Goces

Las murguistas de Santa Fe hicieron historia

El Carnaval de las Pibas dejó saldos positivos y un sueño colectivo cumplido: viajaron por primera vez al Encuentro Internacional de Murguistas Mujeres que se realizó en Montevideo, Uruguay.

Se propusieron un objetivo y cumplieron: el Carnaval que querían, lograron hacerlo juntas.

"Sin nosotras no hay carnaval", fue el lema que motivó a las murguistas de Santa Fe para organizarse y viajar a Uruguay en la segunda edición del Encuentro de Mujeres MurguistasDicen que el carnaval es un espejo de la vida, y explicitar esto hoy en día forma parte de la revolución feminista acompañada de arte. Ellas se hacen eco de estas palabras y le cuentan a Periódicas la aventura emprendida.

Autora Ph: Gisela Curioni

Sobre el Encuentro de Murguistas

El Encuentro de Murgas de Mujeres y Mujeres Murguistas (EMMyMM) se gestó a fines de 2017. Lo que empezó como la organización de un encuentro se convirtió en un colectivo que sigue trabajando para visibilizar y discutir el rol de la mujer en el carnaval. Este año se presentó en Montevideo, Uruguay, y contó por primera vez con la presencia de las santafesinas.

El EMMyMM está conformado principalmente por mujeres que participan en murgas, pero también por mujeres de murgas mixtas o paritarias, y está abierto a la participación de todas aquellas que se quieran sumar. Es una oportunidad para que los países convocados (Chile, Argentina y Uruguay) traben lazos de amistad y compartan desde el arte experiencias de vida.

El evento se llevó a cabo los días 15,16 y 17 de marzo en el país limítrofe. Murguistas de todas las edades dieron el presente con bombos y platillos. Al mismo tiempo, participaron de trabajos grupales, prácticas instrumentales, talleres de maquillaje y vestuario sin dejar de lado los temas coyunturales como el debate sobre ESI y legalización del aborto.

Las DamaJuanas, Aquelarre y  Rezonga La Ronca hacen historia

La participación de las mujeres en las murgas siempre estuvo relegado a todas aquellas tareas detrás de escena. Maquillaje y vestuario fueron, desde hace mucho tiempo, las responsabilidades que se podía tener en este género artístico. Con el tiempo eligieron tener voz y voto, y en plena época de cambios, este encuentro les brindó otra forma de participación: ser protagonistas en el escenario. Las agrupaciones que viajaron desde Santa Fe apenas se están gestando. Algunas de ellas no tienen más de cinco años pero continúan creciendo en número de integrantes y calidad de talento.

“Ver tantas mujeres haciendo murga comprometidas en un género tan crítico como este me movilizó mucho. La murga es una experiencia transformadora para cualquier persona. Cantar y tocar como reclamo y como gozo no es cosa menor. Intentamos transformar la realidad porque creemos que se puede”, relata emocionada Martina Bottero perteneciente a la murga  Las DamaJuanas.

Hubo miradas de complicidad para la designación de quién sería la vocera oficial a la hora de dialogar con Periódicas, todas tenían algo para contar. “Mucho en realidad”, confiesa entre risas Gisela Arola representante de la murga Aquelarre. Cuenta que el encuentro fue mucho más de lo que imaginaron desde el primer día y que el Carnaval fue el paso que les brindó la confianza para creer que podían lograr todo lo que deseaban y, a la vez, fue mucho más de lo que pedían.

“Hicimos un balance en grupo con las compañeras mientras emprendíamos el largo camino a casa. No deja de asombrarnos que todo estuviera muy bien planeado por las coordinadoras del encuentro. Cada detalle, desde el más pequeño, fue el que hizo sentirnos privilegiadas de estar allí  haciendo historia. Las dueñas de casa pensaron en todo”, relata todavía con cierto asombro Gisela. “Aprendimos técnicas que no conocíamos (corporales y vocales). Todavía nos asombra la generosidad de las hermanas uruguayas. Nos enseñaron con mucha predisposición y eso nos llamó la atención porque el mundo nos acostumbró a competir entre nosotras. Compartieron su saber y toda su experiencia. Nos abrieron las puertas de una forma que no lo esperábamos”, expresa conmovida la artista".

