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Ro Ferrer y el arte como herramienta de lucha

La ilustradora estará en Santa Fe este jueves 3, en el marco de la Feria del Libro Nacional y Popular. Antes de su taller-conversatorio, Periódicas habló con ella sobre su proceso de trabajo, el feminismo y los discursos de odio.
Ileana Manucci
Crédito: Liceo Víctor Mercante - Universidad Nacional de La Plata

Corría julio de 2018 y en las calles, las redes, los medios, en todos lados, la marea verde era un tsunami. El proyecto para legalizar y despenalizar el aborto estaba pronto a entrar a la Cámara de Diputados y se realizaban las audiencias públicas donde se esgrimían los argumentos a favor y en contra de la ley. Fue algo así como un Mundial de los feminismos: todas seguíamos en vivo, desde dónde estuvieramos, las exposiciones; gritábamos goles y nos subía la presión ante las bestialidades de algunes.

Cada uno de esos días, mientras todo eso pasaba, Ro Ferrer iba dejando un archivo ilustrado de cada jornada, de cada oradora y sus frases llenas de verdades. Una mano rapida, una mente lúcia y un compromiso militante absolutos.

"Fue una época maravillosa, de mucho empuje colectivo y también difícil por el nivel de violencia que recibíamos", dice hoy recordando aquellos días y los que vinieron con el segundo y definitivo intento de 2020. "Era y es emocionante ver a quienes comenzaron la lucha por el derecho a decidir, caminar las marchas en plena lluvia, con un frío demoledor o un calor que te hacía sopa, hablar en el Congreso, ser vitoreadas por las pibas como si fueran estrellas de rock; viendo los frutos de tantos años de militancia activa".

Sobre el proceso de trabajo, específicamente, en esos días agitados, Ferrer comenta: "Recuerdo dormir poco, porque había que contestar todo para desarmar las fake-news. Sigue habiendo mucha desinformación y también 'desinformación selectiva'. La diferencia es entre quien desconoce porque el sistema socio-cultural, geo-político, religioso fue normalizando sólo un paradigma posible y con información puede o quiere empezar a desentrañar todo lo que viene detrás de términos como 'normal', 'natural', 'correcto', 'moral', 'aceptable'; y quienes no tienen ningún interés en modificar nada ni soltar privilegios. Muchas personas tienen resistencia al cambio, que va a seguir sucediendo inevitablemente, porque sólo quieren sostener la idea de poder y éxito. El nivel de intensidad militante llegó a un pico enorme entre el 2018 y el 2020. Logramos una conexión colectiva impresionante".

Autora: Ro Ferrer

Desaprender la violencia

La ilustradora será la encargada de abrir la edición 2022 de la Feria Nacional y Popular este jueves 3 a las 17 en Festram, cuando brinde el taller “Des-aprender ¿Cómo hacer para no reproducir violencia simbólica?”.

Consultada sobre la temática específica del encuentro, Ferrer señala: "Desde que nacemos, aprendemos a normalizar diferentes formas de violencia y desigualdad. Esto sucede 'gracias' a la violencia simbólica, una forma de violencia que está presente en todas las formas de violencia. Es un mecanismo de ubicación, control y definición, y como vehículo de socialización pasa desapercibida. Como construye nuestra estructura mental, solemos ejercer violencia sin notarlo. Son todos los mensajes, discursos, acciones, modos de pensar que sostienen, refuerzan, reproducen y legitiman toda forma de violencia, deshumanización, explotación, discriminación, desigualdad, exclusión, silenciamiento, invisibilización y estigmatización. Si se aprende, se puede desaprender".

Tomando esos conceptos y teniendo siempre en el horizonte el objetivo de "crear un mundo menos violento y desigual donde nadie 'quede afuera', entender que hay tanta diversidad, tantas realidades, como personas existentes en él", es que la ilustradora pensó este taller-conversatorio con el que busca que "personas de cualquier edad vean que no hay un sólo modo de ver la vida, las relaciones, el poder... todo lo que nos enseñan como 'normal'".

