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A 10 años de la desaparición de Paula Perassi

La periodista rosarina Hagar Blau Makaroff hace un repaso para Periódicas de la causa por la desaparición de Paula Perassi. Una revisión de la búsqueda y la justicia santafesina.

Desde Rosario– El domingo 18 de septiembre de 2011 Paula Perassi recibió un llamado telefónico desde un locutorio cercano a su vivienda en San Lorenzo. A partir de ese diálogo que se desconoce, salió de su casa. Su celular dejó de funcionar poco después, y no hubo nunca más ningún rastro sobre su vida.

El décimo aniversario de su desaparición convocó a que se realicen movilizaciones en su ciudad, así como frente a los Tribunales Provinciales de Rosario, ya que se trata del caso de este tipo  más resonante de la región. Paula desapareció la misma fecha que la segunda desaparición de Jorge Julio López, cinco años después. Entre otros motivos, el caso de Paula se destaca por tratarse de una mujer embarazada.

El caso Perassi, como toda desaparición de persona, tiene los rasgos de crimen de lesa humanidad ya que sus restos no fueron hallados ni devueltos a su familia para darle sepultura. Se suma además un contexto de violencia de género que conoció por las pruebas de mensajes en Facebook y llamadas telefónicas. La víctima se encontraba en una relación extramatrimonial de la que quedó embarazada y estaba en la disyuntiva de realizarse un aborto. En las pruebas la fiscalía y peritos especialistas coinciden en que en realidad no quería abortar, que tenía temor a hacerlo.

Las primeras teorías de una huida voluntaria o de trata de personas se fueron descartando. Su madre Alicia, la persona más cercana a Paula, afirmó “ella no se fue, ella salió para volver”. En su casa, en la ciudad de San Lorenzo y en toda la provincia, se sigue esperando saber qué pasó con su cuerpo.

Alberto y Alicia junto a activistas en el acto de este lunes en Rosario. Autora: Hagar Blau Makaroff.

Al cumplirse una década persiste inmutable el reclamo por conocer qué pasó, que algún miembro de las estructuras del poder de San Lorenzo que conozca algo sobre su destino, brinde un dato certero. Juan Nóbile, director del Equipo Argentino de Antropología Forense que se sumó a la búsqueda en 2016, destacó que "por el modo de desaparición sin dejar rastro alguno, se trata de una estructura de complicidades, porque no es fácil matar sin dejar rastros”.

Hay otras búsquedas de paradero en la región, lamentablemente Paula no es la única. Pero ésta causa se mantuvo en el tiempo gracias al reclamo sostenido del padre de la joven, Alberto, y de su madre Alicia. Ellos no claudicaron con todas las dificultades que atravesaron, como vivir con custodios y chalecos antibalas, o escuchar al primer juez de la causa Eduardo Filocco decir que "es una loquita que ya va a volver", y recibir ofertas de coimas para no continuar con su denuncia. Ante la inacción de la Justicia, en varios momentos se encadenaron en los Tribunales Provinciales. Una imagen que permanece en la retina de la ciudadanía.

La causa también es emblemática por todos los problemas que debieron pasar los familiares de la joven, como amenazas, pruebas destruidas, pistas falsas con búsquedas del EAAF en cavas, criaderos de chanchos, y campos en Luis Palacios, y un complejo recorrido en la justicia que atravesó años de inacción entre 2012 y 2014. El mismo sistema judicial que luego brindó absoluciones a los nueve imputados (cinco de ellos miembros de la fuerza pública provincial). Recién en diciembre de 2020 llegaron las condenas efectivas a dos de ellos: Gabriel Strumia como autor, y Roxana Michl, esposa de Strumia, como partícipe necesaria. Seis fiscales investigaron en diferentes etapas de la causa, que primero fue caratulada como homicidio simple y luego intento de aborto seguido de muerte con encubrimientos policiales.

Actualmente, la carátula es por aborto sin consentimiento seguido de muerte, y el enfoque está en la privación ilegítima de la libertad, agravada por tratarse la víctima de una mujer embarazada.
Aunque a nivel ordinario la Justicia ya se haya expedido desde la Cámara de Apelaciones en Segunda Instancia, la querella y defensa pidieron recursos extraordinarios en la Corte Suprema Provincial, por lo que continúa abierto el caso con sentencias que aún no están firmes, y todo puede avanzar o retroceder.

