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Femicidios: más preguntas que respuestas

Otro femicidio. Otro grito de reclamo. ¿Qué engranaje social hará falta activar para que de una vez y para siempre se haga efectivo el reclamo? ¿Cuál es la pieza que al ser tocada haga caer en cadena todos aquellos factores que propician la violencia machista? Otra vez, la sensación de que no hay respuestas.

Autora: Priscila Pereyra

Úrsula había cumplido con todos los pasos necesarios para exponer la violencia que padecía y amenazaba. Había denunciado, reclamado, comunicado a sus amigas y familiares. Había alertado. No es el primer femicidio previsible y evitable. Lo que más tememos hoy es que no sea el último.

Las fuerzas de seguridad y la justicia necesitan repensarse y replantearse. Las estadísticas que periódicamente brindan distintas organizaciones, así lo demuestran. Según los datos publicados en enero de 2021 por Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá) el 12% de los femicidios fueron cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad, el 33% llevados a cabo con armas reglamentarias y en el 25% de los casos hubo denuncias previas...Pero, ¿qué hacemos con lo que sabemos?

Desde los feminismos salimos reiteradamente a gritar Ni Una Menos. Tantas veces que duele. Y cada vez que un femicidio sale a la luz, nos volvemos a hacer preguntas. Muchas, miles. Y van más allá de determinados sectores para abarcar a la sociedad toda.

Sabemos que la educación igualitaria, la destrucción de estereotipos sexistas, la ruptura de códigos de silencio ante la violencia, el replanteo de las masculinidades son procesos a cumplir. Pero en días como estos sentimos que cada uno de ellos es demasiado largo y arduo en comparación con la urgencia que nos angustia. ¿Qué engranaje social hará falta activar para que de una vez y para siempre se haga efectivo el reclamo? ¿Cuál es la pieza que al ser tocada haga caer en cadena todos aquellos factores que propician la violencia machista?

Úrsula nos obliga a seguir haciéndonos preguntas, nos mueve a la acción. Porque no nos sobra tiempo. Porque sus gritos junto a los de todas las compañeras violentadas ayer y hoy así lo exigen. Por ellas, por nosotras, necesitamos comprometernos a hacerlo, sin demora.

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