Vivir dibujando

Ro se llama Romina, pero casi nadie sabe ese dato. Y fue esa pequeña Romina la que comenzó a dibujar desde que pudo sostener un lápiz, según cuenta Ro hoy en el diálogo con Periódicas. "Mi vieja tiene guardadas ilustraciones, cartas y cuentos desde esa época. Siempre me gustó, fue un modo de conectar conmigo y el mundo, de contar lo que veía y sentía. Más adelante, se convirtió en una herramienta para sublimar heridas, violencias vividas; y así poder ponerle nombre a todos esos 'ruidos' que no reconocía como formas de violencia".

Por lo general cuando alguien pregunta o piensa en una ilustradora feminista, el nombre de Ferrer aparece en el top tres. Pero ella dice que nunca tuvo como objetivo inicial "dibujar sobre feminismo".

"Se dio solo, como parte de un proceso individual que en el tiempo comenzó a ser difundido por otras personas y, bueno, dejo de ser algo sólo mío o sobre mí... Pasó a ser un espacio de lucha, un engranaje chiquitito para la construcción colectiva. Ahí entendí que tenía una gran responsabilidad, fui formándome, fundamentalmente en el trabajo territorial. Inicialmente tenía otra personaje, hasta que sentí que la que hablaba tenía que ser yo, cómo posicionamiento, dando la cara, poniendo el cuerpo".

Autora: Ro Ferrer

-En tiempos de proliferación de los discursos de odio ¿recibís mucho hate en las redes sociales con tus trabajos? ¿Qué es lo que notas que más hace saltar a estos odiadores? 

-Los ignoro. Es problema de ellos, no lo tomo como algo personal, porque sino no podés activar nada. Antes me hacía problema. Detestan el lenguaje inclusivo, no sexista, que hablemos de diversidad, de Derechos Humanos, que exijamos responsabilidad en el momento de hablar y construir sentido. Odian la Ley de Educación Sexual Integral, porque desnuda sus propias violencias y abusos. Odian cuando hablo del inexistente SAP, aún utilizado por abogados que hacen dinero revictimizando y criminalizando a madres protectoras e hijes que se animan a denunciar a progenitores que ejercen violencias de todo tipo. No nos ven -a niñas, adolescentes, mujeres, lesbianas, travestis, trans, intersex y no binaries- como personas, menos como pares. El odio se construye, y esta es una cultura erigida sobre ciertas construcciones: dogmas religiosos, colonialismo, racismo, patriarcado, misoginia, LGBTTINB-odio, capacitismo, gorde-odio, viejismo, entre otras. Todo lo que cuestione esto, lo estructural, es motivo de ataque, y lo virtual también tiene consecuencias reales.

-¿Cómo vez que los feminismos se están reacomodando o enfrentando a esos discursos de odio que cada vez parecen tener más espacios de legitimación?

-Realmente hacemos lo que podemos, desde los lugares que tenemos. Entiendo que como todo proceso de cambio va a tener avances y retrocesos. Me encantaría que se entendiera que no somos un partido político, no hay "una voz que baja línea", estamos en movimiento constante tratando de desarmar lo aprendido, pero también somos producto de este sistema y es inevitable que se nos cuelen mecanismos patriarcales, racistas. Somos millones en el mundo, a veces coincidimos y otras no. No todas/es arrancamos con las mismas posibilidades y claramente tampoco desde un mismo lugar. No vivimos lo mismo, ni de la misma manera ni llegamos a un mismo punto o al mismo tiempo. Cuando hablamos de diversidad también debería ser de ideas, de modos de vivenciar el mundo. Obviamente nada tiene que ver aceptar la diversidad con aceptar violencia. El discurso de odio no es "sólo una opinión" si sostiene, legítima, reproduce o refuerza alguna forma de violencia, eso, por definición, es violencia simbólica.

Sus redes sociales inundadas de dibujos, sus libros, los trabajos con Chirimbote, dan un panorama bastante claro de las ideas que Ro Ferrer tiene sobre el feminismo, pero para que no queden dudas cierra la charla con esa declaración de principios: "El feminismo que me inunda y moviliza, es popular, antirracista, anticolonial, anticlasista, antipatriarcal, y busca desarmar todas las violencias, no sólo las que 'me afectan' individualmente. Feminismo para mí es una identidad, un posicionamiento político desde el que quiero un mundo donde nadie quede afuera y todas las personas tengan acceso a todos los derechos, posibilidades y libertades".