¿Vos a qué edad aprendiste a leer y dónde? Abril es una mujer trans de 45 años, de barrio San Lorenzo. Se dedicó a la venta ambulante desde muy niña y aprendió a leer hace muy poco, en el aula radial LGBTIQ+ que funciona en el edificio de San José y Monseñor Zaspe, en la capital de la provincia. Cuando la llevaban presa hace varios años, por las contravenciones vigentes hasta el 2010, tenía que firmar con la huella digital. "Ahora me puedo defender", confiesa.
Desde agosto funciona, bajo la órbita del Ministerio de Igualdad y Desarrollo Humano, en conjunto con el Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe, un aula radial donde las personas trans, y de todo el colectivo LGBTIQ+, mayores de 14 años de la ciudad de Santa Fe pueden concluir sus estudios primarios.
El espacio, coordinado conjuntamente entre la Secretaría de Mujeres, Género y Diversidad y la Dirección de Educación permanente para Jóvenes y Adultos funciona físicamente en la Casa LGBTIQ+ de la capital santafesina, en San José 1701.
Los días de cursado son los lunes, miércoles y jueves de 14.30 a 16.40 y la inscripción se encuentra abierta de forma permanente durante todo el año. Los útiles y elementos necesarios se proveen en el mismo espacio y no hace falta presentar certificaciones educativas previas.
Génesis del aula radial
Liliana Beck es licenciada en Trabajo Social y una de las primeras caras amables que ven las personas trans que entran en contacto, no pocas veces por primera vez, con el Estado. Comenzó a trabajar en "La casita" de San José y Monseñor Zaspe hace casi cuatro años, cuando la Secretaría era aún Ministerio, facilitando el acceso a derechos de toda la población LGBTIQ+ y a las personas trans en particular.
En diálogo con Periódicas cuenta que la iniciativa del aula radial surgió paralelamente a la aplicación plena de las modificaciones que se hicieron a la ley 5110 en 2022, cuando por iniciativa del ex ministerio se extendieron sus beneficios para alcanzar a las personas trans mayores a los 35 años, expectativa de vida que hace apenas algunos años se logró superar gracias a políticas públicas específicas y que hoy se encuentran en peligro frente al avance conservador.
"Al momento de tener que cobrar hay que ir al banco, brindar sus datos, firmar y, aparte, enfrentarse con una institución como el banco, donde tenés que poner los numeritos, pasar, leer, porque esto fue un tema también, leer. Para nosotros no lo era porque lo podíamos acompañar, pero si ellas después querían ir al cajero ¿cómo hacían con la tarjeta? Ahí surge en el equipo la inquietud de ver cómo podíamos acompañarlas a empezar la escuela", relata la trabajadora.
A esta altura, a la par que visibilizaban la necesidad que surgía de las beneficiarias de la pensión para manejarse con autonomía, otras y otros compañeros vinculados al espacio también expresaban el deseo de alfabetizarse.
Y es a partir de allí que entraron en contacto con el Ministerio de Educación, que aceptó la propuesta y "les pareció bastante interesante porque es una escuela radial que funciona como la escuela en el barrio", menciona Beck.
El aula está abierta a todo público, no exclusivamente al colectivo travesti trans, por lo que también se acercaron otras personas para integrarse al espacio progresivamente. Y hpy asisten incluso familias enteras.
"Empezamos con pocos alumnos en agosto y se fueron sumando. Fue el boca a boca y que, más allá de todo el tema de la educación, es también un momento de contención, de encontrarme con el otro", desliza Liliana mientras se le quiebra la voz. La trabajadora se emociona al repasar el recorrido acumulado: "Hemos aprendido todos un montón de historias, porque nos sentamos a charlar con ellas y ellos, eso también nos hizo entender toda la trayectoria y la historia del colectivo trans".
Esos aprendizajes compartidos las y los llevaron a visitar el Sitio de Memoria de la Ex Comisaría 4ta, que forma parte de uno de los momentos más oscuros de la historia de la población trans travesti santafesina.
"Ahí conocimos la historia de dos alumnas del aula que estuvieron presas en la 4ta. Fue súper movilizante porque nos contaron su historia a medida que íbamos caminando por las celdas, por los pasillos". A partir de esa experiencia también comenzaron a proyectar la creación de un archivo donde preservar esas memorias. "Estamos recopilando fotos y nos impacta mucho porque la mayoría de las compañeras de las imágenes ya no están más", añade.
A partir de convivir cotidianamente con la población trans, Liliana señala algo no menor del vínculo que se genera con las y los estudiantes: "Permite sanar un poco". "Esta sociedad tiene una deuda con el colectivo, y muy grande", finaliza.
El lunes 26 de agosto abrieron el espacio donde 15 compañeros y compañeras finalizan sus estudios primarios y pudieron ingresar al sistema sin mayores inconveniente, con el acompañamiento integral de Liliana y las herramientas que provee el Ministerio de Igualdad y Desarrollo Humano.
