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El sindicalista Rizza fue condenado por abuso pero se fue libre

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Julio Cesar Rizza fue condenado a ocho años de prisión por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, calificado por la convivencia. El tribunal lo absolvió por la promoción a la corrupción de menores y no dio lugar a la prisión preventiva. De esta manera, el condenado llegó y se fue del juicio en libertad. “Estamos decepcionados, desalentados y tenemos miedo porque hay un abusador suelto”, sostuvo la familia de la sobreviviente.

Thamina Habichayn

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Autora: Priscila Pereyra

 

Julio Cesar Rizza llegó y se fue de su juicio en libertad. Condenado, pero sin prisión preventiva. Este martes se llevó adelante la audiencia en la que se dio a conocer la sentencia para el secretario general de la Unión Argentina de Canillitas (Sivendia) filial Santa Fe y presidente de la Asociación Mutual del sector, que abusó de la hija de su ex pareja. El tribunal integrado por Pablo Spekuljak (presidente), Jorge Patrizi y Gustavo Urdiales decidió por unanimidad condenar a Rizza a ocho años por encontrarlo autor del delito de abuso sexual gravemente ultrajante calificado por la convivencia.

Las fiscales del Ministerio Público de la Acusación (MPA) Jorgelina Moser Ferro y Luciana Escobar Cello habían solicitado la pena de 16 años del imputado y también lo habían imputado por la promoción a la corrupción de menores. El tribunal decidió absolver a Rizza de este último delito y no dar lugar al pedido de prisión preventiva, por lo que el sindicalista se fue del juicio en libertad.

Las funcionarias de la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas) destacaron que “dadas la diferencia de edad entre el agresor y la hija de su pareja, la corta edad de ella, las características de los abusos y que la propia víctima considera que fueron un factor determinante para su orientación sexual, lo ocurrido tuvo entidad suficiente para afectar su salud física y psicológica”.

Moser Ferro y Escobar Cello indicaron que a pesar de la imputación y los pedidos realizados por la fiscalía, “los magistrados no consideraron acreditado el delito de corrupción de menores ni hicieron lugar a la prisión preventiva” y agregaron que aguardarán los fundamentos del fallo para evaluar la posibilidad de apelar.

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Sigue en libertad

La sentencia se dio a conocer este martes en una audiencia que se realizó en la sala 1 de los tribunales de la ciudad de Santa Fe. La familia de la sobreviviente estuvo presente en la sentencia. Al finalizar, manifestó su desacuerdo con la sentencia expresada por los jueces. “Estamos sorprendidos, decepcionados, desamparados, no entendemos las volteretas legales”, expresó la pareja del padre biológico de la denunciante. Para la familia, la libertad de Rizza es un riesgo y también una nueva victoria del condenado, quien llegó y se fue del juicio en libertad. “Estamos otra vez en riesgo, hay un violento y abusador de menores suelto”, sostuvo la mujer.

Otra de las cuestiones que les llamó la atención a los familiares es el (mal) trato de la Justicia a la familia y a la sobreviviente. La víctima tuvo que declarar dos veces. El primer día del juicio fue en Cámara Gesell y con la presencia de Rizza en la sala, mientras que último día volvió a ser interrogada, esta vez en la sala pero sin la presencia de su abusador. “Según lo que nos contó la fiscal, le preguntaron sobre las consecuencias psicológicas que tuvo tras los abusos, algo que los psicólogos ya habían declarado”, recordó la familiar. “Ese día nos llamaron sobre la hora para que ella viniera a declarar y nos hicieron esperar bastante tiempo, con muchos nervios encima”, describió.

La familia cuestionó la absolución por uno de los delitos y, sobre todo, la libertad de Rizza. “Es una vergüenza la justicia patriarcal que tenemos”, manifestaron. “Tuvimos que mover cielo y tierra para que la investigación avanzara, esto nos desalienta. Nos preguntamos qué pasa con la perspectiva de género y la ley Micaela en la sistema judicial”, cuestionaron, y agregaron que volverán a asesorarse legalmente para analizar cómo continuar.

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Los abusos

Los hechos de abuso ocurrieron aproximadamente entre 2013 y 2017, cuando la joven tenía entre 11 y 16 años. Comenzaron durante el verano, en el camping de los Canillitas, donde la denunciante pasaba los fines de semana junto a su hermano menor, su madre y Rizza, quien era pareja de su madre. Los abusos se reiteraron tanto en el camping como en distintas viviendas de la joven y su familia.

Durante los primeros años, la joven, su madre y su hermano vivían en una casa ubicada en calle República de Siria en la ciudad de Santa Fe, a la que el condenado iba de visitas y se quedaba a dormir. En esa vivienda ocurrieron reiterados hechos de abuso contra la menor, que continuaron luego cuando la familia completa -incluido Rizza- se mudó a otro domicilio ubicado en calle Milenio de Polonia.

Fue la misma sobreviviente la que pudo poner fin a los abusos. En una oportunidad, cuando la pareja de su madre intentó tocarla, la joven le dijo que si continuaba le iba a contar a su padre lo que le hacía. Desde ese momento, los abusos se detuvieron.

La denuncia

La joven vivió en el mismo domicilio que Rizza hasta unos meses antes de hacer la denuncia. En junio de 2020 comenzó con sesiones con su psicóloga personal, a raíz del malestar y el daño que le habían causado los abusos. Unas semanas más tarde decidió irse a vivir con su padre y la pareja.

La sobreviviente decidió no volver a vivir en la casa de su madre y en ese momento fue cuando pudo contarle lo sucedido a su padre y la pareja de éste, quienes la acompañaron a realizar la denuncia.

Juicio en libertad

Rizza llegó y se fue del juicio en libertad. El condenado había sido imputado y detenido en septiembre de 2020, pero en la audiencia de medidas cautelares realizada el 9 de septiembre de ese mismo año, el pedido de la fiscalía fue negado y el hombre llegó a su juicio dos años después y en libertad.

En lugar de la cárcel, el juez Octavio Silva había fijado medidas alternativas que disponían el impedimento de contactarse con la joven denunciante y la familia. Esas medidas continúan vigentes.

Autora: Thamina Habichayn