A un mes del femicidio de la mujer de Recreo, familiares y allegados exigen perpetua para su ex pareja, César Pérez, quien se encuentra detenido en el Penal de Coronda. "Queremos que no salga con la domiciliaria, que no salga para nada, que le den perpetua".
Familiares y amigos de Marcela Maydana se manifestaron este martes frente a los Tribunales santafesinos reclamando justicia al cumplirse un mes del femicidio de la mujer de 44 años.
Marcela desapareció el pasado 3 de abril y su cuerpo fue hallado tres días después en un camino rural a la vera de la Ruta 11 en Recreo Sur. Por el hecho, fue imputado su ex pareja, César Pérez de 68 años, quien se encuentra en prisión preventiva en la Cárcel de Coronda. Según la familia de la víctima, el hombre tenía una orden de restricción en su contra.
Natalia, hermana de Marcela, dijo a la prensa: "Queremos justicia, queremos que no salga con la domiciliaria, que no salga para nada, que le den perpetua. Tenemos noticias, es seguir investigando, pero tenemos novedades que van a exhumar el cuerpo en cualquier momento porque tienen dudas, no podemos creer que tengan dudas. Tienen dudas de cómo murió mi hermana, de los dos golpes que tiene. Así que piensan hacer una exhumación del cuerpo este mes".
En cuanto al curso de la causa y las posibles dilaciones, sostuvo que "no está lento, el fiscal fue muy claro, va rapidísimo, la defensa no tiene cómo probar otra cosa, no tiene cómo probar que es inocente. Sacaron más pruebas de la casa, esta semana fueron bomberos porque aparentemente quemó el colchón. La parienta que decimos que fue cómplice vino a declarar por su cuenta, bien asesorada por sus abogados, declaró cosas que adelantaron la investigación".
Además, la hermana de Maydana dijo que se encuentra el detenido en la cárcel de Coronda, "con privilegios, obviamente, como estuvo con privilegios en Las Flores. Va a cumplir 70 años en dos años y la defensa pedirá la domiciliaria, no queremos eso".
Sobre el recuerdo de Marcela, manifestó que "era muy buena, trabajadora, dedicada a su familia, a sus hijos, a sus sobrinos. Nosotras fuimos siempre muy unidas. El jueves santo estuvo cenando con nosotras, me fue a llevar los centros de mesa para el cumpleaños de mi hijo, que íbamos a festejar cuando desapareció. Ese fue el último día que vi a mi hermana con vida, estaba bien, feliz, había cambiado el cien por cien desde que se separó, no la dejaba respirar sola. Fue dos o tres veces a mi casa a cenar con él y era otra persona, él la llevaba de mi mamá y se quedaba al principio; mi hermana nunca fue libre, le habrá dado lujos; cuando se reveló y quiso trabajar ahí empezó la guerra de los celos que tenía".
"La justicia jamás la buscó, Fontana jamás la buscó, desde que hicimos la denuncia en esos tres días. Se hizo el pelotudo, en la cara me dijo que no tenía denuncias por armas. Yo puse esa denuncia cuando mis sobrinos me contaron, yo la firmé. Ni había revisado el expediente", se lamentó.
