ActivismosDestacadas

Periódicas puso en marcha la segunda etapa de Punto Seguro

La propuesta originada en el marco del Fondo de Mujeres del Sur, llega al territorio. Con la participación de profesionales de la Psicología y el Trabajo Social, se concretan talleres en barrios y organizaciones, a fin de convertir en realidad lo que señala el mapa.

Autora: Titi Nicola | CC-BY-SA-4.0

La primera etapa de Punto Seguro, proyecto realizado con el apoyo del Fondo de Mujeres del Sur, tuvo como objetivo mapear los lugares de contención, ayuda y capacitación para mujeres y disidencias víctimas de violencia de género. En el segundo tramo, la búsqueda apunta a llegar al territorio y a personas concretas a través de talleres a cargo de la psicóloga social Agostina Tavella y la trabajadora social Desiré Stival.

"El territorio no es sólo la geografía. Es una construcción colectiva de una sociedad, una cultura y también una identidad asociada a un lugar". La fundamentación de esta segunda etapa de Punto Seguro busca su espacio en organizaciones y barrios especialmente habitados por la problemática y la búsqueda de respuestas

Leer también »  Punto Seguro: un mapa para encontrarnos y acompañarnos
Autora: Caro Robaina

Sentirse acompañada

El Birri, con la participación de su organización, junto a La Poderosa, y la Vuelta del Paraguayo con las organizaciones Arroyito Seco y Proyecto Revuelta, fueron los dos primeros espacios en los que se llevaron a cabo los talleres.

Las participantes consultadas al cierre de los encuentros coincidieron en la importancia de estos lugares en los que escuchar y ser escuchadas es posible. "Hay cosas que no sabía y está bueno saber", señaló Olivia, vecina de Alto Verde. "Me gusta escuchar para aprender yo y aconsejar a los demás". Lucrecia, vecina de la Vuelta del Paraguayo comentó que desconocía los distintos tipos de violencia de género sobre los que se habló en la capacitación.

"A veces nos da verguenza hablar sobre violencia de género", comentó Majo de La Guardia Centro. Orgullosa de pertenecer al Bachi, destacó la importancia de "acercarse a compartir, participar y conocer. Saber que ustedes pueden contar con nosotras y nosotras con ustedes".

Panchi, de la Vuelta del Paraguayo, destacó que hay muchas mujeres que necesitan ser escuchadas. "A veces una viene a la escuela con el dolor en el alma y necesitás un encuentro así. Me sentí aliviada y acompañada. Sé que no estoy sola y tengo apoyo", agregó. Para Pamela de Arroyito Seco fue fundamental saber que hay otros lugares que reciben mujeres y niños y afirmó que "fue muy buena la experiencia".

Autora: Titi Nicola | CC-BY-SA-4.0

Tejer redes

La trabajadora social Desiré Stival, una de las encargadas de llevar adelante los talleres, habla de dos momentos diferenciados en la propuesta. "El primero fue la previa, la construcción de esos talleres. El poder pensar cómo íbamos a materializar ese mapa digital, ese punto seguro en el territorio. Ese fue un primer desafío que tuvimos con Ago cuando revisábamos el mapa y encontrábamos un montón de instituciones con su identidad y un camino recorrido en ese y otros territorios, con barrios llenos de historias, también".

El segundo momento, según señaló, implicó la realización concreta de la propuesta. "Creo que el objetivo en parte fue cumplido y digo en parte porque es algo que se tiene que seguir construyendo". Destaca, asimismo, la importancia de "ver cómo las organizaciones se intercambiaban todo ese laburo, cómo conocían cuáles son los otros puntos seguros en donde puedan sentirse contenidas y poner la voz sin que nadie las juzgue. El mapa viene a tejer redes y a fortalecerlas".

Agostina Tavella, psicóloga social a cargo de los talleres junto con Desiré, explica que se trabajó en relación a dos ejes. "El primero tuvo como objetivo problematizar el mapa de la ciudad, entendiendo que los territorios lo construyen y redefinen quienes lo habitan. De esta manera se buscó particularizar cada paisaje con la impronta de los barrios: ¿Qué nos hace distintos? ¿Qué iguales? ¿Cuáles son los olores y colores? ¿Cuales los ruidos de las calles que piso a diario?".

La profesional cuenta que a partir de allí se abordó el concepto de punto seguro. "¿Qué características hacen que una institución, un lugar, un vínculo sea leído como seguro? Fue interesante ver cómo el mapa de la ciudad invisibilizaba zonas o barrios enteros, calles que se fueron reconstruyendo a partir de los relatos individuales. Por último, se trabajó sobre las particularidades de cada organización en el territorio del que son parte. Aquí, se generó una instancia de intercambio de experiencias, y fueron apareciendo puntos de encuentro y también apareció la sorpresa. En lo personal, me quedo con eso: con la posibilidad de que el territorio y quienes lo habitan se sigan sorprendiendo al encontrar formas similares de alojar al otre, formas similares de ser puntos seguros".

Autora: Lucía Medina

Dejar huellas

Las integrantes de Periódicas que estuvieron presente en los talleres, encuentran en la palabra impacto una sensación común. Escuchar los comentarios de las asistentes, la mirada de ellas sobre este medio nacido de la necesidad de contar la realidad desde una perspectiva de género, resultó enriquecedor. "Estos espacios nos dan herramientas. Las instancias de participación siempre son un plus que permite capitalizar la experiencia humana", coincidieron.

El proyecto seguirá concretándose en otros barrios y convocando a más organizaciones. Lo que fue un mapa se convierte en hechos, en realidades. Porque, como se propusieron las profesionales a cargo de los talleres junto a Periódicas, "habitar un territorio, es dejar huella, es movimiento. Pero también es demorarse en él y sobre él. Detenerse a contemplarlo. El arte de habitar implica trabajar con otres: participar. Abrir el territorio al de fuera, compartirlo".

Autora: Lucía Medina