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Padres de niñeces trans denuncian violencia mediática

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La presentación fue realizada en el Inadi contra una periodista y un multimedio porteño por promover discursos de odio y desinformación sobre niñes, jóvenes y adolescentes trans. Las autoridades locales del organismo aguardan la entrega de un próximo informe al respecto. Es la segunda denuncia de este tenor que se tramita frente al Instituto en la ciudad de Santa Fe. La primera fue contra una diputada provincial en 2022.

 Victoria Stéfano


Autora: Priscila Pereyra

El lunes 7 de agosto, el Grupo de Xadres, junto con el Coordinador local de la Asociación Civil de Varones Trans y No Binaries de Santa Fe, presentaron una denuncia contra el medio de comunicación Infobae por la publicación de una nota en la web del medio que "promueve la desinformación en materia de género" y "fomenta el odio" hacia las niñeces, adolescencias y juventudes trans. La presentación fue realizada en la sede local de Inadi, a través de un escrito dirigido a la directora nacional del ente, Greta Pena.

"Mi hija ahora dice que es varón, ¿qué hago?': duros testimonios de madres de adolescentes con disforia de género repentina" es el título de la nota publicada por el multimedio Infobae el domingo pasado, la que alarmó a activistas trans en todo el país.

Claudia Peiró, autora del artículo en cuestión, es popular por sus columnas en contra de la militancia feminista y las diversidades sexuales. Desde 1990 se dedica al periodismo y se refiere a sí misma como "defensora de la iglesia". Es hija de un pastor protestante, licenciada en historia y obtuvo el Premio Santa Clara de Asís por su cobertura del pontificado de Jorge Bergoglio en 2014.

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En el texto, Peiró recoge testimonios obtenidos a través de Amanda, una agrupación de madres de adolescentes y niñas con "Disforia Acelerada", una patología seudocientífica cargada de estigmas e información errónea sobre la autopercepción de niñes y adolescentes trans.

La organización tiene sede activa en España y un supuesto brazo en Argentina, denominado "Manada" al que Invitan a contactar en el final del texto. Según reza en su web, Amanda lucha "contra las Leyes TRANS y contra las intervenciones farmacológicas y/o quirúrgicas en adolescentes y jóvenes" (sic), en España y en el resto de la Unión Europea.

Desarmar los discursos de odio

Los argumentos de Amanda, replicados en la nota repudiada, se centran en un pseudodiagnóstico denominado por estos grupos como "Disforia de Género de Inicio Rápido" o Dgir. El manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM V) publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, clasifica como Disforia de Género a la angustia, en grado incapacitante, que pueden sentir las personas trans frente a la "incongruencia entre el sexo de nacimiento" y la identidad autopercibida (también conocida como identidad sexual).

Aunque la comunidad trans, en términos generales, rechaza la patologización de sus identidades en tanto sustento teórico del acceso a la salud integral, la disforia de género como tal continúa presente en los manuales de salud mental que se utilizan en la formación de profesionales de la medicina. Y de esas nociones se sirven este tipo de organizaciones para, desde una perspectiva psicopatológica, tergiversar conocimientos con status científico y darle un "cuerpo teórico" a sus discursos de odio.

Lejos de conformarse con la patologización, estas organizaciones reaccionarias redoblan la apuesta y aseguran que la supuesta Disforia de Género de Inicio Rápido suele tener de fondo "problemas subyacentes sin tratar como el autismo, TDAH, TOC, trastornos alimenticios, etc".

"Estas/os adolescentes manifiestan este malestar de forma repentina, pretenden obligar a su entorno a llamarles por sus nombres y pronombres elegidos y exigen el comienzo de tratamientos hormonales y quirúrgicos. Aceptar estos cambios, sin más, supondría, no sólo una mutilación, sino también una medicalización de por vida de cuerpos sanos en pleno desarrollo", argumentan al tiempo que proponen una vía también médica que no se ocupan demasiado en detallar.

