poder completar esos 30 años. Entonces imaginate, si todo esto cae, ¿quién se va a poder jubilar en la Argentina?".
Hay otro factor a tener en cuenta: a raíz de una decisión del ex-presidente Alberto Fernández, se comenzó a reconocer aportes por tareas de cuidado, reconociendo un año de aporte por cada hijo que una mujer hubiera tenido a su cargo. Esa norma puso en valor el trabajo de cuidado de miles de mujeres y es un criterio que parece haber quedado también fuera de la discusión.
Hay un segundo eje de preocupación: ¿qué está sucediendo con las jubiladas actuales? Colli indica que: "Al caer el régimen de actualización actual y no reemplazarlo por otro, porque hasta el momento no se dice cómo ni de qué manera se actualizarán sino que quedará a voluntad del presidente -y ya venimos viendo en este mes qué voluntad tiene-, estamos viviendo con una gran incertidumbre".
Cambios en el proyecto original
El artículo 106 del proyecto de Ley Ómnibus fue uno de los ejes más discutidos en el debate en comisión: es el que suspende la aplicación de la fórmula de movilidad que se utiliza para actualizar los haberes de jubilaciones y pensiones, la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Asignación por Embarazo, entre otras. No hace falta que digamos que, también en una apabullante mayoría, son las mujeres las que reciben estas últimas dos prestaciones, las gestionan, y las utilizan para la economía doméstica.
En el proyecto original se facultaba al Gobierno a establecer una fórmula automática de ajuste “teniendo en cuenta los criterios de equidad y sustentabilidad económica”. Sin embargo, con el correr de la negociación, el Ejecutivo terminó resignando este apartado y accedió (por ahora) a que el incremento de los haberes previsionales, a partir de abril de este año, sea a través de una actualización por inflación, tomando como referencia el IPC que publica el Indec. Esto, de nuevo, también encuentra sus resistencias: aumentar jubilaciones y asignaciones con este número como referencia, en un país con una economía que sostiene desde hace meses una inflación de dos cifras, es negociar a la baja. En criollo: las prestaciones van a aumentar a mes vencido.
En medio del debate, una suerte de conclusión reflexiva: solemos hablar mucho del país que construimos para nuestros hijes, sobrines, infancias. Con el mismo ahínco y compromiso deberíamos, y aún más en situaciones de crisis, detenernos a pensar en qué país sostenemos y defendemos para nuestras vejeces. No es tan difícil, la referencia es siempre clara: en momentos así, sólo hay que tomarse un mate y pensar, con detenimiento, qué haría en nuestro lugar Norma Plá.