_ActivismosDestacadas

La noyic (casa) de las mujeres qom: poner el cuerpo a la emergencia

En los barrios Las Lomas y Santo Domingo,  35 mujeres integran el proyecto Qom Alphi. Son quienes mejor conocen a su propia comunidad. Ante la emergencia sanitaria, es necesario preguntarse: ¿Por qué estas mujeres no han sido consultadas? ¿Por qué si están hablando no se las escucha?

Autora: Pilar Cabré

 

“N: ¿Marianela que es añaxaíiii?

M: Eh? no sé.

N: Mirá, se escribe así (mostrando un papel con la inscripción en español añaxai).

M: Ahhh añaxai (pronunciando añagai). Es fuerte, mujer fuerte, luchadora”

(En la ronda el resto de las mujeres ríe)

Marianela es una mujer qom de 24 años. Integra la comunidad Qom Lashi del barrio Santo Domingo y, a su vez, participa del Proyecto Qom Alphi en la ciudad de Santa Fe. Hace una semana, la ciudad se vio conmocionada ante el primer caso Covid-19 positivo en una mujer qom proveniente del Chaco. Dicha mujer se encontraba en Santa Fe para participar de las actividades religiosas con sus hermanos, como lo hacen regularmente. Sus familiares también son parte de la misma comunidad.

Junto a la confirmación del caso  y de manera ralentizada, se activó desde el sector estatal de la salud, una “Intervención Sanitaria en el Barrio Las Lomas”. El título del operativo indicaba que se desconocía que en realidad el territorio en cuestión se componía de dos barrios, Las Lomas y Santo Domingo. Este segundo, es efectivamente donde se encontraba la mujer positiva en Covid-19.

Ahora bien, más allá de ello, la presencia territorial constante en el barrio como organización nos llevaba a pensar en varias cuestiones. Aislar dos barrios implica pensar en las condiciones materiales de quienes viven allí. En octubre de 2019 nos reunimos con vecinos y organizaciones para identificar las principales problemáticas que atravesaban ambos barrios, presentamos un mapeo y un informe completo de cómo se hizo el mismo. Estaba claro que los vecinos ya estaban aislados porque el Estado desde una omisión selectiva los relegó y relega a segundo plano.

Los desafíos de aislar lo que ya estaba aislado

Aislar los barrios implicó entonces, en esta última semana, garantizar a todos la posibilidad de tener un plato de comida en la mesa. Implicó para el Estado hacer averiguaciones acerca de cómo se componen las familias de ambos barrios porque no contaban con tal información. Implicó apoyarse, en algunos momentos y con cierta selectividad, en organizaciones de base territorial, sin mencionarlas y convocándolas por separado, aun siendo conscientes de la existencia de una Red Intercultural de Instituciones de los barrios Las Lomas y Santo Domingo.

Leer también »  Cómo colaborar con organizaciones barriales

En todo este proceso hemos notado que la emergencia pensada para los márgenes de la ciudad sigue dejando fuera a algunas poblaciones.  Sigue siendo una emergencia que no habla en lengua qom y que no llega a todos los ciudadanos de igual manera. Sigue siendo una emergencia pensada desde afuera, donde los organismos estatales deciden y hacen sobre los qom y no con ellos, cuando éstos están dispuestos y a la espera para colaborar.

Autora: Pilar Cabré

Desde el primer momento nos preocupó la situación en la que se articulaba esta emergencia sanitaria pensada desde el Estado y con poca participación de las comunidades indígenas, siendo que en los barrios afectados la presencia qom es de más de 1.500 personas (según el Censo Nacional de Población Hogares y Vivienda 2010).