Desde Amanda sostienen que la supuesta Dgir "se supera sin transición médica en la casi totalidad de los casos al finalizar la adolescencia con el adecuado apoyo familiar y profesional". De esta manera, se abre una puerta a las llamadas Terapias Reparativas o Terapias de Conversión, destinadas a modificar la identidad de género u orientación sexual de las personas a través de tratamientos psicoterapeúticos y terapias espirituales, entre otras formas de tortura condenadas por el relator LGBT de la Organización de Naciones Unidas.

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Autora: Gise Curioni

La mirada profesional

Natalia Sobrado es especialista en salud mental y contrasta las ideas difundidas por estos grupos a las que considera inicialmente como "fundadas en cuestiones ideológicas y no en cuestiones conceptuales ni teóricas".

Si bien la profesional aclara que todo conocimiento posee un trasfondo ideológico, en este caso señala que existe un recorte que apunta a debilitar los marcos legislativos transespecíficos, y que intenta señalar como experiencia totalizadora una serie de situaciones determinadas que presentan sus propias problemáticas en cuanto al abordaje que se les hace desde el artículo. "Es una nota que está relatada en función de lo que le pasa a cierto grupo de padres, hablando de casos aislados de padres conservadores, que tampoco se pueden tomar como totalidad", indica la psicóloga.

Para Sobrado es fundante poder profundizar respecto de las diferencias teóricas y conceptuales entre psicopatología, construcción de la identidad y sufrimiento. "¿Quién sufre y por qué?; ¿Y por qué está bien?; ¿Esas madres sufren?; ¿Por qué sufren?", pregunta. "¿Sufren porque tienen hijos que tienen una psicopatología o porque tienen hijos que no encajan en el modelo moral que esperan?. Son dos respuestas diferentes que no se pueden dar desde lo ideológico. Aparece un sufrimiento secundario que tiene que ver con los padres que sufren porque sus hijos no se ajustan al ideal heteropatriarcal que ellos portan. Y habla de un sufrimiento que habría que poder poner en primera persona en relación al discurso de estos adolescentes, de quienes se está poniendo en cuestión su identidad sin escucharlos, sin consultarles y que no aparecen en primer plano. Sólamente aparece el sufrimiento de un grupo de padres", resalta Sobrado.

Ideología y ciencia

La psicóloga hace hincapié en que teórica y conceptualmente "no hay ninguna validación científica sobre la idea de que exista una cosa tal como la disforia de género precipitada. Ya de por sí, la disforia de género apunta mucho a la categoría de sexo, categorías que tenemos que discutir en todo caso de manera epistemológica".

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Sobrado señala que la estructura que fundamenta al Dgir le recuerda mucho al falso "Síndrome de Alineación Parental", mas conocido por la sigla Sap, en cuanto se fuerza una pretendida "construcción científica cuando en realidad se trata de una construcción ideológica, que tampoco tiene una validación científica, pero que después se termina validando, no científicamente sino en el uso que se le da". Por lo que considera que "hay que tener cuidado y poder diferenciar en todos los casos el sufrimiento y las cuestiones identitarias de una psicopatología propiamente dicha".

En tal sentido resalta que "el riesgo más amplio es volver a anudar 'psicopatología' a 'identidades de género', que además es algo, que ya ha costado desandar. Entonces, no podemos hacer caso omiso cuando se vuelve a querer anudar una cosa con la otra".

Denunciar la desinformación, combatir la estigmatización

"En la nota referida se dejan traslucir mensajes de odio hacia la identidad de género muy claros y la divulgación de información mentirosa que induce al error", señala el escrito que activistas y xadres presentaron al Inadi esta semana, el cual cuestiona la publicación de Peiró.