Garantizar el acceso
Natalia Turchi es trabajadora del Ministerio de Educación y pertenece a los equipos de Rueda de Convivencia. Actualmente forma parte de la mecánica interministerial que puso en funcionamiento el aula radial y explica una de las particularidades que estructura este tipo de dispositivos educativos.
"En la educación primaria para adultos es mucho más flexible el ingreso, por ejemplo, en la cuestión de la certificación. No se necesita en estos casos saber hasta qué grado hiciste, con que conste que no terminaste la primaria ya ingresas al sistema de aula radial", apunta.
Luego de ese ingreso, las docentes evalúan el nivel educativo de la persona, si hace falta alfabetizar o si ya está alfabetizada, si falta comprensión del texto, la capacidad de lectura y de resolver cuestiones operatorias, y allí se determina en qué nivel de aprendizaje se encuentra y qué conocimientos requiere para acreditar la totalidad de herramientas que provee la formación primaria.
Distinto del sistema de grados de la educación tradicional, el trayecto formativo de las aulas radiales se trabaja en módulos. Las y los estudiantes participan colectivamente en cada módulo, aunque las trayectorias son, más bien, individuales. Hay un módulo de alfabetización inicial, uno intermedio y uno más avanzado.
"Una vez que la persona ya obtiene los conocimientos básicos que requiere la educación primaria egresa con el certificado provincial que acredita ese nivel", señala Turchi.
Las docentes siempre poniendo el hombro
Gabriela Pérez es una de las dos docentes del aula radial que trabaja con las y los estudiantes del módulo inicial. Su espacio de pertenencia es la Escuela Primaria Nocturna para jóvenes y adultos Nº 2581, que funciona en el edificio de la Escuela Colón.
Perez cuenta que llegó al aula por recomendación de la directora de su institución que "consideró que su perfil educativo iba a funcionar" en el proyecto que estaban encarando.
Con sus 33 años de docencia bajo el brazo, y con una jubilación impedida por no haber alcanzado aún la edad estipulada por la legislación jubilatoria de la provincia, aunque "cansadísima" acompaña con cariño y atención la introducción a la alfabetización de las y los estudiantes de "La casita" con "pasión por enseñar".
"No me canso de aprender de ellas y de ellos, como ellos aprenden de mí. Es un ida y vuelta que no lo cambio. La idea es seguir, que se sigan acercando y sumando. Si en algún momento han dejado la primaria, la escuela siempre está abierta. Más allá de los colores políticos, los docentes siempre le ponemos el hombro", sostiene con una sonrisa y su temple gentil y amable, sin dejar pasar la pérdida de derechos jubilatorios del sector a manos de la despiadada reforma jubilatoria en la provincia.
"Ahora me puedo defender"
Una de las estudiantes del aula es Abril, que tiene 45 años y es de barrio San Lorenzo. Actualmente no tiene empleo, aunque desde los 11 años se dedica a la venta ambulante y es una de las mujeres trans beneficiarias de la pensión contemplada bajo la nueva ley 5110.
Es sociable, conversadora y risueña. Llegó al aula por el aviso de Liliana. La invitación llegó justo cuando su mamá se encontraba enferma y pensó en postergar sus estudios, pero frente a la insistencia de su madre decidió comenzar.
"Voy bien, estoy aprendiendo a leer, a escribir y me encanta, te digo la verdad, porque ahora me puedo defender", dispara con la sonrisa que mantiene desde que llega hasta que se va. "Fue algo muy difícil para mí, pensé que no lo iba a lograr. Pensé que siempre iba a ser analfabeta, que no iba a llegar a aprender, pero no, no es así. Me equivoqué. Es fácil porque las maestras son un amor. Aprendí el abecedario, hice compañeras nuevas, hice amistades nuevas y eso me gustó mucho", explica la estudiante.
Acerca de como cambió su vida a partir de estos aprendizajes, cuenta que antes de saber leer las cuestiones cotidianas, como acceder a la salud, eran sumamente difíciles. "Fue horrible porque iba al dispensario y al no saber leer renegaba mucho. Fui maltratada por los médicos, por la gente que trabaja. Y no solamente ahí. La gente se te burla, es algo doloroso" dice.
Abril relata que, cuando aún estaban vigentes los códigos contravencionales que penalizaban con cárcel a las personas trans, no saber escribir era un impedimento al momento de firmar los documentos de su detención. "Me tenían que pintar los dedos por no saber escribir" relata.
"Por eso ahora que salió esto y que una tiene la oportunidad de aprender a leer, de trabajar, estoy contenta", concluye esperanzada en el futuro.
El ingreso al aula está abierto a toda la población LGBTIQ+ mayor de 14 años, pero no es excluyente. Las clases del aula radial de educación primaria se dictan los lunes, miércoles y jueves de 14:30 a 16:40.
No es necesario contar con certificaciones que acrediten los estudios alcanzados y los materiales necesarios se brindan en el mismo espacio de cursado. Para mayor información las y los interesados se pueden comunicar al 3425901041 o dirigirse a la Casa LGBTIQ+ de Santa Fe, en San José 1701, de lunes a viernes de 9 a 13.
Escribe. Se especializa en la temática trans-travesti y las notas viscerales.