Rompieron el esquema de invisibilidad en 2021 cuando el gobierno nacional, a través de un decreto, reconoció a las identidades no binarias registralmente mediante el marcador X en los documentos de identidad. En el mismo acto desde los activismos declaraban que no es suficiente, que una letra no alcanza para definir una identidad. Pero ¿quiénes son las personas no binarias? ¿Cuáles son sus realidades y problemáticas? ¿Qué pasa cuando tu identidad no encaja en lo femenino o lo masculino?
En el desarrollo histórico, el reconocimiento de las existencias no cis-heterosexuales y los consecuentes marcos jurídicos y legales construidos en torno a esas realidades han ido de mano con la conquista de esferas de visibilidad.
Y si bien éstas han estado vedadas largamente para las personas trans, la realidad es que, al menos a cuentagotas, eso comienza a cambiar. Las mujeres y varones trans progresivamente hemos construido diálogos con los centros de poder y decisión, y también una visibilidad potente, al menos dentro de la población LGBTIQ+ y ciertos feminismos.
En esa carrera las personas no binarias son aún una dimensión aparte. Por eso es necesario hablar sobre las realidades no binarias. Desde Periódicas conversamos con activistas no binaries y trans no binaries de Santa Fe y Paraná acerca de los activismos organizados, las conquistas y las deudas con esa comunidad.
Una historia no binaria
Fran es entrerriane. Actualmente milita en el Frente Patria Grande y cursa la Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) y sus pronombres son ella y elle.
Sobre la identidad que construye relata que las existencias no binarias no suponen un concepto estanco o acabado. ¿Cómo definimos entonces a las personas no binarias y trans no binarias? Pues es simple. No se las puede definir, y ese el eje central de esa construcción identitaria.
Elle sostiene que el campo del pensamiento sobre las identidades no binarias "viene a romper con una matriz de pensamiento binaria. No es simplemente un tercer género, mucho menos un tercer sexo, no es ni la mitad de ser varón o la mitad de ser mujer. No es ni un poco de esto ni un poco de aquello. No es en una línea donde situar el ser varón y en otro extremo situar el ser mujer y en el medio colocar a las personas no binarias, sino realmente vivir fuera de un esquema binario".
Fran propone a las identidades no binarias como una fuga a las configuraciones sociales y que puede contener otras construcciones de género como las marikas o queers. "No es una cajita donde depositamos a ciertas personas por ciertas características que comparten y dejamos afuera todo el otro, sino que es algo que se va construyendo constantemente. En ese sentido el no binarismo es una suerte de paraguas donde podemos encontrar identidades por ahí más específicas o más puntuales".
Otro de los puntos sobre los que arroja luz es sobre la cuestión trans no binaria. Le activista sostiene que el no binarismo es una expresión dentro del "paraguas" de lo trans, pero que hay personas no binarias que no se reconocen como tales, y esto es una línea más del pensamiento en torno a estas identidades.
Marlén Gómez Rodríguez es santafesine, actualmente viviendo en la ciudad de San José del Rincón. Es trans no binarie, tiene 23 años y es músique. Se desempeña como guitarrista, cantante y compositora en la banda Rizoma y otros proyectos musicales y también como docente particular de guitarra. Actualmente, cursa la Licenciatura en Música orientada en guitarra y Profesorado de Música en el Instituto Superior de Música (ISM) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y es militante por los derechos de las diversidades en la Mesa del Orgullo de Santa Fe y la Mesa del Orgullo Rincón.
También forma parte del Área de diversidad de la Asociación del personal no docente de la UNL. Recientemente fue reelecta como Presidenta del Centro de Estudiantes de Música junto a la agrupación estudiantil La Naranja e integra la comisión del centro cultural El Puente. Sus pronombres son ella y elle.
Marlén propone un análisis también en el mismo sentido que Fran. Ella considera que "hay tantas formas de ser no binario como personas no binarias haya".
"En particular yo habito la identidad trans no binaria porque siento que quién soy está muy alejado a la construcción que se pretendió con mi género asignado al nacer, y eso es una experiencia compartida con otres o colectiva, el sentir que el género no es binario, no se reduce a lo masculino o femenino. Entendemos que lo masculino y lo femenino no tienen por qué ser un polo extremo, sino que hay muchos matices, mucha diversidad y muchas maneras también de habitar la masculinidad y la feminidad" sostiene le músique santafesine.
