"¿Qué le paso a Momi? Parece un travesti" dijo entre risas y tapándose la boca la panelista Yanina Latorre en complicidad de Lizardo Ponce. El vivo de Instagram, donde hicieron el comentario fue borrado luego, pero quedó registrado por usuaries de Twitter que salieron a cruzar a la mediática. ¿Qué nos sigue dando risa a esta altura? La irresponsabilidad comunicacional al volante.
Con una práctica bastante notable en el campo, el dúo Ponce - Latorre, tristísimo representante de la persistencia de los discursos patriarcales, dedica desde hace algún tiempo, horas de vivo en Instagram a reafirmar un paradigma ya vetusto de la comunicación que chorrea machismo en cada frase.
Cada pieza es una muestra exacerbada del odio agazapado hacia mujeres cis y toda expresión sexodiferente, disfrazado de humor. Casi como un legado de la comedia chabacana y del chiste fácil tan popular en los 90' y los 2000 y que hoy no queremos más. Ni en Instagram, ni en ningún lado.
Y por supuesto que todo esto podría confundirse cómodamente con comentarios malintencionados vomitados al fuego de la ignorancia, sino fuera por el hecho de que, ni bien concluidos esos shows del horror, los videos son eliminados de las cuentas de ambos protagonistas.
Esclavos de lo que decimos, dueños de lo que callamos
¿Pero qué de todo esto le resulta gracioso a la conductora y al exponente gay estereotipado? ¿Qué le resulta gracioso a sus seguidores? ¿Cuál es el limite de tolerancia de este tipo de contenidos? ¿Cuál es el fin de difundir el odio?
Probablemente una llamada convencional con el mismo material en el ámbito privado no sería objeto de discusión alguna. ¿Entonces por qué hacerlo a través de redes sociales y públicamente?
¿Es la decisión premeditada de mantenerse en la agenda a cualquier costo? ¿Es ignorar la responsabilidad social que conlleva todo acto comunicacional? ¿Es estupidez concentrada y empaquetada en 60 minutos? La verdad, no tengo la respuesta.
"parece un travesti" dice @yanilatorre, con connotación negativa, como si ser trava fuera un insulto. Este es el contenido que construye, esto es la expresión de la norma pic.twitter.com/R8bavcMXkD
— Gonzalo carranza 🏳️🌈 (@gonzacarranza23) October 5, 2020
La responsabilidad de decir
"¿Qué le paso a Momi? Parece un travesti" dijo entre risas y tapándose la boca la panelista Yanina Latorre en complicidad de Lizardo Ponce.
Claramente la reafirmación hegemónica del passing también inscribe a las mujeres cis dentro de un límite determinado de posibilidades de habitabilidad del propio cuerpo. El mensaje es claro: No parezcan travas, porque eso es feo y es malo.
Y si bien hay muchísimo aún por discutir sobre qué cuerpos son socialmente admitidos y cuáles no, lejos de reducirse a una cuestión estética, hay todo un entramado social de fondo: por parecer trava se te ríen, pero por ser trava te matan.
Y es que del chiste boludo a la paliza y la puñalada, sólo hay un incremento de la misma variable especifica: el odio.
Igualmente el eje está en si continúa habiendo, en este escenario social, cultural y político, lugar para este tipo de declaraciones que siguen estigmatizando nuestras existencias y alimentando el odio social.
¿Sigue siendo todo tan gracioso frente al hecho de que nuestra expectativa de vida esté recortada a la mitad de lo que vive cualquier otro ser humano?
¿Sigue siendo chistoso cuando nuestro estar siendo se ve limitado a un acceso al empleo que no supera el 10%, siendo forzadas a la prostitución?
¿Sigue siendo ocurrente cuando nuestra prevalencia de VIH es del 35%, dadas a las condiciones paupérrimas en las que accedemos a la salud?
Imagino nomás lo cómico que les debe resultar a la señora Yanina Latorre o al machigay de Lizardo Ponce el hecho de que llevemos 78 personas trans y travestis muertas en lo que va del año, por ser.
Esta comunicación, no la queremos más.
Escribe. Se especializa en la temática trans-travesti y las notas viscerales.