Por primera vez desde el femicidio, el aniversario de la desaparición y el crimen de Rosalía Jara en Fortín Olmos se recuerda con Juan Valdez sentenciado efectivamente a prisión perpetua. La condena quedó firme el 7 de octubre del año pasado, cuando el Tribunal de Apelaciones confirmó el fallo de Primera Instancia que halló al imputado como autor penalmente responsable del delito de homicidio doblemente calificado, por el vínculo y por ser cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género.
Fortín Olmos, departamento Vera, norte de Santa Fe. Sábado 1 de julio de 2016, a las 22.10. Juan Valdez, un profesor de educación física de 36 años, llama a Rosalía Jara, de 19, con quien mantenía una relación que había comenzado cuando la adolescente tenía apenas 12. Desde ese entonces Rosalía se encontraba en una situación de sometimiento y abuso por parte del docente. Valdez le pide encontrarse. Ella se dirige a la garita de colectivos del pueblo y cuando el hombre llega en auto, se sube al vehículo. Emprenden el camino y minutos después Valdez le quita el celular a Rosalía, lo apaga y luego la mata mediante un brutal golpe en el cráneo.
Ese fue el comienzo de la historia que conmocionó al norte de la provincia y desnudó un trasfondo social en el que conviven la violencia de género, el abuso sexual infantil y las complicidades machistas que permiten que estos hechos sucedan y se mantengan impunes.
Valdez y Rosalía tenían una hija en común que el docente se había negado a reconocer y a mantener. La joven le reclamaba el pago de la cuota alimentaria y por eso habían mantenido muchas conversaciones telefónicas ese día. Tras asesinarla, Valdez condujo varios kilómetros hasta la vera de un arroyo, en medio del monte, y allí abandonó el cuerpo. La mañana siguiente, al ver que su hija no volvía, la mamá de Rosalía denunció la desaparición en la Comisaría de Fortín Olmos. Pero, tal como es habitual en estos casos, la Policía no le prestó atención y se negó a iniciar la búsqueda, argumentando que la joven se había ido por voluntad propia. Recién una semana después, cuando la ausencia se hacía permanente y las organizaciones feministas del norte de la provincia hicieron llegar el reclamo a los medios capitalinos, comenzó una búsqueda que se extendería por varios meses, sin resultados.
Durante esa semana, alertado por los efectivos de la Comisaría respecto a las sospechas que empezaban a tejerse sobre su persona, Juan Valdez manipuló su teléfono antes de que el dispositivo fuera secuestrado por las autoridades. “A partir de técnicas de borrado que impiden la recuperación de archivos, eliminó de forma permanente los registros de llamada y de mensajería e información relevante para la causa”, explicó años después, durante el juicio, el fiscal Gustavo Latorre, quien tuvo a su cargo el caso.
A pesar de los intentos del femicida para borrar las evidencias que lo implicaban, el estudio de las comunicaciones entre los teléfonos de Valdez y de Rosalía demostraron que la noche de la desaparición se registraron 14 llamadas entre ambos números. Además, el análisis de geolocalización mediante la triangulación de las señales de las antenas permitió establecer que ambos se encontraban juntos a la hora en que la joven fue asesinada.
Esas evidencias, sumadas a las declaraciones de varios testigos, permitieron detener e imputar a Valdez por la desaparición de Rosalía. La búsqueda de la joven continuó durante varios meses, sin ningún tipo de novedades porque el acusado se negó sistemáticamente a revelar dónde había enterrado el cuerpo.
Encontraron a Rosalía
Más de un año después, el 26 de agosto de 2018, personas que se encontraban cazando y pescando en cercanías del arroyo Golondrina, cerca del paraje El Bonete, encontraron restos humanos. La investigación del Equipo Argentino de Antropología Forense determinó que los restos pertenecían a Rosalía y confirmó la causa de la muerte: un golpe que le destruyó el cráneo. Tras la realización de la autopsia y estudios varios, la Justicia entregó los restos a la familia Jara y la inhumación tuvo lugar el 28 de noviembre de ese mismo año.
La confirmación de la identidad del cuerpo permitió la ampliación de la imputación a Valdez: ya no se lo investigaba por la desaparición de Rosalía Jara, sino por el delito de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por haber sido perpetrado por un hombre contra una mujer mediando violencia de género (femicidio).
El proceso
El juicio contra Juan Valdez comenzó el 7 de julio de 2020, en los Tribunales de la ciudad de Vera. En su alegato de apertura, el fiscal Gustavo Latorre anticipó que solicitaría la pena a prisión perpetua para el imputado, “a la luz de la violencia física y psicológica que el acusado desplegó en su accionar delictivo y de la relación desigual de poder existente, en la que Valdez abusó de la vulnerabilidad económica, cultural y social de Jara y de su situación de indefensión”, haciendo alusión al hecho de que, siendo Rosalía solo una niña, Valdez la sometía a mantener relaciones sexuales a cambio de algo de dinero o de obsequios de necesidad básica. En ese contexto, la adolescente quedó embarazada y el femicida no sólo se negó a reconocer su paternidad sino también a aportar económicamente para la alimentación de la beba.
“El monto de la pena solicitada no es ajeno a la extensión del daño causado y a las secuelas de orden psíquico y moral que el acusado les provocó a la hija y a la madre de la víctima”, advirtió el fiscal en aquella oportunidad.
La abogada Carolina Walker Torres representó a la familia de Rosalía Jara en el juicio, durante el cual cuestionó cómo se trabajó en la causa a partir de la denuncia por la desaparición: "Hay que discutir estos crímenes y la falta de políticas públicas para investigarlos y abordarlos. Durante un año y un mes Rosalía estuvo desaparecida y el Estado no la buscó diligentemente. No la encontró el Estado, la encontraron dos cazadores, de casualidad. El rol del Estado acá fue avisarle a Valdez que le iban a secuestrar el teléfono y el auto, y él aprovechó ese aviso para hacer desaparecer pruebas", denunció Walker Torres.
El 3 de agosto de 2020, el tribunal integrado por los jueces Gonzalo Basualdo (presidente), Norma Senn y Mauricio Martelossi resolvió condenar por unanimidad a Juan Valdez a la pena de prisión perpetua, tras hallarlo autor penalmente responsable del delito de homicidio doblemente calificado, por el vínculo y por ser cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género -femicidio-.
Los abogados defensores de Valdez, Jorge Bedouret y Bárbara Reynoso, apelaron la decisión del tribunal de Primera Instancia y solicitaron la invalidez del proceso y la nulidad del fallo impuesto en el juicio. Pero el 7 de octubre de 2021 el tribunal de la Cámara de Apelaciones de Vera, conformado por los jueces José Antonio Mántaras, Roberto Prieu Mántaras y Bruno Netri, desestimó el planteo de la Defensa y confirmó la condena a prisión perpetua para Juan Valdez como autor del femicidio de Rosalía Jara.
Este año, por primera vez, el aniversario de la desaparición y asesinato de Rosalía se recuerda con Valdez condenado efectivamente por el femicidio. El crimen de Rosalía Jara no solo dejó en evidencia lo que sufren las mujeres, adolescentes y niñas pobres sino también el entramado machista y patriarcal que sostiene esas prácticas y permite que se multipliquen a lo largo del tiempo. A su vez, fue un caso que unió al movimiento feminista del norte de la provincia y puso la agenda de género en las tapas de los medios y en el debate político. Rosalía Jara, presente. ¡Ahora y siempre!
Escribe notas, se especializa en el periodismo judicial.