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En Esperanza plantaron 11 árboles por cada víctima de femicidio

Fue una iniciativa de la agrupación Se Dice de Mí para poner de manifiesto la relación entre naturaleza y cuerpos dominados. También se realizó para visibilizar la lucha feminista en todo el país.

Autora: Emilia Abraham Esperanza Efímera

La Colectiva Feminista Se Dice de Mí plantó hoy en Esperanza 11 árboles nativos, uno por cada víctima de la violencia patriarcal en la historia de la ciudad y uno para simbolizar la lucha de todas las feministas a lo largo del país.

Enmarcada en la finalización de la Semana del Árbol, la actividad fue llevada adelante por un pequeño grupo debido al contexto de pandemia. Buscó rendir homenaje a Viviana Gauto, Delia Nuñez, Viviana Eberhardt, Guillermo Munarriz, Marcela Chiaro, Nadia Schachner, Graciela Merlo, Agustina Imvinkelried y Gabriela Degiorgio.

Autora: Agustina Méndez

Desde la colectiva feminista comentaron a Periódicas que “esta idea surge durante la pandemia, que irrumpe en nuestra vida cotidiana y de militantes feministas y nos hace empezar a debatir sobre este contexto y sobre la intensa correlación que hay entre naturaleza y cuerpos dominados. Esta identificación entre cuerpos feminizados y naturaleza es obligada, recursos naturales y personas para consumo, para explotación; la correlación entre deforestación y saqueo de la naturaleza y, a su vez, la trata, la explotación sexual, la feminización de la pobreza, todas las formas de inequidad a las que estamos expuestas”.

“Está claro que la pandemia ha puesto en evidencia el colapso de un sistema político, económico, social, cultural, neoliberal y capitalista que se cae a pedazos. El brazo ejecutor es el patriarcado, responsable de un estado de cosas en un mundo donde la naturaleza ha sido devastada y nos está reclamando. Ahí es donde aparecen los feminismos, reclamando respuestas, proponiendo e indicando que hacen falta Estados más presentes, que a las políticas de cuidado hay que incluirles la naturaleza, el cuidado no sólo de las personas, también de los animales, de los bosques, las tierras de cultivo y los recursos hídricos”, agregaron.

Por último, sostuvieron que “esta jornada tuvo que ver mucho con iniciar un camino de acciones de reparación de la naturaleza, de reparación de la memoria de las vidas que nos faltan. Pero también, de la celebración de esas vidas, porque a veces nos quedamos con el relato brutal y salvaje del femicidio y se desdibuja que fueron hermanas, madres, amigas; que tuvieron incidencia en la vida de un montón de personas, que reían, que tenían sueños, ideales y esperanzas. Nos parece que también hay que celebrar su paso por este mundo y que una forma muy bella de hacerlo es a través de un árbol que crezca y permanezca para dar cuenta de que existieron. Estamos convencidas que si plantamos un árbol por cada víctima de violencia patriarcal, reforestamos el mundo”.

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