Más de veinte vecinales se manifestaron la semana pasada en distintos puntos de la ciudad de Santa Fe para reclamar por "seguridad" y "terminar con la violencia". En Guadalupe, agredieron y censuraron a una manifestante por hablar en lenguaje inclusivo. Periódicas la contactó para que pueda terminar el discurso que no pudo dar.
El jueves pasado, distintos vecinalistas y autoconvocados se concentraron en lugares emblemáticos de la ciudad de Santa Fe para reclamar por más "seguridad". Las manifestaciones tuvieron distintos tintes de acuerdo a cada barrio. Banderas de Argentina, el himno nacional y el pedido de mano dura se destacó entre los reclamos en cercanías a la costa oeste.
En particular, en la rotonda de Guadalupe, los momentos de tensión fueron creciendo y llegaron a una violenta ebullición cuando una manifestante de barrio Mayoraz tomó la palabra para hablar en representación de su barrio. Al comenzar a dar su discurso con lenguaje inclusivo, Selma López fue agredida y violentada por el público presente de manera inmediata, solo por intentar representar a todas las identidades en su pedido de una seguridad que sea inclusiva y social. Fue expulsada del escenario y para resguardar su integridad física, se retiró de ese barrio sin haber podido expresarse.
Periódicas la contactó para conocer de qué se trataba su intervención, y como respuesta envió el siguiente texto:
"El 5 de marzo como vecines autoconvocades representando el Barrio Mayoraz, fuimos un grupo a una concentración en la rotonda de Guadalupe. Desde hace un tiempo en mi barrio, como en la mayoría de la ciudad, venimos teniendo sucesos delictivos, saqueos y muchísima violencia. Este fue el motivo por el cual empezamos a reunirnos,organizarnos, a conocernos, a establecer redes, a reconocernos y a aceptarnos con todas las diferencias, cultivando la tolerancia, el respeto y la diversidad de criterios políticos, religiosos y culturales.
Me enorgullece mucho poder ser parte de un grupo de personas que, si bien tenemos diferencias, tenemos escucha y nos solidarizamos con les vecines de nuestro barrio. Así decidimos acompañar el reclamo de todes les vecines de nuestra ciudad.
Estamos de acuerdo en que el problema de las gestiones políticas es que toman decisiones de coyuntura y no decisiones y proyectos estructurales, es por esto que nuestra estructura social está cada vez más deteriorada. No estamos orgulloses de estar pidiendo seguridad por nosotres, por nuestres cociudadanes, por nuestres vecines. No estamos orgulloses de hacer reclamos a los oídos sordos de los que gestionan en el Estado.
Este es un problema social de Argentina de hace décadas. Y no tenemos banderas políticas, ni religiosas. Nuestra bandera es la de vecinas, vecinos y vecines de la ciudad de Santa Fe. Lo que queremos es vivir segures y tranquiles. Todes tenemos distintas problemáticas, económicas, familiares, laborales, de discriminación, de abusos de todo tipo. En fin, todo lo que se vive en estos tiempos revueltos de hambre y crisis.
Como voz representante del grupo de autoconvocades iba poner en palabras esto y también que es imprescindible que cada une desde su lugar pueda establecer un vínculo con el que tiene al lado, dejar de pensar que esa persona me puede afectar de alguna manera, que esa persona me puede ayudar cuando necesitemos algo. A nuestres compañeres de trabajo para trabajar en equipo. Poder mirar a quienes nos representan con la seguridad de que van a gestionar lo que les estamos pidiendo.
Que cada une deje de mirar sus intereses personales y realmente nos aboquemos a una ardua tarea, que es la de reestablecer nuestros vínculos sociales. Que están deteriorados desde hace muchísimo tiempo, y no los vamos a solucionar en un corto plazo, pero en algún momento hay que comenzar. Bregamos por la igualdad de oportunidades, y que sea materializada y continuada porque había varios programas de inclusión de Juventudes que ya no funcionan, copas de leche y merenderos que ya no reciben partidas, infancias abandonadas y ancianes y mujeres marginadas.
La inclusión social y la igualdad de oportunidades que no sea sólo un discurso político, sino un proyecto, acciones en conjunto desde la educación, la cultura, desarrollo social. No queremos que nuestros cociudadanes salgan a delinquir. Y ahí es cuando el Estado nos pone vecines contra vecines, el 'sálvese quien pueda', gente que pide mano dura, linchamientos, muerte por muerte... Menos derechos humanos para el delincuente y un montón de palabras terribles llenas de dolor de gente que perdió a sus seres queridos en actos delictivos, mucha impotencia y bronca extrema, odio. Estigmatizando al pobre como el delincuente de mierda.
Bueno eso era más o menos lo que estaba por decir en la convocatoria pero simplemente pude decir «buenas noches ciudadanas, ciudadanos y ciudadanes», ya que un grupo mayoritario de personas al escuchar pronunciar la letra E como discurso inclusivo, empezaron a insultarme, a pegar a las cacerolas, a gritarme impunemente barbaridades irrepetibles.
Intentaron callarme. Acusandome. Si hubiesen tenido piedras sentí por momentos que podían matarme a pedradas. Solo por escuchar algo que incomoda. Ejerciendo un tipo de violencia tan simbólica literal, estructural y paradójica, ya que la proclama del encuentro y discursos eran justamente para cesar la violencia (hubo discursos meramente políticos también debo decirlo, y la convocatoria era justamente sin banderas partidarias).
Y acá es donde obviamente pienso y hablo por mí: que la sociedad toda no esta preparada para ver y oír a mujeres fuertes, a mujeres libres, les llena de miedo les atemoriza. ¿Y por qué pensar que el lenguaje inclusivo es sólo del feminismo la mujer y disidencias? Si nombramos a todes, ¿quiere decir que las luchas y los cambios son siempre femeninos? Se mueren de temor a los cambios de una sociedad en donde solo queremos amor, comprensión, tolerancia, empatía, igualdad y equidad de derechos.
Soy consciente de que los cambios producen miedos, y las reacciones son con más violencia. Al patriarcado le molesta la mujer libre, ese patriarcado obviamente abarca a mujeres y hombres. Estoy dispuesta a subirme cuántas veces sea necesario, porque soy una mujer libre y fuerte, porque mi voz nunca será silenciada, porque tengo hermanes y una red de contención amorosa que me sostiene. Al hablar en lenguaje inclusivo hablo de todo aquello que no se nombra. Nombrar les da miedo. Porque lo que no se nombra no existe.
El machismo es sinónimo de miedo y el miedo es lo contrario del amor".