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Perpetua para el asesino de "Cuqui" Bonetto

El condenado es Gabriel Exequiel Gallay de 28 años. Las organizaciones habían solicitado que se tenga presente la identidad de género de Adriana y que la carátula sea transfemicidio, pero eso no sucedió. Tras cinco años la justicia condenó por femicidio y hurto calificado a quien era la pareja de la mujer de la ciudad de San José del Rincón.
Victoria Stéfano
Autora: Titi Nicola | CC BY-SA 4.0

La madrugada del 8 de febrero de 2018 fue asesinada en su casa Adriana Estefanía "Cuqui" Holzinguer Bonetto, mujer trans de 45 años, vecina del barrio Los Espinillos de San José del Rincón. En el marco de la investigación se detuvo a Gabriel Exequiel Gallay, la pareja de Adriana al momento del ataque, a pedido de la fiscala María Laura Gioria en 2020. Finalmente este 5 de julio Gallay fue condenado a cadena perpetua por femicidio.

Durante los dos años que duró la investigación hasta la detención del condenado se realizaron estudios genéticos, peritajes a los teléfonos celulares, allanamientos y se tomaron varias declaraciones testimoniales, al mismo tiempo que se analizaron imágenes de cámaras de seguridad y perfiles de redes sociales, según dieron a conocer en ese momento desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA).

Los cinco años en total que duró la investigación y el proceso judicial, finalizaron a principios de julio con uno de los pocos fallos que resultó en la condena por el asesinato de una mujer trans en la provincia de Santa Fe. Tras la lectura del veredicto, se valoró que “el tribunal consideró acreditados todos los extremos que la Fiscalía propuso”, y se destacó que “los magistrados optaron por la calificación penal planteada en la acusación”.

Gallay fue condenado a prisión perpetua como autor de homicidio calificado por el vínculo y por haber sido cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género, es decir femicidio, y hurto calificado de un vehículo, por haber robado tras el crimen una motocicleta que pertenecía a Adriana, en la que se retiró luego del asesinato.

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Los rastros del odio

Desde el Ministerio Público de la acusación dieron a conocer que “los ilícitos se enmarcaron en un contexto de violencia de género" que el hombre de 28 años ejercía en contra de Bonetto, y que si bien Adriana mantenía el vínculo de pareja en absoluta reserva, "a raíz de diversas diligencias se pudo constatar que se trataba de una relación estable en el tiempo”.

Durante la investigación se reveló que Gallay agredió a "Cuqui" con un arma blanca, provocándole "múltiples heridas punzo cortantes en distintas partes del cuerpo, las que le generaron la muerte en el acto”, propinando más heridas que las necesarias para terminar con la vida de Adriana, lo que da cuenta del ensañamiento al momento del crimen.

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Polémica en torno al fallo

Sofia Lanche es activista trans y trabajadora de la municipalidad de San José de Rincón. La militante del colectivo de la diversidad rinconero critica las perspectiva del fallo por no reconocer lo que entiende es una violencia producto del odio hacia las personas trans. "No estuve de acuerdo porque fue un transfemicidio, fue un asesinato con odio, como matan a las travestis, con odio al género. El juez dictó esa condena, la carátulo así, hay que respetarlo, pero fue un transfemicidio, porque fue una muerte provocada por odio" sostiene.

Cabe remarcar que, entre los fallos más reconocidos en nuestra provincia en relación a crímenes contra personas trans, se encuentra el que permitió la condena a cadena perpetua de cuatro de los asesinos de Vanesa Zabala, mujer trans víctima de un crimen de odio en 2013, en la ciudad de Reconquista.

Pese a ser uno de los poquísimos crímenes investigados y efectivamente llevados a juicio con estas características específicas en nuestra provincia, por un tecnicismo legal se descartó la noción de travesticidio o transfemicidio. La condena en ese caso fue por homicidio doblemente calificado por ensañamiento y alevosía y agravado por la intervención de menores de edad.

En la actualidad solamente el transfemicidio de Alejandra Ironici, cometido en agosto de 2022 por quien fuera la pareja de la reconocida militante trans se investiga como tal. De llegar a juicio oral y lograrse una condena sería el primero en la historia en ser investigado desde el principio bajo esa figura, observando el odio a la identidad de género autopercibida como un agravante del crimen.