El pasado 7 de junio Juan Sárate fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de Tamara Quiróz, a quien había rociado con combustible y quemado el 40% del cuerpo en 2020. Al principio se lo había imputado por tentativa de homicidio calificado pero tras el fallecimiento de la mujer, se pudo probar que a pesar del tiempo que pasó, Tamara murió por las complicaciones respiratorias que le trajo aquel ataque.
Juan Sárate atacó a Tamara Quiróz, su ex pareja, en su propia casa y frente a sus tres hijes. El 17 de junio de 2020 cerca de las 23.30, el hombre la roció con combustible y la prendió fuego, provocando quemaduras en el 40% de su cuerpo.
Sárate fue preso, lo imputaron por tentativa de femicidio y quedó en prisión preventiva. Tamara permaneció internada en el Hospital José María Cullen durante un mes hasta que recibió el alta. Pero su tratamiento médico no terminó allí y la mujer debió ser ingresada en nosocomios médicos en otras oportunidades. Finalmente, falleció el 30 de septiembre de 2022 por complicaciones respiratorias.
Cuando Tamara fue hospitalizada por última vez en estado crítico, estaba por comenzar el juicio contra su atacante imputado por tentativa de femicidio. Sin embargo, desde la Unidad Fiscal Especial de Homicidios de la Fiscalía Regional 1 solicitaron que se pospusiera el inicio por el grave estado en el que estaba la mujer, que debía declarar.
Tras la muerte de Quiróz, lograron ampliar y modificar la calificación por la que se iba a juzgar a Sárate. El 7 de junio pasado el hombre fue condenado a prisión perpetua por homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género, en concurso real con lesiones leves dolosas calificadas por mediar violencia de género. Desde la fiscalía indicaron que este fallo marca un precedente, aunque aún no está cerrada definitivamente ya que probablemente haya una apelación y la Cámara deberá resolver.
Cómo probaron la conexión del ataque con la muerte
Pasaron dos años y tres meses desde que Tamara sufrió el ataque hasta su muerte. En el medio entró y salió de varias internaciones hospitalarias y tratamientos, pero la fiscalía logró corroborar que lo que causó la muerte de la mujer, efectivamente fue aquel ataque que sufrió en junio de 2020 por parte de Sárate.
Quiróz sufrió el mayor daño en el tórax, aunque también tuvo quemaduras en otras partes del cuerpo. Para comprobar que los daños del fuego fueron los que culminaron con la vida de la mujer, la fiscalía se respaldó principalmente en las pericias médicas. Todo el historial clínico de Tamara fue remitido al médico forense, quien realizó un análisis minucioso que sirvió para probar el homicidio.
Al ser internada tras las quemaduras, Tamara fue intubada. Cuando la desconectaron del respirador, sufrió una estenosis. Es decir, un estrechamiento de la traquea. Para revertir ese proceso, debieron colocarle un estent (una malla que se expande). En septiembre de 2022, cuando falleció, la mujer había sido internada por complicaciones con ese aparato. Debieron hacerle una cirugía y no logró sobrevivir. Los informes médicos concluyeron en que la muerte fue a causa de complicaciones respiratorias, provocadas por ese estent.
La fiscalía se valió de esta prueba médica para argumentar que tanto el estent como la estenosis previa, fueron resultados del ataque de Sárate hace tres años.
Culpar a la víctima
La defensa del condenado trató de justificar que las complicaciones en la salud de la víctima estaban ligadas a otras patologías previas. Además, indicaron que en 2012, la mujer había sido operada por una traqueotomía. En este caso, los médicos informaron que no se diagnosticaron secuelas de esta operación y aclararon que si este tipo de intervenciones genera complicaciones en la salud -y hasta la muerte-, ocurre en el año siguiente y no tanto tiempo después.
Ante la búsqueda de la defensa de otras causas del fallecimiento de Tamara, el médico forense detalló que la muerte fue provocada por el estent que se le colocó tras salvarla de las quemaduras.
Otra de las cuestiones que se lograron desestimar fueron las dudas en cuanto al seguimiento del tratamiento médico por parte de Tamara. La investigación del historial clínico demostró que la mujer no incumplió con ninguna de las indicaciones.
Otro de los argumentos de los que se valió la fiscalía tuvo que ver con el conocimiento del condenado de las condiciones de salud de la víctima. Sárate conocía a Quiróz desde hacía aproximadamente un año y medio y tenían un vínculo cercano, por lo que se desprende que sabía de las condiciones físicas y de salud de Tamara.
La teoría de la autolesión, desestimada
Durante la investigación, también se logró desestimar el intento del femicida de culpar a Tamara por sus propias lesiones. En primer lugar, fueron claves las declaraciones de las dos hijas más grades de Quiróz, de 12 y 16 años en el momento del ataque. En segundo lugar, se tuvo en cuenta la zona en la que Tamara tuvo las heridas. La mujer no presentaba quemaduras ni en el pelo ni en la espalda y el área con mayor afectación era el pecho, por lo que se dedujo que el ataque vino de un tercero.
Desde la fiscalía indicaron que el condenado declaró que ella le dijo que se iba a vengar de él y luego se roció con combustible, una historia que desde el inicio fue contradictoria. Además, indicaron que Tamara siempre aseguró que Sárate la había atacado y en ninguna oportunidad se retractó. “Me quemó él”, le dijo a la primera enfermera del 107 Emergencias que la atendió y luego lo declaró en la entrevista con la fiscalía al salir de su primera internación.
Autora: Thamina Habichayn