El futuro para los millennials es adverso. Estamos creando nuestras primeras memorias en tiempos de crisis: se desdibujan los límites entre trabajo y ocio, el empleo se flexibiliza cada vez más y tenemos mucho menos ahorros. La economista Maria Eva Bellini explica cómo llegamos a esta mercantilización de la vida y por qué es importante reclamar cambios para evitar una vejez cada vez más precaria.
Púrpura es el título de la canción de Wos (músico) que habla de aquellos que están fuera de las prioridades y de la agenda política. Producida por Louta y Nico Cotton, la canción llena de metáforas y remates, se vale como una herramienta para hacer una crítica social a favor de los desclasados y en apoyo a la lucha feminista.
Con la inflación permanente, los bajos salarios y los empleos inestables hacen que les millennials, la generación nacida entre 1980 y 1999, desplieguen "la danza de los que resisten bailando aunque quieran que no seamos nadie". Arreglárselas para que la vida no sea un tedio se hace cuesta arriba: cuando las cuentas no cierran se desdibujan los límites entre trabajo y ocio. La situación socioeconómica hizo que pagarse la obra social sea un lujo y volver a la casa de nuestros viejos sea una opción.
En momentos como estos, ¿cómo es el empleo en 2019 para un millennial?; ¿cómo se llega a fin de mes cuando los números no cierran?; ¿todas las clases sociales la sienten igual?; ¿cómo llegamos hasta acá?; ¿qué deberíamos hacer para evitar una vejez cada vez más precaria? Estas son algunas de las preguntas nos ayuda a responder la Licenciada en Economía Maria Eva Bellini, integrante del Centro de Estudios para el Desarrollo Económico Benjamín Hopenhayn y del Grupo Ceibo.
“En primer lugar, me parece que como generación millennial no es la primera crisis que vivimos. Luego del 2001, es la segunda. La diferencia está en que en 2008 la crisis global -también llamada de las hipotecas subprime- no nos golpeó tanto como ahora porque nosotros teníamos un andamiaje de políticas económicas y sociales que protegían a la población”, recuerda Maria Eva.
En ese entonces, la mayor caída estuvo relacionada con las empresas multinacionales. El caso más emblemático en nuestra provincia fue el de General Motors. En octubre de 2008 se intentó despedir a 435 operarios aduciendo los efectos de la crisis internacional global, una merma en la producción y bajo la amenaza permanente del cierre de la planta. Luego de una conciliación obligatoria dictada por el gobierno santafesino, la firma negoció con SMATA “transformar” 236 despidos -que todavía pensaba realizar-, en 160 suspensiones que se extenderían hasta fines de 2009 y se mantendrían a 120 contratados hasta el 31 de julio de ese año.
“Quienes estaban a cargo de la administración del gobierno nacional tuvieron una política de intervención con los llamados Repro (programa de recuperación productiva) de contención de los salarios; el estado pagaba parte de los salarios en función de que no se despidan a los trabajadores. Además empezaron a surgir un montón de políticas para fomentar el mercado interno”, explica Bellini.
Ante esta situación que se vivió por aquel entonces, Maria Eva sostiene que el Estado intervino activamente para que la sociedad no la padezca. “Se extendió una batería de políticas públicas y económicas como lo fue la Asignación Universal por Hijo y Embarazo, Progresar, Procrear; todas medidas destinadas a activar el consumo interno. Más tarde en 2011, la recuperación de YPF como sector estratégico”.
¿Por qué otra vez en crisis?
Mientras la inflación trepa a niveles muy altos, se desarrolla una recesión profunda y seguramente habrá un aumento significativo de la pobreza. Nuestro país volvió a caer en una crisis económica-financiera, dado que desde la última debacle no hubo cambios profundos y por lo tanto, nuestra economía quedó lejos de consolidarse.
“Esta crisis que estamos viviendo actualmente, está impulsada por no tomar conciencia de los problemas estructurales que siempre tuvo Argentina. La restricción externa de los dólares no se puede dejar al libre albedrío, y es necesaria la intervención del Estado en la economía. Lo que podemos observar es que las decisiones que se han tomado están vinculadas a generar una estabilidad previo a las elecciones generales”, analiza la economista.
