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Sembrar colectivamente para cosechar memoria

“Desde la Raíz: la historia de Alicia López y las Ligas Agrarias Chaqueñas” es un libro que se propone una interesante tarea: reflejar la historia de militancia de Alicia en un formato y un lenguaje que interpele a las nuevas generaciones. En esta nota, dialogamos con las personas que encararon el proyecto.

¿Cómo contar la historia dentro de la historia? En nuestro país el proceso de memoria, verdad y justicia ha estado marcado no sólo por los históricos juicios de lesa humanidad, la recuperación de nietes, la puesta en valor de los espacios de la memoria o el trabajo mancomunado de quienes componen los equipos argentinos de antropología forense. La memoria, así como tal, ha sido reconstruida y recuperada desde los relatos familiares, los susurros surgidos de la cárcel, las preguntas abiertas, la incógnita que nos mantiene alertas. La memoria ha sido en nuestro país, aunque parezca contradictorio, un pensamiento inacabado. Una puerta constantemente abierta, por la que entran historias como la de Alicia López.

La historia en forma de historieta

“Desde la Raíz: la historia de Alicia López y las Ligas Agrarias Chaqueñas” es un libro editado por el colectivo Aguará que se pregunta en su introducción si puede ser nuestro lugar, nuestra bandera. No es sólo su título y la promesa de su historia lo que atrae: es que el relato se construye en formato cómic. La historieta, género que fuera parte de la resistencia durante los años de dictadura, se recupera como un lenguaje posible para relatar el horror, sin perder la trama de ternura y compromiso que subyace detrás de eso.

Portada del libro

Las viñetas son obra de Martina Cúneo, ilustradora de la ciudad de Santa Fe, quien relató a Periódicas cómo se aproximó a la historia de Alicia. “La idea de contar la historia de Alicia López se le ocurrió a Juan Diego, su nieto. En un principio hubo algunos intentos por realizar una producción audiovisual, un documental sobre esta historia, junto a Noe Figueroa. Hasta que finalmente coincidieron con Aguará Editorial, y encontraron en el recurso de la historieta una vía para acercar la historia de Alicia y la historia de nuestro país, a les más jóvenes.”

Juan Diego tiene 26 años, es estudiante de psicología y junto con su compañera Noelia comenzaron a pensar en recuperar la historia de su abuela y las Ligas Agrarias a partir del 2017. En esa época el gobierno nacional de Mauricio Macri comenzaba a plantear un cambio en la política oficial en torno a los DDHH. Juan Diego relata: “Con Macri empezamos a vivir una serie de ataques deliberados a todo lo que fueron las políticas de derechos humanos y de memoria, verdad y justicia. Un poco esa amenaza a los consensos básicos que fuimos construyendo alrededor de condenar el genocidio, el terrorismo de Estado, a mí en lo personal como familiar de una desaparecida me llevó por el lado de indagar acerca de la historia de mi propia familia y de empezar a investigar con los relatos de quienes estuvieron allí de primera mano”.

Noelia Figueroa, politóloga y doctora en ciencias sociales, agrega que en la historia de Alicia López se sintetiza una historia también regional, que no deja de ser la historia de una mujer organizada, militante política en una época muy difícil. Una militancia, además, en un territorio muy complejo como es la zona rural chaqueña sobre el que se conoce muy poco”.

Quién fue Alicia López

Alicia López es, para muchas personas, la mujer que da nombre a una escuela. Se trata del EEMPA Nº 1328 de nuestra ciudad, espacio que aparece en la historieta como nexo entre la historia de Alicia y las nuevas generaciones, sintetizadas en los personajes de dos alumnas que comienzan a indagar el motivo por el cual el establecimiento lleva ese nombre. Después de Googlear, las jóvenes descubren que Alicia era una docente, dedicada a brindar apoyo escolar en el barrio Villa del Parque, hasta que en 1961 se mudó a Chaco con su esposo Lucho para profundizar su trabajo social. Al principio, dictaba clases a hijes de las familias agricultoras de la zona. Llegó incluso a ser directora del establecimiento. En 1971 Alicia y su compañero se sumaron a las Ligas Agrarias Chaqueñas, la organización económica y política autogestiva que nucleaba a pequeños y medianos productores del nordeste argentino, que llegó a contener a más de 20.000 familias productoras y a disputarle espacio en el mercado a los grandes latifundistas y comerciantes del país, como Bunge y Born. Alicia se encargaba de la prensa y difusión como editora de un periódico llamado 'El Campesino' que se repartía entre los integrantes de las ligas. Algunas de sus notas, como relata el libro incluían cierta perspectiva de género y eran precursoras para la época.

