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Construir memoria para resistir

Hasta 2010 existieron en Santa Fe contravenciones que criminalizaban a las identidades trans y travestis. El Archivo Memorias Travesti Trans de la provincia preserva el registro de las perseguidas y exige reparación.

Fabiana González. Titi Nicola | CC BY-SA 4.0

La construcción de la memoria trans es realmente muy reciente. Por ejemplo, recién a fin del año pasado fue convocada a declarar la primera mujer trans querellante en el contexto de un juicio de lesa humanidad. Había estado en el centro clandestino de detención conocido como "El Pozo" de Banfield durante la dictadura cívico-militar de 1976.

Pero lejos de limitarse al período dictatorial, la violencia de Estado hacia las personas trans y las travestis fue continua y permanente. En nuestra provincia fue recién en el año 2010 cuando un grupo de activistas trans y trabajadoras sexuales, en respuesta al asesinato de Sandra Cabrera, exigieron y lograron la derogación de las contravenciones.

Pese al proceso sin precedentes de la reparación histórica en Santa Fe para las travestis y trans que sobrevivieron a la dictadura, ninguno de los crímenes cometidos hacia la población trans posterior a 1983 fue saldado. Y ahí comienza el trabajo fundamental de crear memoria.

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A los calabozos no volvemos nunca más

El Archivo Memorias Travesti Trans es un proyecto común entre activistas trans santafesinas y rosarinas para reconstruir la historia de esas violencias, pero también de las conquistas de esta población. En ese contexto Noelia "Noly" Trujillo y Fabiana González, volvieron a la comisaría 4ta, hoy Sitio Provincial de la Memoria en Santa Fe, utilizada durante la dictadura y la posdictadura para arrestar a travestis y trans. Conversamos con ellas sobre lo que significó regresar allí y sobre el proyecto que comparten.

Para Noly entrar en la comisaría fue revivir muchas violencias que le tocó experimentar en otros centros de detención. "Yo no no estuve detenida ahí, porque esto fue usado en la posdictadura. Igual no pude parar de emocionarme. Quizás sea la energía que estaba ahí, los recuerdos, no sé, pero me hubiese puesto a llorar a los gritos. De por sí ver una celda te remonta a esos tiempos" dijo.

"En términos de memoria, faltan muchos lugares por recorrer. Por ejemplo la alcaidía, lo que es ahora el Ministerio de Seguridad, adonde nos llevaron detenidas" declaró la activista y agregó que "es necesaria la construcción de la memoria para hacer futuro, porque justamente cuando se va proyectando en nuevos derechos, en nuevos proyectos, es necesario saber por qué se está luchando, y creo que la historia y quienes hayan recorrido ese camino, lo valen".

Sobre los pendientes, Trujillo remarca que "falta, sin duda, el reconocimiento a todas las personas trans; una reparación a todas aquellas que pasaron por todo esto posdictadura. Porque quienes tuvimos la posibilidad de la reparación por lo que vivimos en dictadura, nos sentimos gratificadas en cierta forma, porque hubo un pedido de disculpas por parte del Estado. Pero las que después siguieron viviendo esas violencias poder contar con una pensión, son mayores que pasaron también por muchas detenciones".

Noelia Trujillo. Autora: Titi Nicola | CC BY-SA 4.0

Fabiana González fue detenida más de una vez en esta comisaría. Acerca de la vivencia de regresar aquí explicó que ve todo desde una constante repetición asociada a ciertos lugares y personas. "Me pasa algo muy particular. A policías que que me han detenido en la jefatura me los he encontrado en los colectivos, viejitos ya, que apenas si caminan, y sin embargo los miro desde una posición como en una película", relató.

"Voy a esos espacios y empiezo a recordar como si fuera una película que se repite y se repite, porque las imágenes vuelven siempre. En cada momento que una transita esos lugares, como me pasa por ejemplo en jefatura, no puedo evitar recordar esas celdas en las que estábamos muchas veces cumpliendo arresto con los presos comunes".

Fabiana continúa narrando: "Es como que si tuviese una película guardada dentro de mí, que aparece en esos momentos que te hacen click en este tipo de situaciones. Sí me afecta cuando otra compañera se emociona, pero yo tengo muy asumido que no va a volver a pasar, porque hoy el contexto social es otro, la mentalidad de las personas trans es otra".

La mujer cuenta que en "la cuarta" comenzó a recordar el espacio donde cumplían arresto. "Era una celda grande, normal como cualquier otra celda, pero dividida en dos. Cómo habían hecho para dividirla no lo sé, pero recuerdo que en la parte de arriba había colchones y cosas así. Yo estuve ahí en dos ocasiones. En una me tocó cumplir sola y en otra con dos compañeras, Michelle y La Botanga, las tres en ese cuartucho".

Continúa con el relato: "Al principio nos dejaban salir para ir al baño. Nos dejaban abierta la puerta con la traba puesta pero sin candado. Una noche se nos metieron adentro dos policías y nos empezaron a manosear. Michelle tenía al hermano que era policía y trabajaba en esa comisaría. Entonces tuvo acceso a poder acercarse al comisario y cuando cuando pasó esto hicimos la denuncia ahí. Después de que denunciamos no nos dejaron salir más, nos mantenían encerradas con candado y nos sacaban únicamente cuando hacíamos escándalo y les gritábamos para que nos saquen al baño, cuando queríamos ir a bañarnos o cuando queríamos agua. Después cuando me tocó cumplir sola a mí estuve también en la misma celda los quince días, aburridísima".

Fabiana recuerda vivamente la salida. "Me estaba esperando mi pareja de ese momento en la puerta, ahí a la vuelta. Estaba en la bicicleta y me estaba esperando. Fue el único recuerdo que tuve, la libertad".