Trabajadoras municipales de Rafaela denunciaron recurrentes hechos de violencia de género y discriminación sucedidos en el Área de Protección Vial y Comunitaria, algunos datan de hace más de 12 años. Ante esto, y junto a un centenar de delegadas del Sindicato de Empleados y Obreros Municipales (SEOM), definieron un paro de actividades con movilización nacional para el 25 de abril.
El martes 11 de abril más de un centenar de delegadas del Sindicato de Empleados y Obreros Municipales (SEOM) participaron de una asamblea de mujeres en la que se abordaron los recurrentes hechos de violencia de género y discriminación laboral sucedidos en el Área de Protección Vial y Comunitaria.
Encabezada por Anahí Raffaelli, secretaria adjunta del SEOM, y Eloísa Torreano, secretaria gremial, el encuentro contó con la presencia de la totalidad de las trabajadoras delegadas de Rafaela, y la participación virtual de las representantes de Esperanza, San Vicente y las 45 comunas adheridas al gremio.
Allí se decretó un paro de mujeres con movilización nacional para el próximo martes 25 de abril. "Mientras que la quita de tareas será exclusivamente en la Municipalidad de Rafaela, se resolvió que participen de la movilización las compañeras y compañeros de todas las localidades, así como convocar a organizaciones de mujeres de todo el país", explicaron desde el SEOM en un comunicado.
¿Qué pasó?
Dalila Alessio es licenciada en Psicología, parte de la comisión directiva del sindicato y trabajadora de la Municipalidad de Esperanza. Consultada por Periódicas sobre cómo tomaron conocimiento de esta situación y cuáles fueron los pasos previos que las llevaron a definir este paro, comentó: “Una delegada fue la que decidió alzar la voz y poner punto final a situaciones de violencia laboral y de género, de falta de acceso a recursos y de una discriminación muy marcada entre varones y mujeres”.
Según cuenta Alessio, a partir de ese testimonio inicial comenzó un trabajo muy minucioso “que tuvo que ver con relevar estas situaciones entre las compañeras y allí comenzaron a surgir los relatos de lo vivido por todas las trabajadoras de ese área, algunas datan de más de 12 años. También se pudo conocer que hay denuncias realizadas hace muchos años y que, lamentablemente, no tuvieron respuestas”.
En ese momento, tal como apunta la trabajadora, no existían los protocolos de acción ante estos hechos, como el Protocolo de intervención y prevención ante situaciones de violencia laboral, que rige por el Decreto N° 48.678 del 7 de marzo de 2019, y que activó el intendente de Rafaela, Luis Castellano, tras la asamblea de ese martes.
“De algún modo fue poder dar una respuesta, poner un punto final a la situación y acompañar a las compañeras. El paro surge para visibilizar la situación y tener respuestas de parte de quienes tienen el deber de cuidarnos y protegernos dentro del ámbito laboral”, señaló Alessio.
Violencia machista y laboral
En el comunicado del SEOM, emitido luego de la asamblea, se da cuenta de las situaciones de acoso y violencias de todo tipo que un importante grupo de trabajadoras del Área de Protección Vial y Comunitaria del municipio de Rafaela venía viviendo desde hace varios años.
“Los testimonios, audios y grabaciones recopiladas refieren a situaciones de violencia laboral, psicológica, simbólica y sexual", indicaron desde la organización gremial. "Se han detectado situaciones de exclusión y barreras que imposibilitan el normal desarrollo laboral del grupo de compañeras, quienes se ven desplazadas e imposibilitadas a hacer uso de ciertos recursos, como el uso de vehículos o la posibilidad de hacer horas extras. Del mismo modo, se ha desestimado el cuidado de la salud no atendiendo e ignorando la falta de insumos y la necesidad de generar un real cambio que posibilite desarrollar las tareas laborales dentro de un ámbito digno y cuidado desde una mirada integral".
