Un recorrido por proyectos fotográficos que nos desafían a retratar lo diferente y a no convertir el cursor de photoshop en un bisturí.
El retoque fotográfico no es una práctica que tenga que ver con la digitalización propiamente dicha. Ya en épocas analógicas se acostumbraba intervenir los tonos de una imagen en la intimidad de un laboratorio. Vaya a saber que tan diferentes eran las razones culturales y sociales que se inmiscuían en ese entonces para que hoy lleguemos a la maldita existencia del “dodge and burn”. Fíjese que cuando une trata de saber específicamente sobre esta técnica, aparecen palabras como “suavizar”, “quemar” y, obvio: "modificar". Quienes manejan un poco más la jerga fotográfica, saben que hablamos de la técnica que nos enseñan con ahínco para poder eliminar las “imperfecciones” de la piel, en referencia a ojeras, granitos, arrugas, estrías. Procedimiento que convierte al ser fotografiade en una imagen virtual, un poco lejana a su versión real.
Mucho podemos hablar de la representación de los cuerpos que son fotografiados. Desde el vamos, el espacio mediático y el universo visual que nos rodea recortan muchísimo las posibilidades de una persona con discapacidad, gorda o negra de ser “disparada” fielmente por una cámara. Sumemos a eso los filtros que ya vienen dados con las cámaras de dispositivos, el contouring, el thigh gap, el maquillaje profesional, las extensiones, las pestañas postizas y todo el artificio que se nos ocurra, no necesariamente para draggear identidades a favor de una ficción convenida, sino más bien alcanzar una homogeneidad que se vuelve normalidad, que tiene como objetivo borrar las diferencias. Como si fuera cotidiano, uniforme y normativo verse así, como esa imagen que nos devuelve una pantalla.
Comercial de FCKH8.com: Feminismo vs Photoshop
Proyectos fotográficos que admiran cuerpos reales
Activismo Gordx ⇒ El proyecto "Eu, gorda" de la brasilera Milena Paulina, busca en sus fotografías las representatividad de todo tipo de cuerpos.
Resulta necesario, entonces, atravesar los espacios de formación y las comunidades de práctica con un entrenamiento más comprometido sobre los modos de observación, para exigirle un poco más a esa representación visual que con pocos clicks imita lo que no existe. Elegir suprimir detalles corporales específicos, desde lo que retratamos hasta lo que consumimos, le quita a las prácticas de belleza su significado político y eso será siempre idealizar una normalización corporal inalcanzable.
Programa, edita, diseña y saca fotos. Siempre cranea ideas para el laburo colectivo.