Preguntar y repreguntar sobre el Encuentro provoca en cada una un nuevo viaje. Se percibe esa emoción en cada palabra y en el color que añaden a cada una de ellas. Son jóvenes y sus rostros reflejan algo que ya no se puede ocultar: todo es posible cuando se trabaja en equipo. Reflexionan en grupo y explican que ver la realidad de otra cultura les generó incluso un reaprender conceptos que ya los daban como aprendidos.

"Realmente nos están viendo con los puños en alto"

Autora: Gisela Curioni

“Comprendimos que la palabra sororidad es mucho más que una palabra. La sororidad es todo. Es solidaridad, es verte en la otra, es sentir lo que la otra siente. Volvimos con ganas y herramientas para mejorar como murga y como colectivo”, reafirma Juma quien actualmente integra la murga Las DamaJuanas.  "Esta experiencia nos unió como colectivo de murguistas, esto fue apenas una llamita que sin dudas será una gran fogata.  Tener un espacio de empatía y solidaridad es posible, esto nos unió como mujeres. Nos permitió vernos  como tales y protégernos entre nosotras de ese patriarcado que quiere vernos luchar una contra otra”, expresa la joven vocera de la Murga Aquelarre.

Las voces en el grupo se hacen oír. Mientras Victoria Parodi de Las DamaJuanas reflexiona sobre todo lo charlado con las compañeras del grupo Aquelarre, toma la posta y comienza a contar su experiencia grupal sin dejar afuera detalles que la siguen emocionando como artista y como mujer.

“Llegamos a Uruguay shockeadas”, comenta sonriendo Vicky. Mientras calcula detenidamente todo aquello que viene a su mente, continúa con su relato: “no creíamos todavía lo que logramos con tanto esfuerzo desde ese día que el carnaval nos arrasó". En el Encuentro de Mujeres surgieron cosas inexplicables: "sin esperarlo, por ejemplo, de un momento a otro empezábamos a tocar y cuando menos lo notábamos éramos un montón tocando juntas. Se sumaba otra y después otra y sin querer revivíamos el carnaval de Santa Fe”.

El grupo entero acompaña el relato afirmando cada palabra. “Emoción, dudas, incertidumbre, cansancio y alegría pero con el alma llena. El recibimiento fue inesperado. Las uruguayas, que ahora las sentimos más hermanas que nunca, pensaron en todo para hacernos sentir como en casa. La paciencia para explicarnos cada cosa, como por ejemplo cómo movernos en el barrio o explicarnos las actividades que íbamos a tener, los lugares que podíamos conocer. Para muchas fue el primer viaje fuera de Santa Fe”. Contarlo es una forma de mantenerlo vivo. Hay rostros alegres y muchos otros llenos de nostalgia. Lo que se percibe sin dudas es un grupo de artistas que ha encendido una llama que no desean apagar y mucho menos permitir que se extinga. Saben que el camino no será fácil, pero saben también que nunca lo fue.

Palabras que no dejan de sonar como resumen de este viaje tienen que ver con el respeto, la tolerancia, la solidaridad y el amor. Juma con cierta nostalgia recuerda que viajaría otra vez para revivir cada experiencia. Le cuenta a Periódicas que “El encuentro fue zarpado”, enfatizando la erre con fuerza. “Mucho amor. Creo que no podría haber sido de otra manera, pero superó en gran manera lo que imaginaba”. La joven murguista comienza a relatar sobre los talleres y las charlas que realizó sola y en grupo, pero no duda en destacar algo que la marcó  notablemente. “Tuvimos una charla que fue un antes y un después para mí como murguista. La misma era sobre la historia de la murga y las mujeres, me conmovió escuchar y aprender todo lo que transitamos las mujeres para dejar de estar detrás de las cortinas del escenario. Ahí dimensionamos que estábamos haciendo historia“, relata con mucha emoción. Se incorpora como quien no se permite titubear y confiesa entre risas. ”Estoy que rebalso de amor, no tengo palabras para expresarlo. Nosotras nos valoramos en cada detalle, había miradas de complicidad en cada paso como diciendo: "yo también pasé por eso, yo también te entiendo"“.