Consultada sobre en qué falló la administración nacional o qué faltó hacer, Maria Eva manifiesta: “Me parece que fuimos en contra de lo que hace el resto del mundo, que es protegerse. En términos de modelo económico, antes había una concepción proteccionista. Porque se interpretaba que un sistema económico tiene que satisfacer las necesidades legítimas y los deseos de la población. Y en función de eso, administrar los recursos. En contraposición de lo que se piensa ahora del sistema económico, su propósito es reproducir el capital y satisfacer las necesidades en función de cuán productivo sos para el sistema: la meritocracia, es una de las explicaciones que se suele utilizar”.
Condiciones precarias
Amplios sectores sociales sienten que muchas de las vigas centrales en las que se apoyaban sus vidas se han llenado de grietas: según el último informe del INDEC, el 60% de la población gana menos de $20.000; las obras sociales en septiembre aumentaron un seis por ciento, y el empleo se flexibiliza cada vez más. Por lo que contar con una actividad secundaria es una opción más.
“Esta crisis pega más fuerte porque la mayoría de les jóvenes no está trabajando en un sistema en relación de dependencia. Hay una clara precarización de la precarización porque el que tiene monotributo es un tercerizado de la empresa. Considero que lo que hay que aspirar es a incorporar las nuevas tecnologías, las nuevas plataformas y formas de consumo, pero sin resignar derechos básicos de los trabajadores. Es decir, pensar en pisos que garanticen estabilidades dignas en las condiciones de trabajo”, comenta Bellini.
Sin embargo, hay un elemento que los diferencia completamente y es que son conscientes de que el sistema económico y social no está a su favor. Bellini explica que ahora los millennial son quienes sostienen los servicios de seguridad para sus padres y abuelos. “Muchos monotributistas realizan aportes previsionales desde su propio bolsillo, pagándoselos vía monotributo. También carecen de cobertura de salud, descanso, y hasta en algunos casos, sufren las consecuencias psicológicas de una disponibilidad permanente. Si sumado a esto, quieren aumentar la edad jubilatoria, complicaría mucho más el panorama para nuestra vejez”.
Feminización de la pobreza
Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el INDEC, correspondiente al último trimestre para 2019, “tenemos una tasa de actividad muy superior en varones (en Gran Santa Fe los varones 60% y las mujeres 40%)”. No obstante, si uno analiza la composición de esas personas inactivas “se observa que las mujeres se dedican en su mayoría a las tareas del cuidado y del hogar. Es decir, hay un trabajo reproductivo que fortalece el trabajo productivo (del varón) y los informes estadísticos invisibilizan totalmente esa cuestión”, advierte la economista.
Mientras que la tasa de desocupación es del 11% para los varones y del 5,5% para las mujeres en el Gran Santa Fe. “A las mujeres les cuesta mucho más encontrar empleos. Cuando se dice peyorativamente que hasta 2015 se mantenían ‘vagos’ por el otorgamiento de asignaciones, muchas estaban dirigidas a las poblaciones que han quedado relegadas, como son les adolescentes y mujeres”.
Mientras tanto, la economía real se deteriora y no hay políticas orientadas a la generación de valor y empleo. El consumo empieza a mostrar una retracción acompañado de salarios reales en baja, con revisiones de las negociaciones paritarias que no se acercan a la inflación estimada para este año. “El ajuste se siente en los sistemas de protección social, licuándolos y no actualizándolos en nivel inflacionario. También ajustaron en la obra pública que mejora las condiciones de vida de los territorios y es un dinamizador de las economías en generar puestos de trabajo. Lo que no han ajustado son dos o tres sectores que se beneficiaron con este modelo económico: el sistema financiero, el agroexportador y el de las energéticas, quienes mes a mes dolarizan los precios en esta economía”.
Desde Periódicas venimos a pensar, discutir y exponer el poder desde los feminismos. Somos trabajadoras de prensa con experiencia en distintos medios de comunicación locales por lo que nuestra mirada se construye desde y hacia el interior del litoral santafesino.