Política

Mudallel: "Que nuestras voces sean escuchadas es una lucha colectiva"

Jorgelina Mudallel, actual concejala y precandidata de la lista Hacemos Santa Fe, charló con Periódicas sobre su trayectoria y cómo el rol de las mujeres en la política fue cambiando a través de los años.

Foto: Prensa Jorgelina Mudallel.

La actual concejala Jorgelina Mudallel encabeza la lista de precandidatos al Concejo de la ciudad capital por “Hacemos Santa Fe”, espacio que cuenta con el respaldo del gobernador de la provincia Omar Perotti. Periódicas charló con la edila para conocer su trayectoria dentro de la política partidaria, los desafíos que como mujer joven tuvo que atravesar en el ámbito político y sobre cuáles son los desafíos y propuestas que se plantea en el caso de poder continuar, tras las elecciones, en el cuerpo legislativo. 

— ¿Cómo comenzaste a militar y cómo eso disparó luego tu carrera política?

— Miro hacia atrás y ahora puedo ver lo que hice, antes no me daba cuenta. Fui a la Escuela Sagrado Corazón y allí comencé a participar del Movimiento Eucarístico Infantil, luego en sexto grado en el Movimiento Eucarístico Juvenil, allí participé de la formación del Centro de Estudiantes del Colegio, donde yo estaba a cargo de la Secretaría de Cultura y Eventos. En 2003 me inundé y me cambié de escuela porque le planteé a mi mamá que quería estudiar Humanidades y Ciencias Sociales y empecé en el Comercial. Escuela nueva e inundación, fue un punto de inflexión, y como me fui a vivir de una tía que vivía a la vuelta del Nacional fui voluntaria en el centro de evacuados, siempre estuve metida en esos ámbitos. La vocación social me encantaba, de chica iba al centro de jubilados con mi abuela; mis viejos estuvieron en el Club Newell´s en mi barrio, donde mi papá era técnico. Siempre me inculcaron, pienso, el participar, meterme, involucrarme si quería cambiar las cosas. Vengo de una familia peronista por herencia, el peronismo atravesó mi familia; sin embargo, mi papá y mi mamá nunca me obligaron a militar, fue algo que adopté. En la facultad, cuando estudié Sociología, acompañaba a la agrupación independiente Andamio, una coalición de compañeros y compañeras. Luego de la muerte de Néstor me sentí interpelada por comenzar a militar dentro de una estructura político partidaria que fue el Justicialismo. Tenía 21 años, comencé militando en copas de leche, apoyo escolar, que es el primer vínculo que una tiene con la acción social en sí. En 2013 me fui a San Pablo con una beca y cuando volví, en 2014, me propusieron participar del armado de una lista joven y comenzamos. Se votó que yo encabece la lista y hubo conflictos al interior del peronismo, con dirigentes históricos y de más edad. Fue otro punto de inflexión, y fundamos “Me gusta Santa Fe”, que es mi espacio dentro de la ciudad, ahora dentro de “Hacemos Santa Fe”. Posteriormente, el entonces diputado Omar Perotti me dio su apoyo y allí, a fines de 2014, fue mi llegada al perottismo.

— En ese momento rompiste con la estructura de dinosaurios políticos. Siendo una mujer joven, ¿cómo fue abrirte paso entre ellos? ¿Notaste resistencia hacia tu figura?

Noté un montón el machismo marcado por ser mujer y joven, era como que se me reían. Usábamos cosas impensadas para la campaña, como selfies. En ese momento, fue un quiebre nuestra campaña, era novedoso. Sacamos casi ocho mil votos en 2015, que fue mucho porque no teníamos un apoyo grande, era más autogestivo. Cuando fuimos al PJ a presentar la lista, éramos los pendejos rebeldes, nos decían de todo. Un compañero me dijo que habían ido a presentar una lista de verdad, fue chocante, pero les ganamos, nosotros salimos terceros y ellos cuartos. Fue un triunfo no en términos electorales pero sí en expectativas, fue una consagración de mi figura en el peronismo. En ese momento Perotti me planteó que quería que fuera la secretaria General de la Juventud Peronista de la provincia, fui elegida y fue difícil. Allí, por la pandemia que extendió todo, estuve hasta los 31 años. En 2017, Marcos Castelló me pidió que lo acompañe en la lista porque era la primera experiencia de paridad, quedé en tercer lugar, que no era el mío sino del Gato Wagner pero por el cupo entré yo. Cuando Marcos fue electo senador asumí su banca en el Concejo. En 2015 ser mujer y ser joven era ser subestimada, lo viví durante mucho tiempo, aunque desde mi espacio me sentía acompañada. Pero debemos reconocer que la mesa chica es de los varones, aunque eso va cambiando, tenemos que seguir rompiendo estereotipos. También hay resistencia a la paridad, sobre todo de gente que no comprende la demanda social, el momento histórico y la trayectoria de todas las conquistas de las mujeres a partir de nuestra lucha en la ampliación de derechos, creo que es algo que se da hacia el interior de todos los espacios políticos. Debo reconocer que cuando Perotti asumió lo hizo rodeado de prejuicios, sobre un montón de situaciones que fue revirtiendo en los hechos a partir de decisiones que tienen que ver con trabajar con quienes entienden de esos temas. Un ejemplo es la creación del Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad de la provincia. Cuando pasó lo del voto del aborto, en ese momento él tenía una idea que era buscar un piso más alto e ir antes por la ILE que por la IVE, algunos los apoyaban y otros no, yo disentía pero respetaba su concepción; el tema del aborto atravesó a todos los partidos y no fue homogéneo.