"Nos une la risa y nos une el llanto. Ya no estamos solas"

“Creo que aprendimos a ser sororas como nunca antes. Fue verdadera, de mujer a mujer”. Manteniendo la firmeza de sus palabras, Vicky quiere transmitir eso que les corre por las venas y todo lo que les dejó el encuentro.  El silencio inunda el ambiente y prosigue ”¿Viste cuando repetís mucho una palabra y crees que la comprendes? Bueno, yo pensé que era sorora o al menos me esforzaba por serlo con mis hermanas, pero ahora cambió hasta mi forma de verlo. Es mucho más profundo. Reconocer que estamos todas en la misma, desde la mirada hasta lo que cada una tuvo que pasar. Nos une la risa y nos une el llanto. No faltaron pañuelos verdes, se demostró que nos importaban los derechos de todas". Si bien en Uruguay el aborto es legal, muchas uruguayas siguen llevando su pañuelo verde atado como símbolo de apoyo y acompañando el pedido de legalización en Argentina .

“Este año marchamos por primera vez como colectivo murguista de mujeres. Ya no estamos solas. El patriarcado nos está viendo pero también nos estamos viendo nosotras”, agrega la entusiasta Victoria. Entre la animosidad de sus palabras y la conmoción de quien ha vivido una experiencia única, la murguista santafesina le confiesa con gratitud a Periódicas que tenían un sueño y lo cumplieron. "Mostramos lo que más amamos hacer: cantar y actuar en una murga. Nacimos para esto. Nos estamos empoderando en todos los ámbitos y el arte murguero no va a ser la excepción”. Recalcan que hicieron sacrificios pero fue gracias al apoyo de la gente que juntaron el dinero para poder viajar.

Teléfono para las autoridades locales

Autora: Gisela Curioni

"Necesitamos como colectivo que las autoridades nos apoyen como artistas. Los maquillajes y los trajes no son tan accesibles y hacemos todo lo que podemos para conseguirlos. Si nos invitaran a eventos locales e incluso nos ayudaran a solventar gastos mínimos, sería una gran oportunidad para visibilizar nuestra labor y para valorar ese género  al que tanto prejuicio a veces le tienen. La murga es alegría, pero también es pueblo", sostiene Eva Quinteros.

El balance finaliza aunque hay muchas más experiencias que contar. No alcanzarían las horas ni los días. "Esta sensación es nuestra y es también gracias a todos aquellos que asistieron a nuestros encuentros para ayudarnos a juntar el dinero. Sin ustedes tampoco hubiésemos logrado tener semejante carnaval. El arte se apoya con amor. Y acá demostramos que amor nos sobra”, sostienen.

Mujeres de distintas edades se subieron a un micro cargado de sueños. Para muchas de ellas esta oportunidad fue un antes y después en su vida como murguistas. Por primera vez Santa Fe participó en el Encuentro de Mujeres Murguistas mostrando el festejo litoraleño en el país vecino.

Evaquien es activa militante feminista y participa en la agrupación Aquelarre, relata a Periódicas sobre los esfuerzos para viajar. Un espíritu de celebración envuelve el lugar y comenta los últimos detalles. “Hay un trabajo tan grande que merece ser reconocido, no somos sólo nosotras. Queríamos visibilizar el rol de la mujer que no está en escena, como son las maquilladoras y las vestuaristas, a las que no se les reconoce el trabajo pero que también están ahí. Esto es histórico”.

El Carnaval de las Pibas fue un punto de encuentro, lo construyeron y lo disfrutaron en conjunto. Las jóvenes  agradecen una vez más el apoyo de toda la gente que lo hizo posible.

“Cantar y tocar como reclamo y como cultura del goce”, es lo que se proponen hacer siempre. Un colectivo con más de 40 mujeres partió el día jueves pasado camino al Encuentro Internacional de Mujeres Murguistas y Periódicas estuvo presente. Volvieron colmadas de alegría y con muchas ganas de trabajar como colectivo.

Ellas demostraron una vez más que sin mujeres no hay carnaval.