Juan Diego relata que lo que más les sorprendió fue la dimensión del trabajo de las ligas, como movimiento en sí. “Nos sorprendió el alcance, el peso específico que tuvieron las ligas para la economía del Chaco productivo y del algodón fundamentalmente. Tienen un proceso absolutamente vertiginoso de cinco o seis años en que crecen de una forma descomunal y llegan a nuclear más de 20.000 familias. Terminan siendo la competencia directa en el abastecimiento al mercado interno de algodón. Sí, a competencia directa de las grandes corporaciones, que lo siguen siendo hoy en día. Pero en aquel momento, que como hoy estamos discutiendo sobre inflación, (las Ligas) no permitían que al precio lo fijen las empresas. Hablamos de una organización popular con un tamaño y un peso específico que le permitía empezar a torcerle el brazo a los poderosos y a los grandes terratenientes

La segunda sorpresa vino de la mano de la propia Alicia, y del rol que cumplía hacia el interior de esta organización. Su nieto explica: “Ella era docente, profesora de letras, y como tal se dedicaba a editar el periódico de las ligas con un enfoque muy particular, muy inspirado en la educación popular y lo hacía con una mirada de poder traer a la luz con esta herramienta los relatos y las experiencias colectivas de toda su comunidad. Era un poco el altoparlante comunitario del campesinado del interior del Chaco. El trabajo de Alicia era doble, triple, no lo sé. Pero no se limitaba solamente a redactar o proponer una nota, una mirada, alguna línea en particular, sino que era ir a buscarla todo el tiempo a la comunidad. Era ir a buscar el relato.”

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Militancia y género

¿Puede leerse esta historia en clave de género? Noelia, Juan Diego y Martina creen que sí. Para Noelia, el secreto está en pensar en el rol de las mujeres hacia el interior de los distintos movimientos políticos de la época: “La militancia de las mujeres en los sesentas y setentas no ha estado del todo reconocida. Además cuando a eso lo cruzamos con otro factor, que en general se ha visibilizado mucho más la militancia urbana que la militancia rural, ahí hay toda una perspectiva novedosa que se abre. Ella misma en algunas de las notas del periódico trabajó sobre el rol de la mujer en la organización y en el campo. Y eso nos parecía bastante innovador para la época. Su identidad como mujer como trabajadora como militante, como maestra, como encargada digamos de esas tareas de base que tantas veces las mujeres hacemos en las organizaciones… Nos parece que es importante rescatarlo.”

Sobre este aspecto, Martina agrega: “Desde chica había tenido problemas de salud, fue maestra y luego directora, militante y encargada de la prensa y difusión de las Ligas Agrarias y llegó a ser editora del periódico 'El Campesino'. Y mientras hacía todo esto, era madre de tres hijes. De hecho hay una historia, que aparece en la historieta, que cuenta que Alicia tuvo a su tercer hijo en medio de la redacción de una nota”.

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Sobre el resto de la historia de Alicia López, preferimos dejar tres puntos suspensivos. No porque no sea importante, si no porque queremos que se acerquen al cuidado y precioso material que desde Aguará editaron con tanta dedicación. Su formato, corto y sintético, sirve de puerta de ingreso para que las nuevas generaciones se aproximen a estos relatos, y se los apropien.

Transformar la historia de Alicia en novela gráfica fue, en definitiva, resultado de un proceso colectivo. De esos que a las Periódicas nos gustan tanto. Juan Diego explica: “No hay mucho hecho sobre dictadura en el lenguaje historieta y menos hay productos, artefactos culturales hechos en lenguaje historieta sobre dictadura y que además apunten a un público de jóvenes, de adolescentes, de pibes, digamos. Un poco la idea de hacerlo así nos la propuso la editorial Aguará. Buscar una estética que también logre contar la historia pero no solamente desde la dureza, el horror o el terror si no en un lenguaje que ayude a traer a la luz lo que fue la vida Alicia, lo que pudo hacer en vida. No solamente de cómo fue perseguida o de cómo murió o a manos de quién.”

Para Noelia, “cuajó perfecto con nuestra búsqueda porque el material que ellos piensan y diseñan es un material destinado al trabajo con jóvenes y adolescentes desde una perspectiva pedagógica que era un poco lo que estaba en nuestro interés inicial. Generar esos puentes o esos vínculos y diálogos entre el ahora y el pasado”.

Parte de ese diálogo estuvo a cargo de Luciano Redigonda, que escribió el guión final sobre el que Martina Cúneo realizó las viñetas de lo que para ella resultó ser “una historia cercana”. “Cuando empecé a conocerla en profundidad, me fui encontrando con que teníamos varias cosas en común. Fuimos a la misma escuela, crecimos en la misma ciudad, y brindó apoyo escolar en Villa del Parque, el mismo barrio donde hace algunos años di clases de piano en una escuelita de música. Creo que este punto, el hecho de que siempre la sentí muy cercana, fue uno de los que hizo que la historia y todo el proyecto en sí, me interpelara más todavía.”

Para ella entonces, la cosa era bien sencilla: “Transformar la historia de Alicia en una novela gráfica, significó volver la historia de una mujer que luchó contra las injusticias sociales en un contexto de dictadura militar, en un recurso pedagógico y político, que invite a les jóvenes a preguntarse por sus propias experiencias y realidades y a luchar por sus derechos. Y a entender que, como esta, hay 30.000 otras historias que merecen que las sigamos recordando”.

“Desde la Raíz: la historia de Alicia López y las Ligas Agrarias Chaqueñas” puede descargarse gratis desde la página web de Editorial Aguará.