Tras los pasos de Paula

Paula Perassi estaba casada con Rodolfo Ortiz de Elguea con el que tuvo dos hijos. Este hombre dijo en el juicio de 2019 que en los últimos meses antes de la desaparición su matrimonio no andaba bien. Se probó que tenía una relación con Strumia, amigo de la familia y dueño de una empresa que arregla camiones cerealeros. También se conoció que al momento de ser vista por última vez cursaba un embarazo de seis semanas.

A los pocos días que ella no volviera, el empresario contactó a los Perassi con el jefe de la Agrupación Cuerpos, Daniel Puyol, para que los ayude. Brindó la foto con la que se hizo la denuncia: es de Paula en una fiesta de cumpleaños de él, un mes antes, cuando ella aún no sabía que estaba embarazada.

La foto que presentó Strumia a la policía.

 

Strumia además brindó una pista falsa: unos días después de ser vista por última vez dijo que recibió un mensaje de Paula desde una línea que no era la usual, con errores de ortografía y que decía que estaba en la provincia de San Juan. Esa prueba fue desechada por peritos caligráficos de la causa porque la mujer tenía buena escritura. Otra evidencia surgió de la pericia psicológica que confirmó que ella no hubiese querido irse ni abandonar a su familia.

Buscar saber qué pasó con ella llevó años, pero la investigación arrancó mal desde el principio con pruebas que se recabaron erróneamente y tarde: un ejemplo claro que dio la fiscal María Eugenia Iribarren es que en las requisas no se secuestró la computadora de la casa de Strumia, sólo se llevaron otra de su taller. Extrañamente tampoco se encontró arma alguna, aunque a mediados de 2012 una actuación de la policía dio con armas en varias de sus propiedades.

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Recién en 2015, dos fiscales lograron tejer una hipótesis acusatoria, apoyada por la querella: que Paula fue víctima de “un plan desaparecedor”. Strumia fue apuntado como el que la convenció para que saliera de su casa el 18 de septiembre de 2011. Luego, de acuerdo lo planteado por la Fiscalía y la querella, Paula fue llevada contra su voluntad en un auto por Strumia y un secretario a la localidad de Timbúes, donde le habrían practicado un aborto clandestino, circunstancia en la que murió, y que su cuerpo fue hecho desaparecer con la complicidad de policías.

Por esa acusación, en 2019 fueron a juicio oral cuatro civiles (Strumia, Michl, un empleado del empresario y una señora señalada como "partera"), tres efectivos policiales que investigaban el caso en Unidades Especiales, y dos altos jefes de la Unidad Regional XVII, uno de ellos Puyol. La figura que se les imputaba a los civiles era “aborto sin consentimiento seguido de muerte” y “privación ilegítima de la libertad agravada”, y a los policías, “encubrimiento” del crimen e “incumplimiento de sus deberes”. Las penas solicitadas iban desde la reclusión perpetua a 16 años de prisión.

Sin embargo, el tribunal que juzgó el caso absolvió a todos los imputados por falta de pruebas convincentes. Pero más tarde, en segunda instancia, otros dos jueces revocaron parcialmente ese fallo y condenaron a Strumia y su esposa por la desaparición de Paula, aunque no pudieron acreditar su muerte, el presunto aborto ni la complicidad policial. Los dos sentenciados volvieron a prisión, en un nuevo fallo ratificatorio. La Corte Suprema tiene ahora la palabra.

Diez años de lucha

Alberto Perassi y su esposa Alicia Ostri siguen viviendo en San Lorenzo. Los hijos de Paula, hoy de 16 y 12 años, están bajo su custodia de las hermanas de Paula, y alternan sus estudios con la práctica del fútbol. “Son muy buenos arqueros”, dice el abuelo con orgullo a Periódicas. Y sobre el caso de Paula, considera que “serán ellos los que sigan esta lucha” por saber qué pasó con la madre.

