El Concejo Deliberante aprobó en forma unánime el proyecto elaborado por la colectiva “Se Dice de Mí” para que un espacio de la ciudad lleve ese nombre, en memoria de las víctimas de la violencia machista y para visibilizar el trabajo de lucha de las agrupaciones feministas.
El Concejo Deliberante de la ciudad de Esperanza aprobó por unanimidad el proyecto elaborado por la colectiva feminista Se Dice de Mí para que en la ciudad haya una plaza que lleve el nombre “Ni Una Menos”. Este espacio estará ubicado en el predio del antiguo Ferrocarril Argentino, al este del Punto Violeta inaugurado en marzo por el gobierno provincial.
Desde la colectiva celebraron la decisión de las y los concejales, y señalaron: “Que la ciudad cuente con un espacio que lleve el nombre “Ni Una Menos” crea memoria, visibiliza la necesidad de una sociedad libre de violencia hacia las mujeres, fortalece el ejercicio de nuestra ciudadanía y el reconocimiento de derechos que no deben ser solo promulgados, si no que se deben crear las condiciones favorables para que podamos ejercerlos con libertad”.
La integrante de Se Dice de Mí, Rosana Oitana, le contó a Periódicas cómo fue el proceso que las llevó a presentar la iniciativa: “Desde 2018 que estamos trabajando en la búsqueda de que haya en la ciudad un espacio que dé cuenta de la lucha de las mujeres y también de las consecuencias de la violencia machista extrema de la que somos víctimas, que son los femicidios. Por eso, en 2020 y en plena pandemia, plantamos 11 árboles nativos en una plaza, uno por cada una de las víctimas que tenemos registradas, uno por todas aquellas de las que desconocemos sus nombres y otro por las mujeres que luchamos por sostener la memoria”.
Y agregó que esa intervención “nos puso a pensar que, más allá de las huellas que íbamos dejando en el espacio público, necesitábamos trabajar en pos de que exista un espacio que sea total y absolutamente identificado con la lucha del movimiento feminista; por eso más tarde presentamos un proyecto de ordenanza. Hubo algunas dificultades con la localización que solicitamos, mantuvimos reuniones con integrantes del Concejo y, finalmente, tras llegar a acuerdos, volvimos a presentar otro proyecto de ordenanza con una localización que fue consensuada con los concejales y las concejalas”.
Un antes y un después
"Lo que sucedió ayer en el Concejo de Esperanza fue un punto de inflexión, un guiño del poder político, de las personas que tienen poder de decisión hacia los feminismos, hacia las personas que venimos sosteniendo en la ciudad. Fue un aprendizaje tanto para ellos como para nosotras, ya que en la sesión quedó plasmado cómo las conversaciones que tuvimos sirvieron para que los ediles y edilas se nutran de información valiosa, para tirar abajo prejuicios, para que comprendan que podían construir junto a nosotras. Pudimos apreciar cómo la implementación de la Ley Micaela permite derribar ciertos mitos y permitir que personas que nunca se interesaron por la temática, comiencen a tener otro tipo de mirada”, valoró Oitana.
Por último, la militante feminista aseguró que: “Fue una sesión muy respetuosa de nuestro trabajo, los concejales hablantes destacaron la persistencia en la lucha y la necesidad de acompañarnos en este proyecto y a nosotras nos quedó como reflexión que, más allá de las dificultades que presenta la militancia, hay que insistir, buscar con una estrategia de comunicación visibilizar el trabajo que hacemos pero, fundamentalmente, hay que insistir”.
