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Ana María, tu nombre como bandera

“Por convicciones, cuestiones religiosas y culturales, en este hospital y en Santa Fe, NO”, decretó el Comité de Bioética del Hospital Iturraspe. Ana María Acevedo murió el 17 de mayo de 2007, tenía 19 años, tres hijos y posibilidades de curarse, pero la salud pública santafesina le negó su derecho a un aborto terapéutico. A 15 años de su muerte, seguimos levantando su nombre como bandera de lucha.

Autora: Gise Curioni

"Yo soy Norma, la mamá de Ana María Acevedo, la chica que me mataron en Santa Fe, en el Hospital Iturraspe". Así comenzó su exposición en las audiencias previas al tratamiento de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, en abril de 2018, Norma Cuevas.

Frente a legisladores, militantes y las cámaras que replicaban las imágenes para todo el país, Norma contó el criminal accionar que la salud pública santafesina tuvo con su hija.

A Ana María la abandonaron. Durante un año le negaron sistemáticamente la atención que necesitaba. El equipo médico del hospital Iturraspe antepuso sus creencias religiosas al derecho de la joven a recibir el tratamiento que necesitaba, a que le realizaran el aborto terapéutico que le hubiera permitido seguir con su vida. “Por convicciones, cuestiones religiosas y culturales, en este hospital y en Santa Fe, NO”, decretó el Comité de Bioética del Iturraspe.

Ana María murió el 17 de mayo de 2007, tenía 19 años, tres hijos y posibilidades de curarse.

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Su muerte marcó un punto de inflexión en el sistema de salud santafesino y en el debate sobre el cumplimiento efectivo del artículo 86 del Código Penal. "Ni una muerta más. Que nunca más le pase a ninguna lo que le pasó a mi hija", dijo Norma once años después, cuando reclamaba para que el aborto sea legal frente a miles de pibas y mujeres que la escuchaban y abrazaban.

A 15 años de la muerte de Ana María, su nombre sigue siendo bandera y estandarte de lucha. Así como en la voz de su madre en la audiencia de 2018, como en las calles que pintaron su nombre y estamparon su cara en los alrededores del Congreso y en la plaza del Iturraspe, Ana María sigue presente, hoy y siempre.