Todos los jueves a la siesta la sala de ensayos del Teatro Municipal 1° de Mayo es habitada por les participantes del Taller de Existencias Trans. El 10 de octubre darán una clase abierta al público para compartir la experiencia y el 31 de octubre inaugurarán una muestra fotográfica que plasmará lo trabajado durante el año.
Campi acomoda prolijamente el body blanco de encaje sobre su cuerpo. Se levantó luego de compartir la noche con su novio, solamente tiene puesta la ropa interior y medias, se pone encima la camisa de él. Se siente sexy y pura a la vez. “Siempre lo vi en las películas norteamericanas. Para esta performance mi sueño era vestirme así, un ratito aunque sea, ser esa chica de las pelis”.
“Yo no hago teatro, antes había hecho transformismo”, explica María José Campos, o Campi. “¡Eso es teatro!”, la intercepta Eugenia.
“Digo que nunca tuve una experiencia de teatro como esta, y lo hacía a mi manera, pero este espacio de pronto me enseñó a pararme en un escenario, cómo hablar, a respirar mejor cuando hago mis obras. Me ayudó a bajar los decibeles, con todo lo que nos enseñó Euge”.
Campi asiste al Taller de Existencias Trans, dependiente del Área Mujer y Diversidad Sexual de la Secretaría de Desarrollo Social y el Programa Arte y Comunidad de la Secretaría de Cultura, ambas pertenecientes a la Municipalidad de Santa Fe. Eugenia Zorzutti es la coordinadora, es estudiante de tercer año de la Escuela Provincial de Teatro Nº 3200 e impulsa el taller en el marco de las prácticas de la carrera Promoción Socio Cultural.
Centro-margen
La sala de ensayos del Teatro Municipal 1° de Mayo es el espacio elegido para el desarrollo del taller, todos los jueves de 14 a 16. “Desde la organización planteamos fuertemente que queríamos habitar este espacio y no otro, porque es céntrico, es accesible para les compañeres de los barrios, porque es público, también porque queremos deconstruir la asociación de lo trans con los márgenes, llevarlo al centro”, explica Fabiana Sinchi, que forma parte del equipo del Programa Arte y Comunidad. “Habitar lo público también implica apoderarse del espacio cuando quiero y puedo, eso nos pasa con todos los talleres, las personas que participan van y vienen, nunca es estable, y está buenísimo que así suceda porque para algo es público”, sostiene Fabiana, en contraposición a lo privado, “donde tenés una cuota, un horario, una planilla”.
“En el taller se respetan los proceso de cada une, porque las dinámicas van variando, cada encuentro es una actividad distinta”, describe Milagros Baroni Bustos, quien se define como mujer trans y trabaja en el área de Diversidad de la Municipalidad hace seis años. Por su parte, Eugenia afirma que esto puede suceder porque “se trata de un espacio que está fundado, construido. Transitan el taller unas 20 personas que ingresan o egresan todos los jueves porque pueden dialogar en un ida y vuelta. No lo experimentamos como un lugar de progresos lineales”.
De la palabra al cuerpo
La experiencia empezó a tomar forma en 2018, con la psicóloga y sexóloga, Marcela Potente y el Taller de la Palabra, del que participaban seis mujeres trans, recuerda Evelyn Defagot, Licenciada en Trabajo Social y parte del equipo de Diversidad Sexual, desde el Programa Igualdad en la Diversidad del gobierno local. Parte de aquella propuesta inicial era “hacer pedagogías de referentes trans a nivel nacional; trabajamos con videos de Lohana Berkins, de Diana Sacayán, de Marlene Wayar, esas grandes traviarcas como las conocemos”. Poco a poco aparecería la necesidad planteada por les participantes de involucrar el propio cuerpo en esa experiencia, que se articuló con un Curso de Introducción al Trabajo (CIT) en el marco de la Ordenanza de Cupo Laboral Trans, destinado “a compañeres trans de la ciudad de Santa Fe que aspiraban a laburar en la órbita del Municipio”.
“Siempre estuvimos estigmatizadas, tanto las mujeres trans como los varones trans, con respecto a las miradas”, acota Milagros. “Por eso se convoca a Fabi para poder trabajar esto del cuerpo. Cómo le ponés el cuerpo a la vida cotidiana, teniendo en cuenta que durante mucho tiempo estuvimos expulsadas de las distintas instituciones”. Con recursos de la danza, Sinchi llevó adelante esa primera etapa del Taller de Existencias Trans, ofreciendo “la posibilidad de poder liberar el cuerpo, contarlo desde el movimiento”.
