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"Veneno", la historia de todas

La serie recorre la vida de Cristina Ortiz Rodríguez desde su nacimiento en un pueblo lejano de la España franquista, hasta su fatídico final, del que poco se ocuparon los medios de comunicación que la catapultaron a la fama. En este texto que, avisamos, puede contener algunos spoilers, hablamos de "La Veneno", una transexual europea, y de su vida, que es un poco la vida de todas las trans.

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Apenas vi el primer capítulo googleé todo lo que pude sobre ella. Encontré horas de video disponible en distintos sitios y plataformas. Siempre en platós de televisión. En la cresta de la ola y en su apogeo.

Siendo honesta, poco leí sobre Cristina. Algún que otro artículo sobre su muerte y su estadía en la cárcel y no mucho más.

Frente a mí tenía la enorme incógnita de quién era La Veneno. Y "los Javis" (Javier Ambrossi y Javier Calvo, directores de la serie) fueron respondiendo progresivamente a esa pregunta.

La serie hace un recorrido crudo sobre Cristina, su infancia, su adolescencia y su adultez. Sus luces y sus sombras. Todas las violencias que atravesó y todas las que proyectó. La expulsión, la migración, la transición, la prostitución. Su salto repentino a la fama. La carnicería de los medios de comunicación.

La polémica en torno a su figura y lo que pensaban las activistas trans sobre La Veneno y su figura pública. Su asesinato.

Supongo que después de esa introducción ustedes también quieren saber quién es La Veneno. Y bueno, yo les quiero contar un poco.

¿Quién es La Veneno?

Cristina Ortiz Rodríguez nació en Adra, provincia de Almería, España, el 9 de marzo de 1964. Su familia estaba compuesta por seis hermanes, su mamá y su papá.

Adoraba los animales. Y los vestidos. Lo que le supuso un sinfín de violencias por parte de su madre y gran parte de los habitantes del pueblo, hasta su expulsión de la casa familiar y su migración que, tras algunas paradas, la llevó a desembarcar en la capital española.

Era una hábil costurera y eso le permitió sostenerse de alguna manera en Adra hasta que todo se hizo insostenible. Una vez fuera del pueblo vivió con cierta libertad, con trabajos muy mal pagos, hasta descubrirse trans.

Vivir su identidad le valió la pérdida de su empleo, y se vio empujada a la prostitución, como la mayoría de nosotras.

Allí, con la hoz en la mano, la descubrieron desde un talk show muy famoso. Vieron en La Veneno una bomba de rating y la exprimieron lo más posible. Para graficárselos un poco Cristina era una mezcla de Cris Miró, la Coca Sarli y un poco de Silvia Süller.

Pepe Navarro, que era una suerte de Nicolás Repetto menos pelotudo pero más hijo de la gran puta, reunió a Cristina con su familia en un acto que definiría la vida de la naciente mediática, para siempre.

Y es que, desde la expulsión de su hogar en Adra en su preadolescencia, Cristina no supo más de su madre, a pesar de su insistencia con contactarla.

Cristina logró dejar la calle y vivir de la tele, comprarse una casa, dedicarse a vivir una vida envidiable, pero permanente marcada por la carencia de amor.

Y en esa búsqueda desesperada muchos se aprovecharon de ella. Los hombres y las cámaras fueron su perdición.

Veneno somos todas un poquito

Ni en la más retorcida de sus noches de fiesta, Cristina dejó de ser aquella niña de Adra que sólo necesitaba el amor de su madre, amor que ni muerta encontró.

La voracidad del mundo le arrancó más temprano que tarde todo lo que le había dado. Y acabó con ella y con su vida.

Veneno fue tan víctima del patriarcado como lo son todas las travestis expulsadas de sus hogares, empujadas a la prostitución, y armadas desde niñas con una violencia que está destinada a ser su única herramienta y su peor maldición.

La serie cuenta la historia de Cristina y la de Valeria Vegas, la joven periodista trans que escribió el libro con las memorias de La Veneno.

Con el relato podemos adentrarnos en el contraste vital evidente entre las travestis y mujeres trans nacidas y crecidas en contextos políticos mucho más amplios y más parecidos a los nuestros, y aquellas que vivieron las violencias más cruentas hacia nuestras existencias.

Es el relato de cómo se hace una trans y lo que hacen de nosotras. Es una historia de la búsqueda desesperada del amor que nos arrancan iniciáticamente en tensión con cómo serían nuestras vidas si nos acompañaran y nos cobijaran desde el primer momento.

A un mes de la publicación de su libro biográfico y tras recibir amenazas telefónicas, Cristina fue encontrada agonizante en su casa, con un traumatismo craneoencefálico y moretones en todo el cuerpo. Según las autoridades fue un accidente doméstico, aunque su círculo íntimo sostenía que fue atacada en represalia por información publicada en el libro. Falleció el 9 de noviembre de 2016.

Veneno es la denuncia de un mundo inhabitable, y la enunciación de las complicidades que nos mantienen vivas. Y también es esto:

"Antes has dicho que Cristina es una mujer peligrosa, ¿Pero sabes qué?

Peligrosa es una madre que te maltrata.

Peligroso es tener que huir de tu casa a los 13 años.

Peligroso es que en cada esquina de tu pueblo te llamen maricón, y que tu mayor tortura sea el deseo de que te amen, o sentirte sola porque nadie ve quien eres.

Eso es peligroso mamá. Ella supo luchar, si, pero no es una mujer peligrosa.

Son mujeres, bueno... Somos mujeres para las que el mundo es peligroso"

"Veneno" - Capítulo 2

Y bueno, yo por hoy no les espoileo más. Vean la serie. Abracen a todas las Cristinas que tengan cerca. Déjense arrasar por esta historia, que en el fondo es mi historia, es nuestra historia. Y desde el principio al final piensen en esto: Ninguna Cristina nace Veneno.