Con la consigna “Mujer, Teatro y Banquete”, la red latinoamericana de mujeres Magdalena 2da. Generación realiza su sexto Festival Encuentro en Argentina. En Santa Fe, se desarrollará del 1 al 5 de mayo, con mesas redondas, espacios de formación y espectáculos para todo público.
La red de mujeres en el arte Magdalena 2da. Generación organiza su VI Encuentro-Festival en Argentina, una propuesta abierta a todo público con deseos de acercarse a un espacio de arte y creación donde las hacedoras son las mujeres: directoras, actrices, pintoras, performers, cantantes, compositoras, militantes de derechos humanos, trabajadoras en el área arte y comunidad, productoras y más.
Como un gesto que busca crear otras centralidades, la movida empieza en Santa Fe, del 1 al 5 de mayo; y sigue del 8 al 12 de este mes, en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti y el Teatro Pan y Arte, en Buenos Aires.
“Teatro, Mujer y Banquete” son los ejes del encuentro-festival que convoca a artistas de Dinamarca, Taiwán, Francia, Reino Unido, México, Colombia, Perú, Chile, Brasil, y mujeres que son referentes del teatro en Argentina. Juntas, presentarán en las dos sedes más de 20 funciones de teatro y música.
Harán posible un encuentro a la vez creativo y pedagógico con múltiples seminarios, conferencias, mesas redondas, performances, parada callejera y demostraciones de trabajo. La organización local está a cargo del grupo Litoral Escénicas que integran Viviana Quaranta, Julia Stubrin, Mónica Marrafa, María Noel Reda, Malen Videla González y Cecilia Volken.
Mujeres artistas en red
La impulsora de la actividad, la actriz, pedagoga y directora, integrante del Odin Teatret de Holstebro (Dinamarca), Ana Woolf, remarca que el carácter internacional del encuentro no se gesta sobre la idea de invitar a artistas extranjeras “para que nos enseñen cómo se hacen las cosas”, sino que busca hacer realidad la posibilidad de un intercambio: “una red, como la entendemos desde Magdalena, no es vengo a tu ciudad, te enseño y me voy. Una red es una puerta abierta para crecer y que se establezcan nuevos vínculos. Cada una que ingresa a la red, lo hace de acuerdo a sus ganas, a lo que necesita y a su empuje”.
Woolf creó la red en Latinoamérica, a fines de la década de 1990, con la que dio inicio a una segunda generación de Magdalena. La primera (The Magdalena Project), había sido creada en 1986, en Gales (Reino Unido), con Jill Greenhalgh como fundadora y directora artística, y con el tiempo se extendería a otros puntos de Europa, América y Asia, con el fin de visibilizar y promover la actividad de las mujeres en el campo de la actuación.
En 1997, después de participar de un encuentro de la Red en Dinamarca, Woolf volvió con la idea de replicar esa experiencia en Argentina. Por eso, explica que para ella el Encuentro también es “compartir con la gente que quiero, con las artistas que conocí afuera, invitarlas y que ellas también puedan enriquecerse con lo que hacemos acá, como ya ocurrió en ediciones anteriores que hicimos en Buenos Aires, Pinamar, Junín y Tucumán. Esta vez vamos a desarrollar actividades en el Centro Haroldo Conti, con toda la historia que tiene porque ahí funcionó la ESMA; y en Santa Fe, vamos a poder compartir por ejemplo, la puesta de la 'Cantata de Tierra y Mar', de 'Amor' que hicimos con el grupo del Laboratorio de Antropología Teatral; el trabajo de fotógrafas que integran el Frente Feminista de Artistas y Trabajadoras de la Cultura de Santa Fe, entre tantas otras experiencias. En esta ciudad hay mucha militancia y por eso queremos hacer las mesas de reflexión, que son para esos intercambios. Las mujeres que trabajan acá con la comunidad Qom, se van a encontrar con Ya-Ling Pen, que trabaja con comunidades originarias, en Taiwán”.
