Se trata de "Manos Libres", una experiencia asociativa de un grupo de mujeres que estuvieron en la cárcel de Santa Fe. La cooperativa presta servicios de lavandería artesanal y producción textil. La UNL se vincula a través de un proyecto de extensión.
La cooperativa Manos Libres LTDA. es una experiencia asociativa surgida en contexto de encierro durante 2021. Brinda servicios de lavandería artesanal y producción textil a partir de una iniciativa del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), del Servicio Penitenciario Provincial y del Ministerio de Producción de la Provincia. Por su parte, la UNL se vincula con esta cooperativa desde el proyecto de extensión "Fortalecimiento de emprendimientos colaborativos con mujeres y personas trans que sobreviven al encierro carcelario", dirigido por Natacha Guala.
El grupo se encuentra actualmente constituido por ocho mujeres -la mayoría de ellas han atravesado el encarcelamiento en la cárcel de Santa Fe- y abrió al público un local ubicado en barrio Candioti Sur (Alberdi 2860) que funcionará desde la próxima semana, de lunes a viernes de 8 a 13 y de 16 a 20 horas.
Sandra Valdez, integrante de la cooperativa entiende que la propuesta permite “romper con los estereotipos y tabúes que existen en la sociedad". Y agrega: "Es orientarnos hacia otros paradigmas. Es una situación épica en la parte institucional y personal en la que hemos recibido acompañamiento de profesionales de distintas instituciones, entre ellas de la Universidad Nacional del Litoral”.
Vinculo cooperativa-universidad
“Desde la Universidad empezamos a vincularnos con esta cooperativa desde los inicios", señala Florencia Zuzulich, coordinadora del Proyecto de Extensión de la UNL. La docente destaca que la idea central es “fortalecer la inclusión laboral, que era una demanda muy fuerte que veníamos detectando de otros proyectos que tiene la universidad en la cárcel. Esta cooperativa es un proceso de construcción de autonomía laboral, ya que uno de los principales problemas de las mujeres que salen de las cárceles es su situación económica”.
La articulación cooperativa-universidad estuvo definida a través de una agenda pautada inicialmente y por medio de la cual se llevaron adelante jornadas de conocimiento de experiencias asociativas atravesadas por contexto de encierro, instancias para la construcción de la identidad de la cooperativa, talleres de herramientas y estrategias económicas, vinculación con programas y políticas públicas, entre otras temáticas.
Organizar la libertad
Experiencias como estas, generan un impacto simbólico e identitario significativo para aquellas personas que han atravesado experiencias tan duras como el encarcelamiento. Así, pueden hoy pensar la vida en libertad de otra manera, con mejores condiciones para afrontar su situación económica en el afuera, pero también como un espacio de integración distinto.
“Para el Servicio Penitenciario es un hecho trascendental porque es la primera cooperativa de mujeres en contexto de encierro que surge como idea desde el servicio, acompañado por el Ministerio de Producción, el IANES y la Universidad”, afirma Verónica Mieszeszko, Directora de Actividades Institucionales de la Dirección General del Servicio Penitenciario.