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Se viene el Mundial de Francia: todo lo que hay que saber

El 7 de junio se dará el pitazo inicial de un evento que ya se considera histórico para el fútbol femenino. Todo lo que tenés que saber, en esta nota de Periódicas.
Foto gentileza La Diez

Sí, también hay mundiales de fútbol femenino. No, no es el primero. Desde 1991 vienen realizándose de manera oficial -es decir, con el aval de FIFA- aunque hubo algunas experiencias previas porque las mujeres juegan al fútbol casi desde siempre.

Los mundiales femeninos se juegan, al igual que los masculinos, cada cuatro años. Francia será el país anfitrión de esta octava copa y el primer partido será el 7 de junio, a las 16 (hora argentina) entre el local y Corea del Sur, en París. La final será el 7 de julio en Lyon.

La Selección Argentina es parte del Grupo D, junto a Japón, Escocia e Inglaterra. El debut albiceleste será el 10 de junio, en París, frente a Japón; luego se enfrentará a Inglaterra, el 14, en Le Havre; y cerrará la participación en la fase de grupos el 19 frente a Escocia, nuevamente en París. Luego de algunas idas y vueltas, finalmente se anunció que los partidos serán transmitidos por la TV Pública.

El estadio Parque de los Príncipes, en París, alojará dos de los tres partidos de Argentina en la fase de grupos.

Son 24 las selecciones que se clasificaron para esta edición: Alemania, Argentina, Australia, Brasil, Camerún, Canadá, Chile, EEUU, Escocia, España, Francia, Inglaterra, Italia, Jamaica, Japón, Nigeria, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, República de Corea, China, Sudáfrica, Suecia y Tailandia.

Los partidos se jugarán en las ciudades francesas de Grenoble, Le Havre, Lyon, Montpellier, Niza, Paris, Reims, Rennes y Valenciennes.

Las rivales

Argentina logró esquivar el grupo del campeón del mundo, Estados Unidos, y del poderoso vecino, Brasil, pero el Grupo D también será un gran reto para el equipo dirigido por Carlos Borrello. La Selección Nacional deberá enfrentar a Inglaterra, Escocia y Japón, equipos que se encuentran en el puesto 5, 20 y 4 del ranking FIFA, respectivamente. Argentina, por su parte, ocupa el puesto 35.

Japón es una potencia mundial en fútbol femenino: participó de las ocho ediciones de los mundiales, fueron campeonas en 2011 y subcampeonas en Canadá 2015. En Japón el fútbol femenino es profesional.

Inglaterra jugará en Francia su quinto mundial. Hasta el momento, su mejor rendimiento ha sido el tercer puesto en Canadá 2015. El fútbol femenino británico, en su máxima categoría, la Women’s Super League, es totalmente profesional.

Escocia aparece, a priori, como el rival más accesible que tendrá enfrente Argentina, ya que es la primera vez que accede a una Copa del Mundo, aunque las escocesas llegan envalentonadas tras los partidos amistosos de la fecha FIFA de abril, donde empataron con Chile 1 a 1 y vencieron 1 a 0 a Brasil. El fútbol femenino en escocia no es profesional.

Celeste y blanca mundial

La Selección Argentina participará por tercera vez de una cita mundialista, luego de haber estado presente en Estados Unidos 2003 y China 2007. Aunque antes de que FIFA comenzara a organizar de manera oficial el torneo, la Selección ya había jugado el que hoy reconocemos como el primer mundial: México 1971.

A ese mundial jugado en tierras aztecas, Las Pioneras -como hoy se conoce a ese seleccionado- llegaron sin ningún tipo de apoyo de la AFA. Para poder viajar tuvieron que hacer varios sorteos y rifas, y cosieron sus propios números a las camisetas. Fueron sin DT, sin médico ni masajista. Tampoco tenían botines y las camisetas con las que llegaron, se deshicieron luego del primer lavado.

Pero aún con todo el viento en contra, ese seleccionado logró una hazaña, un acontecimiento que hoy se reconoce como un hito, gracias al trabajo de recuperación de esa historia que vienen haciendo las propias jugadoras. El 21 de agosto y ante 100 mil personas en el estadio Azteca (ese donde Maradona levantó la copa del mundo en el 86), la Selección Argentina le ganó 4 a 1 a Inglaterra. Hoy ese día, el 21 de agosto, está cerca de convertirse en el Día de la Futbolista Argentina.

