La víctima tenía 71 años y por el crimen buscan a su esposo, que escapó en bicicleta y permanece prófugo hasta el momento. El hijo del matrimonio fue quien encontró a su madre sin vida y denunció el hecho.
Gladis Graciela Soprano, de 71 años, fue asesinada este martes a la madrugada en la localidad de Carcarañá (departamento San Lorenzo). El único y principal sospechoso por el femicidio es su esposo, quien huyó de la vivienda del crimen -donde el matrimonio residía- y permanece prófugo.
Voceros del Ministerio Público de la Acusación precisaron que el cuerpo de la víctima fue hallado alrededor de las 5 por su hijo, quien efectuó la denuncia policial y dijo que el atacante habría sido su padre. El hombre escapó a bordo de su bicicleta, por lo que es intensamente buscado en Carcarañá y alrededores.
En la escena del femicidio trabajaron efectivos de la comisaría tercera de Carcarañá y un equipo médico que constató la muerte de la víctima como consecuencia de las diversas heridas de arma blanca en cuello, abdomen y tórax.
Al mismo tiempo, las autoridades corroboraron que el arma utilizada para el ataque no se encontraba en el domicilio, por lo que se presume que el marido se la llevó para descartarla al huir.
La investigación del caso se encuentra en manos del fiscal de Casilda Juan Pablo Baños, quien pidió la intervención del Gabinete Criminalístico y solicitó el traslado del cuerpo de la víctima al Instituto Médico Legal de Rosario para que se practique la autopsia de rigor.
Las mujeres de la tercera edad, en doble peligro
Con el crimen de Gladis Soprano, ya suman cuatro los femicidios de adultas mayores en la última semana en el país. Los especialistas atribuyen esta realidad a que las víctimas de esta franja etaria “no suelen denunciar” que sufren una situación de violencia “por miedo a ser doblemente discriminadas, por su edad y su género”.
El primero de ellos ocurrió el 17 de octubre en la vía pública del barrio Ciudad de los Niños en Córdoba capital, adonde Olga Herrera (63) fue atacada a puñaladas por su expareja Daniel Barrera (71), quien fue detenido tras el crimen.
Ese mismo día, se descubrió que un hombre de 83 años había matado de un balazo a su esposa de 77 en la ciudad de Neuquén, para posteriormente suicidarse.
Tres días más tarde, tuvo lugar un hecho similar en la localidad de Olavarría, cuando José Luis Lezcano (72) asesinó de un disparo en la cabeza a su expareja Susana Seitz (60) y luego se mató. Instantes previos al femicidio de Seitz, Lezcano le envió un mensaje a su hijo, en el cual le decía: "Voy a matar a tu madre y me voy a matar".
La múltiple discriminación
En este contexto, la investigadora especializada en Derecho de la Vejez, Isolina Dabove, explicó a Télam que “la violencia de género se ve agravada en las mujeres mayores”, ya que “sufren una discriminación múltiple”.
“Sufren una doble discriminación: por ser mujeres y por ser viejas. En la vejez, cualquier persona, de cualquier género y condición, es más proclive a ser víctima de violencias”, comentó Dabove.
Esta problemática se vio reflejada en el "Informe de Femicidios de mujeres de más de 60 años", realizado por el Observatorio de Femicidios 'Adriana Marisel Zambrano', que coordina la Asociación Civil La Casa del Encuentro, el cual señaló que 205 mujeres mayores de 60 años fueron víctima de femicidio en la Argentina durante los últimos 7 años.
Respecto al relevamiento, que abarca los hechos sucedidos desde el 3 de junio de 2015 -día de la primera marcha del 'Ni Una Menos'- hasta el 27 de mayo del 2022, Dabove afirmó que “debe haber muchos más casos”, al señalar que la violencia hacia las mujeres mayores "es la más híper invisibilizada de todas”.
“Creo que ese número que arroja el observatorio es meramente indicativo. Es la punta de un iceberg sobre un flagelo que no está lo suficientemente explicitado en nuestra cultura”, sostuvo la investigadora.
A su vez, dicho informe puntualizó que cuatro de cada diez asesinatos fueron llevado a cabo por la pareja o expareja de la víctima y que el 80% (165 casos) de los crímenes tuvieron lugar en la vivienda de la mujer asesinada.
En ese sentido, Dabove coincidió en que “las violencias sobre las adultas mayores se dan generalmente dentro de la propia pareja y la familia”.
“Los casos más frecuentes tienen que ver con los abusos financieros: la violencia económica. Pero las mujeres mayores también son víctimas de violencia sexual y violencias físicas, en muchos casos bajo contexto de asistencia o cuidado”, indicó.
De esta forma, la especialista puso el foco sobre la “cultura viejista”, respecto de la cual consideró que es un “motivo fundamental” para el sostén ideológico de este tipo de violencias.
“La cultura viejista considera a la vejez como una etapa de costo social, de enfermedad y de discapacidad. Es un flagelo que no está suficientemente visibilizado, pero es necesario hacerlo para evitar que siga creciendo el número de víctimas fatales”.
Por último, la investigadora expuso que “las mujeres de estas edades no suelen denunciar” este tipo de ataques en su contra. “No se suelen denunciar por miedo y por los viejismos, que las hacen creer que su vida ya no vale nada”, concluyó.