Llegó a Santa Fe desde su San Luis natal para estudiar abogacía. Allí empezó su militancia y su pasión por la política. Desde su incursión como concejala durante la intendencia de Mario Barletta, la carrera de Adriana "Chuchi" Molina no tuvo interrupciones. Fue la primera secretaria de gobierno en la gestión de José Corral y a partir de este 7 de diciembre es la primera mujer en presidir el Concejo Municipal. "Lo importante para mí es que este sea un espacio que abra puertas, que sea la primera pero no la última que se siente en el sillón de la presidencia del Concejo", dice en esta nota con Periódicas.
Con el cambio de colores políticos tras las recientes elecciones, el Concejo Municipal de Santa Fe tendrá por primera vez una presidenta. Se trata de Adriana "Chuchi" Molina, abogada y política de origen radical, cuya militancia comenzó en el ámbito universitario. "Siempre digo que soy de la generación de Alfonsín, de la recuperación de la democracia". En la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Litoral, aquella estudiante proveniente de San Luis se sumó a Franja Morada, espacio donde comenzó su camino en la política. "Fui la primera en mi familia que tuvo participación política", contó a Periódicas pocos días antes de la asunción como presidenta del cuerpo normativo municipal.
"Empecé a militar entre el 82 y el 83, es decir, aún en dictadura. Yo vivía en una pensión porque no soy de acá y me vine a los 17 años a estudiar. Iba a un comedor universitario adonde había estudiantes más grandes y, ya después de Malvinas, comenzó a olerse democracia y libertad". Fue ese ambiente, seguramente, el que la sedujo y la llevó a intervenir en una quema de chequeras, de esas que se usaban para pagar el arancel universitario impuesto por la dictadura. "Fue algo súper revolucionario para el momento porque era dictadura, es decir, no estaba legitimado el Centro de Estudiantes, pero empezamos con un grupo e hicimos una hoguera en el Patio de los Naranjos y quemamos las chequeras. Esa fue mi primera acción política", relata Molina.
A ese acto iniciático le siguieron las asambleas estudiantiles y después, ya recibida, fue concejera graduada directiva y concejera graduada superior. Con su título a los 21 años, comenzó a dar clases a los 22 en la misma facultad; primero en la materia Ciencias Políticas y luego en Derecho Constitucional. "Toda mi primera militancia tuvo que ver con la universidad y también con la juventud radical", comenta.
-¿Qué opinó de tu militancia esa familia que nada tenía que ver con la política?
-Recuerdo que me quedaba una materia y yo sentí que quería 'vivir' la experiencia del Centro de Estudiantes. Entonces fui a San Luis y hablé con mi mamá y le dije: 'mirá, yo me podría recibir ahora pero necesito un tiempo de facultad, de peña, un tiempo de Centro de Estudiantes, de estar en la casilla del centro, de estar en las asambleas y no aparte'. Lo entendieron y para mí fue muy importante.
"Un rol central de las mujeres es empoderar a otras mujeres"
Adriana Molina contó a Periódicas que ejerció como abogada y que nunca dejó de dar clases. "Yo digo que mi vocación es la docencia y mi pasión es la política". En 2007 con Mario Barletta como candidato a intendente y José Corral en la Secretaría de Gobierno, fue convocada por ellos para el Concejo. Ese fue el momento en el que de la gestión universitaria pasó a la acción política en el ámbito municipal. "Fue realmente una de las decisiones más importantes que tomé".
-En ese momento, cuando dejaste la política dentro de la universidad para dar el salto a la política partidaria ¿cuáles fueron los desafíos en lo personal?
-Sentí que era la oportunidad de hacer todo lo que veníamos diciendo como grupo político desde hacía años; que queríamos hacer un cambio en la ciudad porque no estábamos de acuerdo con lo que pasaba. Teníamos grupos técnicos y trabajamos en proyectos para la ciudad. Sentí que podía ser protagonista de esa transformación, eso fue lo que me motivó. Yo trabajé en extensión universitaria y participé de distintos proyectos, como el Programa de Género de la UNL; también trabajé en programas de alfabetización legal para conocer y ejercer derechos; estuve en la Multisectorial de Mujeres, con Chabela Zanutigh, Marta Fasino o Mabel Busaniche. Trabajamos mucho con el Sindicato de Amas de Casa y otras organizaciones de mujeres. Yo no tenía la experiencia partidaria pero sí la de estar en la calle. Tenía esa vocación, esa pasión.
-En una entrevista anterior con Periódicas comentaste que había ciertos inconvenientes que se notaban más en las mujeres que hacían política que en los hombres ¿cómo ves la situación hoy?
-Yo creo que se avanza políticamente, sobre todo también porque las leyes ayudan a esos avances de las mujeres. La Ley de Paridad, sin dudas, modificó la vida dentro de los partidos políticos, que tienen la obligación de tener en sus convenciones y en sus órganos de dirección la paridad; más allá de que sigue habiendo resabios patriarcales en dirigentes o en espacios políticos. Pero creo que si miro hacia atrás y miro ahora, puedo decir: vamos avanzando.