La antisiesta
En 2019, la participación de Eugenia Zorzutti trajo un nuevo enfoque al espacio, a partir de su práctica como estudiante de teatro; y del yoga, que también es parte de su formación y su trabajo. “En un principio mi proyecto para el taller planteaba cosas mucho más específicas que tenían que ver con la materia de ser actriz o actor, y me di cuenta de que el teatro que se necesitaba en este espacio no estaba ahí. Entonces, mutó claramente hacia un lado muchísimo más sagrado. Se transformó en pensar qué del teatro se parece al día a día”, explica. Y considera, a pocas semanas de terminar su práctica, que ese diálogo entre teatro y yoga dio como resultado “encuentros mucho más sagrados por el sentido de poder pertenecer aquí, y estar compartiendo; y artísticos a la vez, porque algo de eso se transformaba en una cuestión expresiva”.
Un segundo movimiento al interior del taller fue pasar de pensar la propuesta para mujeres trans a un concepto más amplio, como es el de “disidencias”: “a partir del boca en boca, se fueron sumando compañeres de las disidencias sexuales. Hoy el taller es habitado por personas del colectivo de la disidencia sexual”, señala Defagot.
En esas claves se fue configurando la dinámica de cada encuentro, siempre distinto, atento a las necesidades de quienes participan. “Una siesta de taller es la antisiesta”, resume Zorzutti. “Empezamos con una exploración corporal, activando las articulaciones a partir de ejercicios de yoga. Y después suceden dinámicas diversas que tienen que ver con la exploración del espacio, con la escucha atenta hacia la otra persona, con los juegos teatrales, donde el cuerpo adquiere otras formas no cotidianas. Y también cuestiones específicas como equilibrar un espacio, ponernos en un ritmo específico. Hubo siestas de silencio, más relajadas, de meditación, de ficciones, de encuentros, miradas, encuentro corporal. Siempre aparece la risa, y al principio sobretodo apareció el llanto. Hay muchos abrazos. Siempre nos abrazamos, aunque sea una vez”.
La última clase del taller será el jueves 10 de octubre a las 14 y estará abierta a todas las personas que quieran asomarse a esta experiencia.
Registrar las presencias
“Ahora el taller se propone hacer historia y que queden imágenes de lo que ha sido”, dice Zorzutti sobre la producción que realizan con la participación de las fotógrafas Yasmín Fazzio, Emilia Mosso y Victoria Vázquez de Fotógrafas Feministas de Santa Fe y Gisela Curioni quien además es miembro de Periódicas. A partir del trabajo con relatos, imágenes y textos propios de les talleristas, realizaron performances en distintos espacios del Teatro Municipal. “Cada une armó su performance, seleccionaron su vestuario, eligieron los lugares del Teatro”, explicó Eugenia.
“La idea de que sea en el Museo del Teatro es volver visible y decible estas existencias de la disidencia, por eso también estamos pensando que la muestra pueda ir circulando por otros espacios públicos también. Y que esas fotografías se puedan convertir en herramientas pedagógicas para dar talleres en otros lugares, para compartir y replicar esta experiencia en otros espacios”, anticipó Evelyn Defagot.
“Para mí, como mujer trans, habitar los espacios es muy importante. La sola existencia de un cuerpo trans muchas veces lleva a la burla, al maltrato. La muestra es una herramienta para visibilizar nuestras existencias y educar”, afirma Milagros Baroni.
Para la producción fotográfica se contó con el diseño de luces de Sergio Robinet, técnico del Teatro Municipal; de la Sastrería Teatral a cargo de Fernando Silvar y de estudiantes de la Escuela de Teatro que colaboraron con las caracterizaciones, maquillaje y peinado. La muestra será inaugurada el jueves 31 de octubre a las 20.30, en el Museo del Teatro.
“Tenemos la gratitud de saber que hay un montón de instituciones dialogando entre sí para generar esto”, concluye Eugenia. De fondo, dialoga también Campi con Sergio, para pedirle que la luz sea un poco más cálida para su performance, aunque todavía le cuesta percibirse como hacedora de teatro.
Producción, entrevistas y redacción: Magdalena Artigues Garnier y Laura Loreficcio.