Natalia Turchi es una de las madres que forma parte del Grupo de Xadres de la Asociación Civil de Varones Trans y No Binaries de Santa Fe, y una de las firmantes de la denuncia contra la nota publicada en Infobae. "Este tipo de artículos fomenta y alimenta los discursos de odio que hay respecto de las niñeces y las adolescencias transgénero y de toda la comunidad transgénero en nuestro país y en el mundo, claramente en aumento", resalta.

La mujer señala que estos discursos van contra los derechos conquistados por la comunidad trans y el trabajo como asociación, cuyo rumbo va en el sentido contrario a lo que Peiró propone, buscando naturalizar la existencia de las niñeces y adolescencias trans "para que puedan desarrollar sus vidas como la desarrolla cualquier otro niño, cualquier otro adolescente o joven cisgénero".

Autora: Titi Nicola | CC BY-SA 4.0

Esta madre de la capital provincial observa, además, un error nada casual en la información que se provee en la nota denunciada. El artículo sostiene que padres y madres "no pueden hacer nada" frente a la transición de sus hijes, o que un menor de edad puede hormonizarse a los 10 años y modificar sus datos registrales en el DNI sin tener el consentimiento de sus padres, cuando nada de esto está legislado o permitido en Argentina.

Para Natalia y los padres y madres firmantes "hay una intencionalidad de confundir a la población y lo vemos altamente peligroso. Puede haber un montón de padres y madres a los que en este momento sus hijos les están contando que se sienten identificados en otros géneros que no son los asignados al nacer, y este tipo de artículos confunde. Confunde a estos padres y repercute en el acompañamiento de las niñeces y adolescencias".

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Turchi pone énfasis en el tema de la patologización de la identidad de género. "Esto además de ser un error, además de que ya se han dejado de lado todas estas teorías viejas que patologizaban la diversidad sexual, claramente desinforma y lleva a que los padres busquen el acompañamiento equivocado".

El peligro de patologizar

"No necesitamos un psiquiatra y un psicólogo cuando nuestros hijos nos dicen que se representan con un género diferente al asignado a nacer, necesitamos poder escucharlos. Necesitamos poder acompañarlos y, por supuesto, que no podemos hacerlo solos, porque a diferencia de todo lo que se dice en el artículo, como si todo fuese una vida feliz para la diversidad sexual en el mundo, es todo lo contrario; es un camino muy duro. Es muy duro para nuestros niños y que se confunda con un trastorno de salud mental es muy grave", sostiene Turchi.

Natalia invita a reflexionar sobre los costos que tiene en la salud mental de niñas, niños y adolescentes trans la falta de acompañamiento y cuidado y hace referencia a los testimonios que se utilizan para sostener la patologización de las niñeces trans. "Pensemos en los relatos de esta familia que aparece en la nota cuando hablan de que hace dos años que se resisten a nombrarlos como se autoperciben. Que en el afuera, que en las escuelas, que sus amigos los nombran como desean, y en sus casas no. Esto es lo que produce una problemática de salud mental a cualquier persona que no es respetada y que es vulnerada en sus derechos. Sentirse con una identidad diferente, estar en contra del género asignado al nacer, eso no es una problemática de salud mental. No atender al llamado de acompañamiento de nuestros hijos, esto sí produce una problemática de salud mental",  indica.

"Estos niños y adolescentes que están en desarrollo, que están explorando cómo se sienten en este mundo, cómo quieren ser nombrados, cómo quieren representarse, como quieren vestirse, necesitan nuestro acompañamiento para que puedan sentirse bien con ellos mismos. No hacerlo vulnera sus derechos y altera su autoestima", explica quien es madre de un adolescente trans de 13 años.

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Consultados por Periódicas, desde la Sede Santa Fe del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo dieron a conocer que la denuncia realizada por la Asociación de Varones Trans y No Binaries de Santa Fe y el Grupo de Xadres, se tomó según los procedimientos habituales y se sumó a otras del mismo tenor realizadas en Buenos Aires. Las autoridades locales aguardan un próximo informe al respecto desde la dirección nacional.