Violeta Luna, recién llegada desde San Francisco, California, donde trabaja con mujeres migrantes, sobrevivientes de la violencia, coincide en que “participando de los encuentros Magdalena, accedemos a la ciudad a través de las mujeres hacedoras en lo local, que abren la puerta a un conocimiento infinito. Esa política corporizada y compartida hace que los espectáculos que presentamos sean tan vigentes, aunque hayan sido construidos hace años. Por eso para mí es bien interesante la conversación con la gente local porque es otra manera de conocer no solo lo teatral sino las formas de organización y sus luchas”.
Política hecha carne
En el área de creación y la producción escénica, en la reflexión teórica, el trabajo de las Magdalenas hace carne la idea del teatro como un hecho interdisciplinario y comunitario, donde siempre es posible actualizar una lectura desde el género: “Magdalena surgió en Europa, después de la segunda ola feminista”, dice Marcela Brito, coordinadora artística, técnica y económica de la Segunda Generación. “Hoy estamos viviendo una revolución que tomó la calle masivamente, son épocas muy diferentes. En los 90, éramos menos las que salíamos a pedir por nuestros derechos y hoy nos encontramos con un despertar colectivo. Este es el momento de las mujeres porque es la mejor revolución: desde lo más profundo de nosotras, que somos la mitad sostenedora del mundo. Porque nos pensamos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Es un cuestionamiento diario de lo femenino impuesto, colonizado, eurocéntrico. Es pensarnos desde nuestras latitudes con lo que tenemos, con lo que somos”.
Festividad como resistencia
La idea del Banquete como eje del encuentro en Santa Fe invita a pensar una historia diferente de la oficial, de aquel festín griego al que no podían acceder las mujeres. Se abre a problemáticas del presente como la elección del propio alimento: “queremos un banquete donde las mujeres seamos capaces de elegir a pesar de las circunstancias externas y esto es lo que traemos para ofrecer a la mesa. Traemos generaciones diferentes y entendemos que si no nos construimos nosotras desde este espacio, no nos lo van a dar”.
“La idea de festín tiene que ver con una narrativa más femenina. Estamos en épocas convulsas donde la violencia ya no es una alternativa en el discurso. Tenemos violencia en lo político, ecológico, económico y patriarcal. Necesitamos encontrar otras formas y encontrar la festividad como resistencia: mujer, festín y banquete para el alma. Esto establece conversaciones más horizontales y nos reúne para fortalecer las individualidades”, apunta Violeta Luna que abrió el Festival, en el Teatro Luz y Fuerza, con “NK603: acción para performer & e- Maíz”.
En la puesta, retoma el nombre de una de las muchas variedades transgénicas de maíz disponibles en el mercado, para reflexionar sobre “sus desastrosas consecuencias para la vida”. Históricamente, explica, la producción del maíz en México se construyó desde lo cultural: “Somos pueblo de maíz. Hubo una ingeniería de los pueblos originarios que lo hicieron y ahora las corporaciones quieren patentar un conocimiento. El maíz no es solo alimento para nuestro pueblo, es una sabiduría. Y para mí, son las mujeres las que ahora, son las protectoras, las cuidadoras de llevar estas semillas. La obra, aborda todo esto”.
Semillas de memoria
Luego, Ana Woolf presentó “Semillas de memoria”, dirigida por su maestra Julia Varley. “Mi obra tiene que ver con la memoria, con las mujeres y con la historia de mi hermano del corazón que fue desaparecido y sigue en esa condición. Tiene que ver con su mamá, que fue mi tía y Madre Plaza de Mayo, a la que acompañaba de chica a algunas rondas de los jueves. Por eso la obra es memoria y es género también. Como argentinas, esa combinación está en la genética, el movimiento de mujeres, porque tenemos a las Madres”.
La programación continúa hasta el domingo 5 de mayo en Santa Fe, con la participación de
Julia Varley (Dinamarca), Ana Correa del grupo Yuyachkani (Perú), Eléonore Bovon, Brigitte Cirla (Francia), Sofía Monsalve y Lavinia Fiore del grupo Teatro de la Memoria (Colombia), Helen Chadwick (Reino Unido), entre otras.
Programación completa: http://www.santafeciudad.gov.ar/blogs/agenda-sfc/vi-encuentro-festival-magdalena-segunda-generacion/
Más información: https://www.magdalena2ageneracion.com/
Nota: Rut Marega y colaboración especial de Laura Loreficcio