-¿Cómo vivís este nuevo lugar en el Concejo?
-A mi me gusta plantear que me parece muy importante haber llegado a esta presidencia a partir de un acuerdo y, claro, simbólicamente también es muy bueno no sólo para las mujeres que están en política sino también para aquellas que la miran desde afuera, para que vean que la presidencia del Concejo Municipal puede estar a cargo de un varón o de una mujer. Es como abrir una puerta. Yo fui la primera secretaria de Gobierno en la ciudad con José Corral y después fueron todas mujeres. Entonces, creo que eso es lo más importante, que seré la primera pero seguro que no voy a ser la última. Un rol central que tenemos las mujeres es fortalecer a las otras mujeres, en este caso a mujeres que están en política, pero como puede pasar también en empresas. Dentro de los espacios de decisión creo que el rol central de las mujeres es empoderar a otras mujeres.
-¿Qué representa para vos el haber comenzado a militar en el inicio de la democracia y asumir la presidencia del Concejo a 40 años de ese momento histórico?
-Es muy simbólico. Quisiera comenzar mi discurso con alguna frase de las que dijo Alfonsín al asumir. Nunca hubiese pensado que a 40 años de la recuperación de la democracia iba a estar justamente en este lugar, sentada como presidenta del Concejo, hablando de la democracia y de lo que significa, de sus valores. Porque a mí eso fue lo que me motivó, esos valores que llevan a militar en un partido político: la libertad, la igualdad, la solidaridad. Creo que hemos avanzado mucho y también es una satisfacción, aunque no quisiera ponerme en un lugar tan histórico.
-Entonces, vamos a despersonalizar: ¿qué impronta pensás que le va a dar una mujer a la presidencia del Concejo?
-Trato de no ser tan esencialista en esto. No plantear que por ser mujer voy a hacer tal cosa o tal otra, sino que trato de pensar más desde la mirada que podemos tener las mujeres, desde una perspectiva de género o más igualitaria. Entonces creo que lo importante es fortalecer el Concejo, que sea un lugar de cercanía y de escucha, que tenga una impronta territorial y que los vecinos y las vecinas sepan qué se hace en el Concejo, qué hacen quienes trabajan en él, cuáles son sus proyectos y si les cambian la vida para bien o mal. Quizás sea una pregunta que podré responder mejor en dos años.
"Hay que cuidar los derechos conseguidos"
-Haciendo un repaso, han sido siempre las concejalas quienes presentaron proyectos vinculados a los derechos de las mujeres y disidencias ¿cuáles creés que son los desafíos en esa materia?
-Primero creo que hay que cuidar los derechos que se han conseguido. Eso me parece que es importante y creo que el punto sigue estando en políticas de cuidado y en las políticas de protección contra las violencias. Son los dos puntos centrales que siguen estando porque las denuncias por violencia están, los femicidios están, los diferentes tipos de abusos en niñez, en jóvenes, en mujeres también. Por lo que pienso que tenemos que seguir trabajando en promoción y prevención y también en buscar otras herramientas que todavía no tenemos.
Respecto de las políticas de cuidado, Molina amplía: "También el modo que tenemos las mujeres de tener autonomía tiene que ver con la vida libre de violencia y la posibilidad de poder tener una vida personal, sobre todo en aquellas mujeres en mayor situación de vulnerabilidad. Que tengan esos espacios para el cuidado de sus hijos, de sus hijas o de sus mayores; una política de cuidado desde el Estado. Me parece que el punto central está ahí y que hay que pensar en políticas vinculadas al cuidado no sólo de infancias sino también de adultos mayores. Es un desafío que tenemos generacionalmente, es un tema que tenemos que empezar a abordar y hay una discriminación sobre la que tenemos que empezar a trabajar. Hay que fortalecer este tipo de herramientas pensando en género.
-Teniendo en cuenta el contexto político a nivel nacional ¿te asusta pensar que podemos perder derechos? ¿Cuál es tu mirada al respecto?
-Creo que hay mucha expectativa porque realmente no se sabe hasta dónde lo que por ahí se dice es lo que efectivamente va a suceder. Yo creo que no es fácil cercenar derechos en democracia. Entonces, entiendo que hay que estar alertas, pero no pensar que es tan fácil perder derechos porque sino uno entra en una situación de miedo y muchas veces el miedo termina inmovilizando. Creo que tenemos que ser fuertes y saber que en el Estado de Derecho no es fácil suprimir o cercenar derechos, y menos eliminarlos. Es mi visión también como profesora de Derecho Constitucional. Creo que hay que ser fuertes, tener esa potencia.
Julia y Gabi son apasionadas de la lectura y el cine. Colaboran mutuamente para entrevistar personalidades santafesinas.