Según señalan los testimonios que figuran en la denuncia que tomó el SEOM, "los coordinadores acosaban a las trabajadoras y si ellas se negaban las cambiaban de turno, las mandaban a caminar bajo la lluvia o le sacaban horas extras" y "hasta le tocaban la cola a las compañeras".
Protocolos y fallas
La secretaria adjunta del SEOM Rafaela, Anahí Raffaelli, le dijo a Periódicas que tenían conocimiento de estas situaciones desde hace un tiempo y que radicaron las respectivas denuncias, tal como lo estipula el protocolo de violencia laboral que se viene implementado en la Municipalidad de Rafaela. “Pero ante la falta de respuesta o la falla de estos mismos protocolos, fue que decidimos hacer una asamblea de delegadas en donde se resolvió tomar esta medida como visibilización de lo que estaba sucediendo en el área con estos coordinadores”, indicó la dirigente sindical.
Respecto a la respuesta de las autoridades tras la asamblea, Raffaelli comentó que ese mismo martes desde el municipio “activaron de oficio el protocolo de violencia laboral y el miércoles a la mañana se acercaron al SEOM y tomaron las respectivas denuncias de las compañeras que estaban acá, que fueron alrededor de 30”.
Respecto de los próximos pasos legales del caso, Lucía Mognaschi, abogada y asesora del SEOM en cuestiones de violencia laboral y por motivos de género, explicó que “se activó el protocolo y eso implica que se tomó entrevistas a todas las personas víctimas de violencia laboral en el sector, tanto mujeres como hombres. Las mismas se realizaron el miércoles y jueves. Allí se dispuso desde la Municipalidad suspender a los coordinadores del área. En cuanto a las denuncias penales, el sindicato va a acompañar a las víctimas que deseen realizarla”.
Sobre esto último, Anahí Raffaelli agregó: “Los compañeros dieron testimonio y salieron a apoyar al grupo de mujeres que estaba denunciando. La verdad que nos sentimos muy bien por este acompañamiento que recibimos, tanto de los grupos feministas como de otros sindicatos y de la comunidad en general, porque es muy importante que esto se deje de naturalizar, que las mujeres podamos hacernos fuertes y estar juntas para que esto deje de pasar. En los próximos días vamos a convocar a otra reunión de delegadas para poder, entre todas, determinar cómo actuar de ahora en adelante”.
Cultura del acoso y la discriminación
El movimiento de mujeres viene denunciando desde siempre las desiguales condiciones de acceso al trabajo, de las trabas para hacer carrera en muchos espacios y áreas, del acoso y la discriminación que mujeres y diversidades sufrimos históricamente en muchos ámbitos laborales.
Y no es fácil denunciar a quien te contrata, de quien depende tu salario, la comida que llevas a tu casa, el ingreso con el cual pagás el alquiler o mantenés a tus hijes. De ahí el valor que reviste la visibilización de esta situación en Rafaela, que lejos está de ser un problema sólo de ese municipio.
Sobre esto, Dalila Alessio comentaba a Periódicas: “Desde la organización gremial y el grupo de profesionales que estamos especializados en temáticas de género hemos acompañado otras situaciones en municipios y comunas pero siempre de manera individual. No hemos intervenido en situaciones en las que se ve esta masividad y violencia direccionada hacia todo el grupo de mujeres, como ocurrió en Rafaela”.
Alessio entiende que justamente esta particularidad de la masividad de denuncias debe tomarse como una oportunidad para actuar. “Es una señal clara de que no podemos permitir esto ni mirar para otro lado, debemos acompañar, contener, poner punto final a estas situaciones de abuso de poder, discriminación, de violencia laboral y de género, de acoso sexual, en las que se ha denigrado a las mujeres, puesto en un lugar de objeto y se jugó con la dignidad laboral, con el modo contractual que cada una tenía, con el miedo a perder el trabajo. Este paro que se realizará tiene que ver con visibilizar y seguir apostando y reforzando el compromiso con erradicar las violencias hacia las mujeres”.
Autoras: Ileana Manucci - Gabriela Filereto