Por tercer año consecutivo el premio Salón de Mayo del Museo Provincial Rosa Galisteo de Rodriguez es para la producción de una mujer. La ganadora, Cecilia Lenardón, y la directora de la institución, Analía Solomonoff, dialogan con Periódicas sobre este hecho y su contexto histórico cultural.
Cecilia Lenardón es rosarina y psicóloga de profesión. “Pensé que iba a ser una vieja psicoanalista pero por determinadas circunstancia de la vida me encontré con la fotografía y finalmente el arte le ganó terreno a la psicología”. Su obra: 'Manifiesto', ganadora del 96 Salón de Mayo, es una producción audiovisual. “No es una pieza de video arte -explica Cecilia- Es el registro de una acción colectiva planificada. Yo vengo del campo de la fotografía pero el video me pareció el formato más idóneo para plasmar el cuerpo en el espacio y en movimiento.”
El premio del Salón de Mayo implica la adquisición de la obra por parte del Museo Provincial de Bellas Artes "Rosa Galisteo de Rodríguez" a los fines de incorporarla a su patrimonio. La impronta actual del espacio cultural propició la participación de Cecilia. “El Rosa Galisteo viene haciendo movimientos muy interesantes en el campo del arte desde hace unos años y se ha vuelto una institución con propuestas muy buenas”, comenta.
La obra premiada constituye el primer video que ingresa al acervo del lugar. Al respecto, su directora, Analía Solomonoff, expresa: “Supone la apertura de un espacio de diálogo entre la artista y el museo para determinar el formato, los límites y el marco en que la obra será exhibida. Se está dando un ida y vuelta muy nutrido con preguntas que se resuelven en colectivo.”
Un museo en comunicación con su entorno
La presencia de Solomonoff en la dirección del Rosa Galisteo ha marcado un antes y un después en la historia de la institución, un espacio ahora dispuesto a ser “tomado” por el público como surge del nombre de uno de sus recorridos mediados. Las remeras de las guías con la inscripción “soy museo” parecen avalar esta línea de acción. La directora plantea una explicación más amplia: “Si bien hay una tendencia a personalizar los espacios, también ha habido una política pública cultural específica, todo un sistema de espacios culturales en la provincia en los cuales se enfatiza la idea del servicio público”. Instituciones de acceso libre y gratuito, contacto y diálogo con la comunidad son pilares de esa propuesta.
Analía Solomonoff subraya que el Rosa Galisteo cuenta con una de las colecciones de arte moderno más importantes de Argentina. “Para mí, los museos que resguardan un patrimonio tienen la tarea de ir actualizando sus discursos. Desde aquí se han generado líneas de trabajo que responden a la idea de que el museo se llene de gente. Es importante que la gente venga, se haga preguntas, proponga respuestas, nos cuestione. Hay una programación pero es fundamental un receptor en libertad de pensar y sentir.”
Alejado de discursos con pretensión hegemónica, el Rosa Galisteo es parte de un plan museológico planteado, según su directora, para “revisar y repensar qué es un museo”. Destaca que en esa misión no se encuentran solos sino que es algo que se está dando en todo el mundo con el fin de mantener vivas las instituciones. “Nos proponemos activar estos espacios para que tengan proyección, un futuro y que los discursos sigan siendo válidos para el afuera. Creemos en la apertura hacia una nueva generación que tal vez no se sentía convocada y apertura para que artistas como Cecilia Lenardón se sientan invitadas porque nos interesa que obras como la suya estén aquí exhibidas”. Cecilia se une a lo expresado por Analía y agrega: “Muchas veces se liga la función del museo al resguardo del patrimonio como si solamente tuviera que ocuparse de que las obras estén bien cuidadas. De un tiempo a esta parte, además de esa tarea, se ocupan también de hacer hablar a ese patrimonio, de actualizarlo discursivamente para vincularlo con lo que está sucediendo en la sociedad.”
La marea llega al museo
Lenardón es la tercera mujer galardonada con el premio Salon de Mayo en períodos consecutivos. Fabiana Ímola, ganadora 2017 y María Soledad Sanchez Goldar, 2018, la preceden. En relación con esta situación, Analia Solomonoff expresa: “Las tres son artistas que representan un momento concreto, tienen una trayectoria sólida y van a continuar produciendo y afectando la historia del arte argentino”. Aclara que esa es su opinión y que el jurado, de diferente conformación cada año y absoluta independencia de acción siempre, podría marcar otros rasgos distintivos. Ella considera, además, que las artistas ganadoras proponen temáticas vinculadas al arte pero también a lo social y político. Ímola en lo que respecta a la relación del ser humano con su entorno natural; Sanchez Goldar con el tema de la memoria vinculada a la dictadura. “La obra de Cecilia plantea el trabajo colectivo -agrega- y para mí la acción colectiva es un nuevo paradigma”
Si bien la directora del Rosa Galisteo no hace eje en el género de las ganadoras, es consciente del lugar de la mujer en el presente del museo. Desde ella a cargo de la dirección hasta la numerosa cantidad de trabajadoras dentro del espacio pasando por plataformas de pensamiento crítico como el Certamen Padeletti, también con una ganadora mujer en 2018 (Georgina Gluzman por su investigación sobre la presencia femenina en el arte 1922/1953), hay “una perspectiva de género que nos trastoca en varios planos.”
Solomonoff se refiere al museo como un “espacio en gerundio”, un sitio vinculado al aquí y ahora de una sociedad con la que dialoga permanentemente. Y en esta concepción de las instituciones culturales, hay una mayor convocatoria a las mujeres o la generación en ellas de esa sensación. Cecilia Lenardón aporta su visión personal: “El museo, los jurados y la sociedad en general están reconociendo la deuda histórica para con la producción de las mujeres en todos los ámbitos. No creo que sea una casualidad que tres mujeres hayamos sido las últimas ganadoras. Hay un tema en eclosión y el museo es una caja de resonancia.”
Entrevista, escribe y edita notas. Se especializa en cultura. Colabora en producción y redes sociales.