En segundo lugar, nos vimos afectados por las declaraciones de algunos funcionarios de la salud que en reiteradas ocasiones insistieron en remarcar que la mujer positivo en Covid-19 provenía del Chaco, sin especificar que también podría haber contraído la enfermedad circulando por la ciudad de Santa Fe o en contacto con otras personas no indígenas. Esto y la forma en que algunos medios difundieron la información dispararon una serie de discursos de discriminación de tipo étnico racial que llevaron a que recientemente se les prohibiera el ingreso a los negocios a mujeres de la comunidad.

En tercer lugar, observamos en lo que va de la semana que los Comités de Emergencia conformados hasta el momento siguen sin evaluar que en este caso estamos frente a una emergencia donde la componente étnica es clave y, a su vez, muy fuerte. Los miembros de ambas comunidades se organizan y están atentos. Entienden que una gran parte de la responsabilidad por la discriminación hacia ellos puede ser, efectivamente, aminorada desde acciones concretas del Estado.

Leer también »  Coronavirus: en las trincheras, nuestras heroínas

El día 1 de abril se produjo un encuentro entre personal de la salud y miembros qom del barrio en el Centro de Atención Primaria de la Salud Las Lomas (CAPS Las Lomas). Se acercaron miembros qom, en su mayoría mujeres, a pedir explicaciones, a reclamar información sobre las condiciones de salud del barrio y, también, a demostrar su posición de desacuerdo frente a la marcación discriminatoria que se ha efectuado sobre ellos. En el contexto mencionado, y conociendo las dinámicas de ambas comunidades y del barrio en general, consideramos que no es un dato menor que la presencia al pie de cañón en el reclamo sea efectuada por las mujeres, cuestión que pasamos a argumentar a continuación.

Autora: Pilar Cabré

La economía de los qom se organiza a partir de ingresos que provienen de tres fuentes principales: transferencias monetarias estatales, changas y artesanías, desarrollada esta última, en su mayoría, por mujeres. Una mujer qom organiza la economía de su casa, intercalando sus tareas domésticas con el tejido artesanal. Estas jefas de hogar llevan adelante múltiples estrategias que posibilitan sacar a flote familias que superan en promedio los tres hijos. Por lo general, los miembros de una misma familia viven juntos en una misma casa o compartiendo patios lindantes. Por lo tanto, es común que los cuidados que realizan las mujeres se extiendan a otros miembros de sus familias que no necesariamente son sus hijos, haciendo de la maternidad una práctica extensiva y comunitaria.

Las mujeres qom de Las Lomas y Santo Domingo, según relevamientos realizados por nuestra organización, se encargan también de los cuidados referidos a la salud de sus familiares. Son ellas quienes ante una dolencia o simplemente para control asisten con sus hijas e hijos al CAPS. Sí, decimos CAPS únicamente, porque las entrevistas realizadas arrojan que el total de mujeres artesanas que componen Qom Alphi (más de 35 artesanas) y sus familias asisten exclusivamente al Centro de Atención Primaria de la Salud de Las Lomas.

El proyecto Qom Alphi se inició en 2018 junto a las mujeres artesanas indígenas Qom que habitan Las Lomas y Santo Domingo en la ciudad de Santa Fe. Son un colectivo de mujeres entre las que hay algunas migrantes de localidades como Castelli y Miraflores en Chaco y otras nacidas y criadas en Santa Fe. Los nucleos familiares de estas mujeres residen en la ciudad desde hace ya más de 30 años.

Autora: Pilar Cabré

El espacio “Qom Alphi”, creado en conjunto con la Mutual Voluntaria, está conformado por más de 35 mujeres artesanas y se dedica principalmente a fortalecer la comercialización de la cestería. A partir del diálogo intercultural entre la Mutual Voluntaria y las artesanas aprendimos acerca de la identidad Qom y sus saberes: sus tejidos que representan significados y sentidos propios, sus circuitos económicos y sus redes de parentesco. Nos encontramos en el camino con la complejidad de la fijación de un precio justo en relación al tiempo y valor del trabajo realizado. Durante estos dos años recuperamos todos esos saberes y nos pusimos a tejer una trama femenina de la interculturalidad siendo conscientes de que el proyecto se sostenía sobre desigualdades a las que estas mujeres ponen el cuerpo todos los días: de clase, étnicas y de género.

