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Del "una menos", al “nada de nosotras sin nosotras”

La reflexión de un grupo de mujeres santafesinas con discapacidad visual acerca de las luchas que deben enfrentar y la necesidad de construir un feminismo interseccional.

Autora: Gise Curioni

El 8 de marzo se conmemoró nuevamente el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, una fecha para reivindicar las luchas que, a lo largo de la historia, muchísimas mujeres llevaron adelante buscando conquistar nuevos derechos y libertades. Para ellas, para nosotras, para todas.

Las mujeres e identidades disidentes con discapacidad hemos formado parte de estas luchas que aún hoy siguen vigentes, pero pertenecemos a un colectivo al que sistemáticamente se ha silenciado, subestimado y considerado sujeto de asistencia, en lugar de sujeto de derechos.

Esto le da a nuestras demandas otro punto de partida, y condiciona nuestra posibilidad de participar como sujeto político de las exigencias y conquistas de los feminismos, porque según las barreras o posibilidades que nos dé el contexto, podremos estar más presentes desde nuestra autonomía y potencialidades, o menos presentes y hasta invisibilizadas.

Históricamente, hemos luchado primero por el derecho a existir, por el derecho a vivir, por el derecho de ser parte de las sociedades, con las mismas libertades, dignidad y recibiendo el mismo respeto que cualquier otra persona. Hemos tenido, y muchas veces sigue siendo necesario que lo hagamos aún hoy, que "demostrar" que la discapacidad es una construcción social, que no se ubica en nuestros cuerpos, que no nos hace "menos mujeres" ni "incapaces", que no nos hace "improductivas", ni "inferiores", ni significa que tengamos que ser constantemente "cuidadas" desde un lugar de paternalismo o condescendencia.

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Participar, ser parte

Actualmente, bajo el lema “nada de nosotras sin nosotras” exigimos iguales posibilidades de participar de la esfera política, de acceder a información y formación sobre nuestros derechos, de tomar nuestras propias decisiones y de contar con condiciones para vivir con autonomía. Esto implica que tengamos igual acceso a educación, a empleo, igual protección ante casos de violencia por motivos de género o discapacidad, igual respuesta que cualquier otra mujer si recurrimos a la justicia o a servicios de salud, en síntesis, iguales garantías de que nuestros derechos sean respetados.

Pero esto es imposible de conseguir si ni en las luchas, ni en las políticas públicas que garantizan derechos en función del género, está presente la discapacidad como variable a ser tenida en cuenta. Y si no se parte de saber que la vulneración de nuestros derechos es doble, porque ocurre en función del género y la discapacidad.

En este sentido, desde el área de Género del Movimiento Mirame Bien queremos expresar nuestro compromiso y voluntad de ser partícipes activas en este necesario, urgente proceso hacia la transversalización y lectura interseccional del género y la discapacidad.

Para que las mujeres e identidades disidentes con discapacidad no sigamos siendo "una menos", para que no nos quedemos atrás, ni fuera de las conquistas que alcanzamos gracias a la potencia de los feminismos, necesitamos generar espacios de comunicación y lucha en los que estén presentes nuestras demandas, nuestros reclamos, exigencias. Y esperanzas.

Por un feminismo empoderante y anticapacitista, que cuando hable de "todas", nos aloje a TODAS.

Colaboración del Área de Género del Movimiento Mirame Bien, 
un espacio que trabaja desde 2009 por los derechos, la autonomía, 
la participación social y la vida independiente de las personas 
con discapacidad visual (ceguera y baja visión) de Santa Fe.