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Una SAVIA intervención

En las primeras horas del 8M en Reconquista, un grupo de mujeres susurraron nuestra realidad. Entre los festejos de un equipo de fútbol y el coronavirus en la agenda mediática, son susurros que incomodan, porque nos están matando.

Créditos: Colectiva Savia

Imaginate sentade en un bar, y que alguien venga y te susurre “nos están matando”. Imaginate que estás en pleno centro de una ciudad pequeña (donde de alguna manera todes se conocen), y mientras estás tomando algo un sábado a la noche, un grupo de mujeres mesa por mesa susurran “nos están matando”. Imaginate que una hora antes simpatizantes de Boca cortaron la calle frente al bar donde estás, gritando, tocando bocina, despotricando contra toda persona que no sea de ese equipo de fútbol.

El silencio, que de a poco es susurro, los gritos y bocinazos conviven, mientras estás en un bar, el típico café varonil, o una cervecería moderna. Lo llamativo de esto es que el susurro molesta. Lo llamativo del sábado 7 de marzo de 2020 en Reconquista, es que un grupo de mujeres decididas a no callarse más, empieza a susurrar, y a muches esa situación les generó incomodidad.

Y muches al otro día, en la marcha del 8M, como en otras, donde las protagonistas son mujeres, donde el reclamo es igualdad de derechos, un corte de calles les jode, pero no que un grupo de -en su mayoría hombres-, sin permiso, te corte la calle para gritar que ganó su equipo de fútbol.

Ahora dejá de imaginar, porque esa situación es la realidad, y la pregunta es ¿a vos qué te jode más?

Levantar la voz nunca es fácil, pero es un paso necesario para cambiar los paradigmas. Mientras algunes levantan la voz para reproducir modelos, otres se las ingenian para cambiar el rumbo de la historia, y en esta historia, las protagonistas son mujeres, trans, y toda disidencia que durante años ha sido oprimida, callada y violentada.

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Intervenir el espacio

Colectiva Savia surge de mujeres "independientes". “Y esto tiene su historia. Cada vez que como feministas hacíamos una convocatoria, un comunicado, una actividad pública (...) firmaban  las organizaciones,  partidos políticos, sindicatos (...) y al final las 'mujeres independientes' sólo por no pertenecer a ninguno de esos espacios. Palabra que encontramos, pero que no era lo que queríamos expresar con nuestra militancia. Fue así que comenzamos a pensar en nombres. Y surge Savia, como esa energía que fluye, que alimenta, da vida, que nos pone en contacto con la naturaleza, la Pachamama. Nos gustó esa imagen de algo que está en constante movimiento y en contacto con el exterior a la vez. También jugamos con la palabra. Con esta V o la otra B, en tanto sabiduría de las mujeres. Las de antes y las de ahora. Nos vemos como un movimiento en construcción” dice Sandra una de las integrantes y fundadoras del grupo, que surge a mediados de 2019.

Ellas, con esa valentía, fortaleza y convicción decidieron juntarse el sábado en la Plaza 25 de Mayo, en el centro de la ciudad de Reconquista, para recorrerlo vestidas de mujeres de época, porque reconocen su historia y se hermanan, porque saben que la lucha tiene varios años y porque el 8M no es un día para festejar. Así, intervienen nueve bares de la ciudad, desde los más tradicionales y patriarcales a los más joviales. Para susurrar, mesa por mesa, “Nos están matando” dejando un papel recordando alguna huelga y luego cerrar la intervención, con una de ellas arriba de un cajón mientras las otras la rodean y declaran el Paro Internacional de Mujeres.

Fuera de agenda

“Nos atraviesa la preocupación de todas, lo alarmante de los femicidios, asumiendo tristemente que no nos toman en serio, que las políticas de género y los organismos estatales no las ponen en acción. No hay una verdadera responsabilidad a hacerlas cumplir. Hacen como que hacen.  Nos mienten y nos matan. Con la responsabilidad de ser el Estado el que debe garantizar nuestros derechos” agregan desde Savia. Así como también amplían esta idea de “no nos toman en serio” cuando mientras sucedía la intervención, los murmullos se hacían oír acá no pasa eso”, “¿dónde nos están matando?” o “elegiste mal!!”. Es que intervenir en un espacio público no es cosa menor ni una tarea sencilla, es levantar la voz de quienes ya no están, mientras les que están parecen no darse cuenta.

En Argentina, parece que el 2020 lleva la misma cantidad de días que de femicidios. Nos matan todos los días, y "la noticia” es el coronavirus. Desde una multiplicidad de orígenes, generaciones, sexualidades, localizaciones, geografías locales y globales, la articulación contingente de demandas e identidades antipatriarcales y anticapitalistas se ha ido gestando en forma horizontal, con creatividad, rebeldía y osadía. Así hasta hoy: en las calles y en las asambleas los cuerpos y las voces se entrelazan y relacionan en forma intensa. “Nuestro eje es el feminismo y la horizontalidad en la toma de decisiones y la participación. La deuda para nosotras es poner al feminismo por sobre todo. Sobre el partido, sindicato u otra agrupación. Y dentro de la Colectiva, a su vez, crecemos en la apuesta de poner lo colectivo por sobre lo particular permanentemente”.

Autora: Agostina Necuzi, periodista de Reconquista

Edición: Caro Robaina