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Caso Mónica Aquino: todas las pistas apuntan a la familia de su pareja

En una audiencia realizada el viernes en los tribunales de Santa Fe, se decidió que la madre de Hugo y Mario P. quede en prisión preventiva. Al igual que sus hijos, la mujer fue imputada por explotación sexual.

Thamina Habichayn

Autora: Thamina Habichayn

 

La búsqueda de Mónica Estefanía Aquino ya lleva 15 días y en el marco de la investigación de su paradero hay tres imputados que quedaron en prisión preventiva. Hugo P., la pareja de la mujer de Varadero Sarsotti, y Mario P, el cuñado, fueron imputados el martes por explotación sexual y el miércoles quedaron en prisión preventiva. La madre de ambos y suegra de Mónica, es la detenida más reciente. Fue imputada el miércoles y este viernes se dispuso que también quede en prisión preventiva. Se trata de Rosa A., de 50 años.

Según detallaron desde la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas) de la Fiscalía Regional 1, la mujer vivía en el mismo domicilio que Mónica y los demás imputados y participaba tanto de la explotación sexual de Mónica como de las amenazas y la violencia que se ejercía contra la mujer.

La medida cautelar fue ordenada por el juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP), Pablo Spekuljak, quien remarcó que la víctima aún no fue encontrada y no pudo dar su versión de los hechos. A la vez, hizo hincapié en la violencia con la que fueron cometidos los hechos delictivos y el temor a las represalias por parte de los imputados que expresaron los testigos.

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Al igual que sus hijos, la mujer que quedo en prisión preventiva fue imputada por la autoría de explotación de la prostitución ajena agravada por la violencia y la convivencia. Los hechos que se le atribuyeron comenzaron en 2017 y se prolongaron hasta la desaparición de Mónica entre el 4 y 5 de mayo de 2023, cuando fue vista por última vez.

La Fiscalía destacó que la suegra de Mónica “se aprovechó de la situación de extrema vulnerabilidad en la que estaba Aquino, quien además sufría violencia de género”.

Explotación sexual

Según las pruebas recolectadas por la Fiscalía, Mónica ejercía la prostitución desde 2017 aproximadamente, obligada y controlada por los tres imputados. Algunos testigos narraron que Hugo inició a Mónica en la prostitución cuando la llevó en su vehículo a una esquina de la ciudad y le preguntó a las demás trabajadoras sexuales si la podía dejar en esa esquina para que trabajara. Como se negaron, la dejó en la otra.

Además, en la audiencia del miércoles, la fiscala Alejandra Del Río Ayala, indicó que varios testimonios le permitieron comprobar que la pareja, el cuñado y la suegra de Mónica se quedaban con el dinero que ella obtenía por ejercer la prostitución. Incluso, aportó que en una ocasión, la víctima debió pedir plata prestada para poder pagar la suma que le exigían al final de cada día.

Durante el tiempo en que Hugo estuvo preso, quien se encargaba de controlar a la mujer y de recibir el dinero, era su hermano. “Tal como la fiscal indicó, ambos imputados cumplían el rol de cafiolos, proxenetas o rufianes”, destacó luego el juez Luis Octavio Silva en la resolución que dispuso la prisión preventiva de Hugo y Mario P. La madre de ambos no era ajena a lo sucedido ya que también se encargaba de controlar, amenazar y expropiar el dinero del trabajo de Mónica.

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Contexto de extrema vulnerabilidad

A lo largo de las varias audiencias que ya se han celebrado en el marco de la causa, la funcionaria del MPA también describió diversas situaciones de violencia de género que fueron denunciadas por Mónica y sus familiares y constatadas con pruebas y testimonios. La mujer buscada vivía “en un contexto de violencia extrema” en el domicilio que compartía con su pareja, su cuñado y su suegra. La fiscala incluso contó que algunos testigos narraron que vieron a la suegra de Mónica, “arrastrarla de los pelos” por la calle.

“Estuvo muchos años sin el contacto con su familia, incluso no les contó que ejercía la prostitución porque cuando le preguntaban por su vida, no contaba nada por la presión bajo la que vivía”, describió Del Río Ayala. Desde 2017 en adelante, Mónica fue perdiendo el contacto con su familia y dejó de hablar de su vida privada. Cuando los familiares de la mujer se enteraron que ejercía la prostitución obligada y controlada por Hugo y Mario P., denunciaron la situación, pero nada pasó.

En julio de 2022, Mónica había realizado una denuncia por violencia de género y se había ido a refugiar a la casa de una amiga. Por otro lado, la fiscala destacó el hecho por el cual la pareja fue imputada por lesiones leves dolosas calificadas por el vínculo y el contexto de violencia de género. El 20 de abril de 2023, apenas dos semanas antes de su desaparición, Mónica fue acuchillada por Hugo, recibiendo una profunda herida en el brazo, por la que tuvo que asistir a un centro de salud. En el lugar, los médicos constataron que la mujer tenía más cortes en otras partes del cuerpo.

Sobre la violencia física que sufría Aquino, Del Río Ayala indicó que varios testigos contaron que era habitual verla a Mónica con moretones y golpes en el cuerpo y la cara. “Hay muchos hechos que podría seguir narrando que muestran una situación diaria de violencia física”, subrayó. “Mónica puede haberse escondido, la pueden haber secuestrado o puede estar muerta, pero está claro que el contexto para que algo de eso pase fue generado por los imputados”, aseguró la fiscala.

Autora: Thamina Habichayn

Otros hallazgos en la investigación

Quien denunció la desaparición de Mónica fue su pareja. Lo hizo recién 48 horas y argumentó que anteriormente no le habían tomado la denuncia. La fiscala indicó que no hay testigos en la comisaría que avalen lo que dijo. Sostuvo que Hugo P. mintió en sus declaraciones diciendo que no tenía celular y que estaba separado de Mónica hacía meses, circunstancias que luego fueron corroboradas como falsas en la investigación.

En las pericias que se hicieron en la casa de Mónica, se encontraron rastros de sangre en una cuchilla, en una campera y el piso. Los peritos también indicaron que la habitación de Mónica se encontraba en perfectas condiciones de higiene, como si hubiera sido recientemente limpiada. Esto llamó la atención ya que se diferenciaba de la situación del resto de la casa.

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En cuanto a la fecha y hora de la última vez que Mónica fue vista, la fiscala también hizo un llamado de atención. Si bien Hugo P. indicó que la vio por última vez el 5 de mayo a la 1 cuando la dejó en la esquina donde trabaja, testigos señalaron que lo vieron cerca de las 3.30 en la parada, golpeándola.

“Él dice que Mónica era adicta y que no se ocupaba de sus hijos, hay testigos que niegan el consumo y otros que lo avalan, por lo que eso no se pudo constatar”, detalló Del Río Ayala, pero aseguró que “de mala madre no tenía nada, siempre estaba con sus hijos. La directora de la escuela a la que van los chicos confirmó que los llevaba y traía a la escuela, se ocupaba de ellos y bajo ninguna circunstancias se hubiera ido de la casa sin sus hijos”.

Por Thamina Habichayn