Sobre los orígenes del movimiento Fran apunta directamente contra los discursos de odio, sosteniendo que es necesario hablar sobre la historicidad de las identidades no binarias para combatir esas ideas conservadoras que replican la noción acerca de que "el no binarismo es una moda, algo muy superficial, poco profundo, momentáneo, pasajero".
Ambes activistas coinciden en una historicidad que trasciende a las concepciones contemporáneas pero también a las lógicas occidentales con las que se construye la noción de género.
"Las identidades no binarias tienen una historia de cientos y miles de años. Lo podemos pensar en la etapa precolonial, donde existían en latinoamérica culturas que hablaban de un tercer sexo o de un tercer género. Su esquema de organización social no era binaria o tenían roles no establecidos como los conocemos. Después la colonización también trajo esto. El binarismo de género es un legado colonial, anclado, a un pensamiento occidental" dispara le militante paranaense.
Y es que efectivamente alrededor del mundo distintas identidades se fugan de lo masculino y lo femenino y de la forma occidental en que entendemos esta dicotomía ficcional. "En distintas culturas hay manifestaciones de identidades que no se identifican específicamente con con lo que es ser varón o mujer. Eso también fue una construcción histórica y hay varios ejemplos: Las Muxe en México, les Dos Espíritus en Estados Unidos, las Hijsra en India" señala Marlén.
Autora: Gise Curioni
En Argentina
En cuanto a la historia reciente, Fran remarca que hace apenas un decenio la academia y los espacios de pensamiento feminista empezaron a prestarle más atención a la multiplicidad de expresiones identitarias existentes y a hacer cierto foco en las identidades no binarias, pero que el precedente del discurso travesti de Lohana Berkins es un punto emblemático para pensar un marco teórico, con lo que Marlén coincide plenamente.
"Es cierto que hace apenas 10 o 15 años la cuestión no binaria se pone en la discusión en ámbitos de militancia, académicos, en la sociedad y, en los feminismos. Y esto en Argentina estuvo ligado al movimiento travesti. Recuerdo una una entrevista de Lohana donde ella decía 'yo no soy ni ni hombre ni mujer, soy travesti'" apunta le estudiante de Entre Ríos.
Fran señala que se asume parte de una generación que en los últimos años, por medio de las redes sociales, en ámbitos de militancia, instituciones y al interior de las familias, han puesto sobre la mesa la existencia de otras identidades, fuera del binario varón-mujer, ligado al lenguaje inclusivo, lo que señala como otro hito en la historia del movimiento no binarie en el país.
"La O y la A no nos contienen a todes. La E contiene a personas que históricamente han sido excluídas. Eso viene ocurriendo, venimos en ese proceso. Pero hay una historia detrás de ello" considera le joven de 19 años.
Marlén ancla los inicios organizativos de la población NB a otros hitos particulares: el auge de los movimientos feministas y la campaña por la por la aprobación del Aborto Legal Seguro y Gratuito. "Por esa época empezaron a surgir grupos no binarios en Argentina que de alguna manera accionaban a nivel local, trabajando en conjunto con organizaciones que militaban el tema trans" apunta le artiste. En ese sentido Gómez Rodríguez sostiene que en un momento surgió la necesidad de generar espacios de acción que trabajen específicamente las problemáticas de la población no binaria "como manera de focalizar en nuestras problemáticas que necesitaban ser visibilizadas".
Un documento
Desde la perspectiva no binaria está claro que la Ley de Identidad de Género, sancionada y promulgada en 2012, fue una victoria para todo el movimiento LGBTIQ+. Pero también es real que en un primer momento la legislación no alcanzó inicialmente a la totalidad de identidades. A su vez, según les activistas, el Documento Nacional de Identidad con el marcador X tampoco implicó un cambio real en las condiciones de acceso a la ciudadanía de las personas no binarias.
