¿Cómo es ser mujer, actriz y desarrollar esa faceta del arte en Santa Fe? De un interés que surge por la frustración de una idea a una vocación firme, Sofía Kreig cuenta a Periódicas su experiencia personal. El paso por la escuela de teatro, la próxima licenciatura, los talleres, las obras, la sororidad entre actrices, la docencia como posibilidad de ejercer el arte en esta zona, se entremezclan en la charla de la que surge la necesaria convicción para esta profesión: "Ser actriz es una decisión".

No hubo una Sofía nena deseando o jugando a ser actriz. Tal vez hubo señales tapadas en lo cotidiano. O no, y sin más vueltas la de ella es una vocación nacida a fines de la adolescencia. En su charla con Periódicas, Sofía Kreig señala que tomó el primer taller de teatro después de terminar la secundaria, mientras empezaba la carrera de letras y se sobreponía de no haber entrado en la que fuera su primera opción.
"Se me ocurrió a partir de algo que no se me había dado", recuerda. Y ese momento transformó su vida. Conoció un mundo que la fascinó, dejó letras para estudiar en la Escuela Provincial de Teatro, hizo y hace talleres, enseña, actúa. Hoy, a punto de concluir la licenciatura y con la certeza de que ser actriz es una decisión, señala: "El teatro me abrió la cabeza de una manera impensada en relación con muchas otras cuestiones".
El origen
"Tenía 17 años cuando hice mi primer taller con Raúl Kreig. Había terminado quinto año y empezaba la carrera de letras", relata Sofía, quien no recuerda una conexión más antigua con esta disciplina artística. Aunque nació en Santa Fe, su vida completa se desarrolló en Santo Tomé, adonde vive actualmente y se desempeña como docente de teatro. Bastó ese encuentro con la actuación para que todo en ella cambiara. "Yo no estaba para nada conectada con el teatro antes de ese primer momento de acercamiento. Ahí sí, empecé a ver teatro; no paraba de ver teatro", afirma mientras recuerda obras, disertaciones, los Argentinos de Teatro y el entrenamiento permanente con distintos profesores y talleres.
Dejó letras e ingresó en la Escuela Provincial de Teatro, en la que se recibió en 2013. Por estos días se prepara para defender la tesina en la licenciatura en teatro de la Facultad de Humanidades (Uinversidad Nacional del Litoral). Pero, ¿cómo llegó a ese primer taller? Sofia cuenta: "Cuando terminé la secundaria pensé en estudiar traductorado de inglés. Me preparé, rendí y no entré ya que solamente ingresaban 35 personas con los mejores promedios. Quedar afuera fue una tremenda frustración. Estaba muy angustiada".
En ese contexto es que, durante un almuerzo, le comentó a su mamá que haría un taller de teatro a la par de la carrera de letras. Raúl Kreig no era para ella, entonces, más que el primo de su papá, alguien a quien había visto en pocas reuniones familiares. Pero conocer a este destacado actor santafesino en el marco del taller transformó el rumbo de su destino profesional. "Me maravillaba ver actuar a Raúl, pero además estaba maravillada con él como maestro".
La decisión de Sofía
Una vez inmersa en el universo del teatro, Sofía no paraba de acumular sensaciones. "Yo estaba fascinada con el hecho de lo que me estaba pasando a mí con eso que estaba haciendo". Y, ¿qué era eso que le estaba pasando interiormente? Cuenta que fue en una clase de las que tomó durante 2010 en Rosario cuando pudo poner nombre a sus emociones: "Charlábamos mucho con el profesor sobre los ejercicios, sobre lo que es el trabajo del actor y me dijo: '¿Vos estás segura de que querés ser actriz?'. Con esa pregunta punzó algo que tenía que ver con lo que me estaba pasando y que quizá todavía no me daba cuenta. Que yo quería ser actriz y que ser actriz es una decisión, también".

Con el título de "Promotora socio cultural en teatro/actor actriz" que le dio la institución provincial, Sofía empezó a hacer reemplazos docentes que derivaron en titularización. "Trabajo en el Liceo Municipal de Santo Tomé como docente de teatro. Doy talleres para infancias y adolescencias y de entrenamiento actoral para adultos. Para vivir muchos de nosotros tenemos que ejercer la docencia. Y eso es parte de la decisión de ser actriz".
A punto de terminar la licenciatura, habla de la importancia del ejercicio concreto de la actuación y de la formación permanente. Como si la experiencia nunca fuera un fin sino un camino interminable. "Actuar es nuestra fuerza con todo lo que eso significa y con todo el trabajo que eso implica".

Un lugar en el mundo
Sofía Kreig sostiene que "Santa Fe es una ciudad adonde las actrices encuentran un lugar a ocupar". Cuenta que en las tres últimas obras que interpretó fue dirigida por Julieta Vigo, actriz, directora y dramaturga local. "Ha escrito todas las obras que dirigió y liderado equipos de trabajos siempre convocando a mujeres a actuar", subraya. Juntas nuevamente pondrán en escena Polvo de Estrella, pieza estrenada en 2024 y con la que en este año girarán por distintas salas a partir de la presentación en el Centro Social y Cultural El Birri el 2 de mayo.
Sofía es una activa militante feminista. Mujer de marchas y de pañuelo verde en entrevistas. Un camino que aparece fuertemente unido al de su profesión. "Hay una conexión entre lo que hacemos y cierto tipo de militancias. Cuando empecé a estudiar y a hacer teatro me encontré con diversos materiales, lecturas y obras, y empecé a estar más empapada en muchos temas", señala.
En las movilizaciones de 2018, en la lucha por la legalización del aborto, ella y sus compañeras actrices caminaban juntas: "No es casual ni un detalle menor. No me pasó con otros grupos de amigas. Me refiero a esas ganas de estar ahí, de poner el cuerpo. Quizá haya algo entre poner el cuerpo en la actuación y poner el cuerpo en otras circunstancias".

En la previa a un reestreno, con la ansiedad de una defensa de tesina, Sofía acepta jugar. Ante la pregunta de con cuál actriz del mundo, viva o no, se sentaría a tomar un café y charlar, lanza una respuesta inmediata y no analizada, casi instintiva: "Si se puede delirar, te digo Gena Rowlands. La vi por primera vez en una película que yo ni sabía que existía, 'Una mujer bajo la influencia', de John Cassavetes, que tampoco sabía que era su pareja. Cuando ví esa actuación brillante encontré ahí algo fascinante".
Sofía admite que la Rowlands fue la primera que apareció en su cabeza junto con imágenes de la película. Ese film al que llegó por recomendación del mismo profesor que le hizo la pregunta fundamental: "¿Vos estás segura de qué querés ser actriz?".

Entrevista, escribe y edita notas. Se especializa en cultura. Colabora en producción y redes sociales.