Al día de hoy, Alberto no se cansa de decir lo que dijo desde un primer momento: “Que me den los huesos de mi hija. No hay dudas de que hubo un pacto de silencio, hay dos presos pero los otros tuvieron algo que ver. Aquí hay una billetera con dólares y un teléfono político que mantuvieron esto impune hasta el día de hoy. Una persona no desaparece así porque sí de un día para el otro. En San Lorenzo y el Cordón todo sigue igual: los puertos secos, la prostitución en la ruta 11, las mafias, la droga. Todo el mundo lo sabe, pero pasaron diez años y estamos en la misma lucha”.

Perassi mismo dice no saber si lo llegará a vivir él, pero espera que alguien diga “qué fue lo que hicieron” con su hija, “dónde pusieron el cadáver, es la única forma de remontar todo esto y encontrar a todos los responsables”. A su juicio, “lo que nos hicieron a mí, a mi familia y a la sociedad ha sido terrible. Durante años yo fui el viejo delirante, hasta que un tribunal vio que algo de razón tenía. Pero se siguen haciendo los tontos”.

Una semana de movilizaciones

Los diez años de la desaparición de Paula Perassi no pasaron inadvertidos en la sociedad. El pasado sábado la Multisectorial de Mujeres del Cordón Industrial organizó una radio abierta en la plaza San Martín de San Lorenzo con la participación de Carlos Del Frade y Melina Alzugaray, y se pintó un mural alusivo con flores. Luego el lunes se hizo una concentración frente a los Tribunales de Rosario, donde se leyó un documento y se vieron muestra de fotos y videos.

Autora: Multisectorial de Mujeres del Cordón Industrial.

Este jueves los Perassi acompañaron la Ronda de las Madres de Plaza 25 de Mayo con sus Hijos y Nietos. Todas jornadas declaradas de interés por el Concejo Municipal de Rosario a instancias de la Comisión de Feminismos y Disidencias.

Este viernes se estrena en Spotify y otras plataformas el podcast “¿Dónde está Paula?”, una producción de Flavia Campeis y Hagar Blau Makaroff, periodistas que hemos seguido la causa desde los inicios. La musicalización del documental radial está a cargo de José Matteucci, Julieta Sciasci y Francisco Matteucci, y el trabajo, cuenta con el apoyo de la Universidad Nacional de Rosario. También fue declarado de interés por el Concejo de Rosario.

Sobre las movilizaciones de esta semana, Alberto dijo en diálogo con Periódicas: “Se revivieron todas las cosas que pasamos durante 10 años, vimos una pantalla con todo lo que pudimos hacer y hoy nos cae la ficha de tanta lucha, cuánto tuve que pelear para aún no tener lo que buscamos que son los huesos de Paula”.

También consultado, el abogado de los Perassi, José Ferrara reflexionó en este medio: “Lejos de terminarse esta causa parece que siempre está por comenzar, ahora está en la Corte Suprema: ellos quieren revertir sus condenas de 17 años y seis años y medio de cárcel, y nosotros estamos con un recurso federal para llegar a la Nación para que no siga la impunidad con los policías de la Unidad Regional 17 y de los dos civiles, que claramente tuvieron participación en esto”.

Alberto y Alicia Perassi sostienen el cartel frente a Tribunales esta semana, a diez años de la desaparición de Paula.

De esta forma, destacó la intención de que la Corte Suprema de la Nación “le dé andamiaje para revertir que siete personas siguen libres, mientras que es imposible suponer que no podamos encontrar los huesos sin la participación de ellos. El Estado estuvo presente”.

Finalmente Alberto deseó “que se corte este pacto de silencio sostenido del teléfono político y la billetera con dólares, que me equivoqué, no es una billetera, es un barco lleno de dólares para sostener ese pacto de silencio que sigue intacto”. Y Ferrara agregó: “El pacto no se rompe porque de romperse implicaría que se conozca el poder real que existe en San Lorenzo, estaría visibilizando esto que sigue fungible con una estructura muy aceitada, ya que algunos de ellos siguen en funciones policiales”.

Autora: Hagar Blau Makaroff
Periodista en Rosario. Licenciada en Periodismo por la UNR.