Un largo camino a Francia

En septiembre de 2017, hace apenas dos años, las jugadoras de la Selección Argentina hacían pública una carta dirigida al entonces presidente de la Comisión de Fútbol Femenino de la AFA, Ricardo Pinela (renunció a su cargo en enero, luego de la denuncia de la santafesina Macarena Sánchez por la forma en la que había sido despedida de su club, UAI Urquiza). Fue otra santafesina, una que estuvo presente en los mundiales de 2003 y 2007, la que publicó en sus redes sociales la nota de reclamo

“¡La triste realidad del fútbol femenino!” escribía Belén Potassa, delantera de la selección nacida en Cañada Rosquín. El comunicado exponía una dramática realidad: el equipo nacional pasó dos años sin siquiera practicar (de 2015 a 2017); cuando retomaron, les pagaban 150 pesos en concepto de viáticos por entrenamiento –que tampoco se les abonaba en término-; las instalaciones no eran las adecuadas para una selección -y debían ceder el espacio cuando practicaba algún seleccionado masculino- y un destrato absoluto cuando todo el equipo debió dormir en el colectivo antes de enfrentar a Uruguay en ese país.

Las pibas se plantaron, hicieron pública esta situación y realizaron un paro. No hubo demasiadas respuestas por parte de AFA. En 2018 la selección debía afrontar la Copa América en Chile con una preparación mínima, muy lejos de la requerida para una cita continental. Pero si algo caracteriza a este grupo de jugadoras son las ganas, el hambre de gloria, como se dice en la jerga futbolística.

Fueron estratégicas y aprovecharon el momento: al salir a jugar el partido frente a Colombia, el equipo completo -titulares y suplentes- posó para la tradicional foto haciendo un gesto que luego se viralizó por las redes y llegó a los grandes medios, esos que ni sabían que se estaba jugando la copa. «Queremos ser escuchadas en nuestro país. Que vean cómo jugamos al fútbol. Buena parte de la población no sabe que se está jugando este torneo”, dijo por esos días Florencia Bonsegundo, una referente del equipo.

Argentina salió tercera en ese torneo, con lo cual accedió a la posibilidad de jugar un repechaje frente a Panamá para definir qué equipo llegaría, finalmente, al Mundial de Francia.

La presión de las jugadoras visibilizando las condiciones en las que ya no querían jugar, sumado a un movimiento de mujeres en plena expansión que ayudó a amplificar los reclamos y consignas, llevaron a que ese primer partido del repechaje fuera otro hito en la historia del fútbol femenino local.

El 8 de noviembre de 2018 la Selección Argentina jugó ante Panamá en el estadio de Arsenal de Sarandí, en Buenos Aires. Más de 11 mil personas llenaron las tribunas para alentar a las pibas. Fue una fiesta. Papelitos celestes y blancos, banderas, bombos y redoblantes, todo agitado por mujeres -en su mayoría- de todas las edades. El entusiasmo de afuera contagió a las 11 dentro de la cancha, y viceversa. Argentina ganó, goleó y gustó: fue 4 a 0 y medio pasaje en el bolsillo. La clasificación definitiva llegó una semana después en Panamá, cuando el empate 1 a 1 depositó al equipo nacional en Francia.

Las tribunas a pleno en Sarandí. Foto gentileza La Diez

El objetivo

El entusiasmo, las ganas, “la manija”, no paran de crecer, y está bien que así sea. Este es un momento histórico de visibilización del fútbol femenino a nivel local e internacional. Pero hay que ser realistas: en los Mundiales que disputó Argentina, nunca logró ganar un partido. Por eso, el primer objetivo en Francia, será ese: ganar un partido.

A algunos desprevenidos, ignorantes o malintencionados, les parecerá un objetivo menor. No lo es. Los esfuerzos que estas jugadoras han hecho para volver a poner a Argentina en un Mundial han sido enormes. La mayoría de ellas estudia y/o trabaja para poder subsistir, hace poco -muy poco- que tienen, por parte de la AFA, las condiciones mínimas de entrenamiento y preparación. Todo lo que lograron hasta hoy fue gracias a su sacrificio y, claro, a su talento, porque este equipo tiene grandes jugadoras que ya son parte de los mejores clubes europeos.

Talento y amor por la camiseta sobra, pero enfrente Argentina tendrá rivales que le llevan años luz de desarrollo y trabajo. Selecciones con futbolistas profesionales, que sólo se dedican a jugar al fútbol, que cuentan con el apoyo 100 por 100 de sus federaciones y equipos para ser las mejores. En este contexto, un sólo triunfo de nuestra selección será una batalla ganada en pos del crecimiento y el reconocimiento del fútbol jugado por mujeres. ¡Vamos Argentina!