Qom Alphi, es decir “todas las mujeres qom juntas”

Una mujer qom recorre caminando más de 40 o 50 cuadras para vender su artesanía. En los inicios del Proyecto Qom Alphi, intentamos erradicar esas prácticas porque a nuestros ojos, de mujeres blancas queriendo aportar, era inhumano. De la escucha entendimos que el andar, el salir del barrio y el salir de sus hogares también conforman prácticas políticas de ocupación del espacio y empoderamiento.

Eleuteria es una de las más viejitas del proyecto, la cruzo generalmente a unas cuadras de casa, a más de 70 cuadras de donde ella vive, exhibiendo sus trabajos. Viene ella, sus hijas y sus nietitos. Eleuteria habla poco, diría que lo justo, se sienta en un árbol y ofrece en el semáforo toda la producción de una semana.

Como ella, son muchas las artesanas que recorren la ciudad de los blancos. Sus cuerpos y los de sus hijos habitan la ciudad de los criollos (como suelen llamarnos), con una identidad que les es propia y defienden. Las mujeres Qom Alphi hacen de sus prácticas cotidianas, como el tejido, una herramienta política: participan de ferias, en ocasiones, se reunen con funcionarios y organizan sus circuitos de producción y comercialización.

Leer también »  Por primera vez, hay una cooperativa trans en Santa Fe

En este último período, las mujeres Qom Alphi se han conformado como un equipo compuesto por más de 35 artesanas de edades diversas. Durante la semana nos reunimos todas. Las más jóvenes traducen y llevan un conteo detallado y prolijo de lo que se compra, se vende y se encarga. Se contactan con diseñadores, dialogan y proyectan posibles trabajos. Otras, un poco mayores, escuchan atentas, negocian y ponen precio al trabajo que hacen. Las más viejas, siguen firmes sentadas atrás, como instituciones del saber. Nos escuchan, esperan por las traducciones y luego opinan. Son ellas las abuelas y madres que socializan el conocimiento de las formas de tejer, de conservar la palma y de incluso, ahorrarla.

Durante el surgimiento y maduración del proyecto algunas mujeres se han vuelto la voz de sus compañeras, las acompañan, interceden por ellas y las animan a exponer sus opiniones. Éstas siguen tímidas pero igual de presentes, acompañando el proceso. Entre todas se apoyan y sostienen. Defienden el proyecto como un espacio exclusivo de las mujeres.

Autora: Pilar Cabré

En lo que va del año han manifestado, que además de la comercialización quieren poder aprender a leer y escribir. Entienden, además, que hay otras herramientas a las que pueden acceder y están constantemente atentas a cómo lograrlo. Han pensado también en la posibilidad de tener sus propias huertas, como estrategia para garantizar el alimento a toda su familia. Así es como el proyecto va tomando nuevas formas, delineando nuevos horizontes que las mujeres empiezan a definir. Lo que entendemos como parte de un proceso de crecimiento como equipo de trabajo. Por ello, volviendo un poco al inicio de este texto, nos preguntamos: ¿Por qué estas mujeres no han sido consultadas durante la emergencia? ¿Por qué si están hablando no se las escucha?

Ojalá podamos algún día tener la resistencia de quienes, conociendo las desigualdades y experimentándolas en carne propia, no solo ponen el cuerpo una vez más, sino que sin ser escuchadas, siguen hablando, una y otra vez, siguen hablando. Como si ese murmullo encontrara fuerza en la red de mujeres que conforman, como si el tejido siguiera, de fondo, haciendo ruido, sin aflojarse, sin cortarse, haciendo ruido.

Autora: Pilar Cabré, Licenciada en Geografía
y colaboradora del Proyecto Qom Alphi
(Mutual de Voluntarios)