Gómez destaca que la Ley habla de que se debe "registrar los cambios de sexo y nombre de pila en los medios que haya para registrar a las personas", y que en este sentido "el problema no era la Ley, el problema era que no había un dispositivo que represente a las identidades no binarias, entonces las políticas llevadas adelante por el Registro Nacional de las Personas (Renaper) eran insuficientes".
Y es que efectivamente, como señalaban los activismos travestis, en la voz de Marlene Wayar, y otras activistas, la Ley permitió una adecuación a los marcadores sociales establecidos "varón" y "mujer" y dejó por fuera cualquier otra concepción identitaria.
La cosa tomó otro color con la nueva normativa en torno al reconocimiento de identidades no binarias mediante el decreto nacional 476/2021, aunque la aplicación plena es todavía un horizonte lejano, según señalan les activistas.
"Me encantaría decir que la sanción del DNI X realmente fue un cambio para las personas no binarias, que implicó una transformación en su vida o que puedan llevar a cabo sus proyectos, pero lo cierto es que hoy los sitios web del Estado todavía no tienen la X. Todavía Anses no reconoce otros géneros fuera del femenino o el masculino. Es muy difícil porque porque en la vida cotidiana imposibilita un montón de cosas" señala Fran.
Las limitaciones son claras y evidentes: desde solicitar un turno de salud en el sistema de registro centralizado, requerir un programa de trabajo o destinado a estudiantes, o tramitar cualquier cuestión administrativa supone acceder a capas del entramado informático estatal que no acusaron recibo de la medida que habilitó el documento con el marcador X como posibilidad para quienes no viven dentro del binarismo de género.
El anuncio, recibido en 2021 como una decisión vanguardista, generó polémica entre las militancias desde el momento cero, y al día de hoy la aplicación es como mínimo vaga. En este sentido, los activismos señalan que tras el impacto inicial ahora lo que queda son las deudas y la falta de decisión política para aplicar plenamente la norma.
"Un poco decíamos 'bueno la X tampoco nos representa', y en ese momento la respuesta del Estado recuerdo fue 'esto se rige a partir de ciertas convenciones internacionales para permitir que las personas puedan circular entre países que no tienen esta legislación', como que era algo pragmático. Pero además de que debemos conquistar otra cosa mucho mejor, lo que hay no se cumple. Hay una falta de decisión política", considera Fran.
Sobre las deudas con la población no binaria, además de la documentación, Fran marca a la Educación Sexual Integral (ESI) con una perspectiva no binaria.
"Un taller de métodos anticonceptivos no es ESI, empecemos por ahí, pero además si ese taller está pensado en un marco heteronormativo y binario, no transmite la existencia de otras identidades. Ahí también hay un desafío", remarca le muchache.
Y apunta que lo que se necesita es "una ESI que manifieste que hay una desigualdad entre un sujeto hegemónico que es el varón cis y todas las otras identidades. Pero que su vez reconozca que no solo existen dos géneros, y que ni siquiera existen solo dos sexos".
A esto agrega que "se nos presenta un mapa del cuerpo humano, pero ¿qué pasa con las personas intersex? De eso no se habla".
Marlén coincide en este punto sosteniendo que las personas no binarias "brillamos por nuestra ausencia en el sistema educativo". "Necesitamos que se hable de nuestras identidades en las escuelas, porque las juventudes y las infancias merecen saber que es posible vivir la vida siendo no binarie o trans no binarie, transmitirles que tienen el derecho a ser respetades en cualquier espacio educativo y cualquier institución, estatal o privada" estima le artiste.
Gómez Rodríguez apunta además al Cupo Laboral Trans y la salud con perspectiva no binaria como parte de la mora en términos de política pública con les no binaries.
"Necesitamos cupos laborales que incluyan a las identidades no binarias, como lo fue en la aprobación del cupo en la Universidad Nacional del Litoral, del cual estamos esperando su implementación y reglamentación pertinente" señala le activista en relación a la normativa aprobada por la casa de estudios este año.
En cuanto a una salud que realmente sea inclusiva una de las medidas concretas a las que apunta Marlén tiene que ver con terapia de reemplazo hormonal. "Merecemos que se nos atienda de manera digna, que se respeten nuestras identidades" concluye.
Escribe. Se especializa en la temática trans-travesti y las notas viscerales.