Foto: Prensa Jorgelina Mudallel

— De acuerdo a tu experiencia, ¿hubo un cambio en el rol de las mujeres en la política, son más escuchadas ahora?

— Hubo un cambio ciento por ciento. En su participación, en la concepción hacia su visión y lo que plantea. Antes todos opinaban sobre las políticas que las mujeres necesitaban, ahora lo hacemos nosotras, no necesitamos que hablen y piensen por nosotras. Antes, las políticas de derechos hacia nosotras las elaboraban los hombres, ahora no. En este punto vuelvo a destacar la creación del Ministerio, porque la figura de Celia Arena, que siempre lo acompañó a Omar, fue y es muy importante, él siempre la escuchó y de alguna manera siempre se hizo escuchar y se destacó en un ámbito de varones. Ahora somos muchas más en el ámbito político, las cabezas de listas de los principales partidos somos mujeres. Es un claro ejemplo del avance hacia una sociedad más igualitaria. En el Concejo presenté muchos proyectos, por ejemplo, que el Presupuesto sea hecho con perspectiva de género, que atraviese todas las secretarías y direcciones del Municipio, y no me dieron pelota. Lo importante de este tipo de problemáticas es que podemos unificar el trabajo con concejalas de otros partidos y no hay diferencia allí, unificamos muchas propuestas. Tenemos en claro que somos mujeres contemporáneas, lo que cambia la visión del Concejo. Un ejemplo es el proyecto de Gestión Menstrual de Laura Mondino, sobre el que ahora presenté un pedido de informes porque creo que no está siendo una política pública de acceso real. Son temas que tenemos que trabajarlos de manera transversal a los partidos políticos, entendiendo que estamos todas involucradas en los avances que tengamos a partir nuestros roles como mujeres en la política, de nuestras voces, que sean escuchadas; es una lucha colectiva y lo demostramos en los proyectos de género que presentamos. También presenté una iniciativa para la instalación de lactarios en las dependencias municipales que se aprobó pero aún no se concretó, tanto para las trabajadoras y personas gestantes que trabajen o vayan a hacer trámites. 

— Haciendo un repaso sobre los proyectos que presentaste, ¿qué creés que falta y cuáles son tus metas en el caso de seguir en el Concejo?

— Creo que faltan políticas públicas que atraviesen a la sociedad. Al Programa de Gestión Menstrual lo acompaño, es necesario hablar de menstruación y que las mujeres de los sectores más vulnerables tengan acceso a productos que son caros; pero creo que hay que ir más allá de eso, como instalar el uso de la copita menstrual, que es accesible, se puede hervir, no contamina, dura en el tiempo, creo que hay que ir por ahí más que por la toallita, hay que instalar el cambio. Hicimos un pedido de informe pero no tuvimos respuestas y queremos saber cómo funciona para proponer avances en ese sentido, no hay que ir para atrás. Hay que hablar con los laboratorios porque creo que a partir de una buena gestión municipal se puede conseguir y distribuir. También presenté la línea gratuita exclusiva para que mujeres y disidencias que atraviesan violencia de género no sean derivadas. El 0800 del municipio está detonado porque ahí recaen todas las problemáticas. Tiene que ser una línea exclusiva para que llamen y que a la primera respuesta sepan que serán atendidas y no atraviesen toda la burocracia horrenda que hay en torno a la recorrida de la denuncia y al acompañamiento; más allá de los avances en cuanto a los derechos hacia las mujeres y diversidades, sigue siendo complejo, como trabajar con la policía que tiene una estructura conservadora. A eso hay que lucharlo en la diaria, no está saldado, es algo que ya se utiliza en Rosario, no inventamos la pólvora y creo que es algo que tenemos que hacer. Lo mismo en torno a las líneas de WhatsApp para denunciar, pedí campañas de concientización y un proyecto para pedirle a los comercios que están dentro del Registro de Inspección del Municipio que tengan cartelería que indique dónde llamar en casos de violencia de género. Nos plantearon que no era posible. Para mí todas las políticas que apunten a la problemática de la violencia y la discriminación por motivo de género hay que trabajarlas en forma seria e ir por todo, hay que agotar todas las instancias. Quiero concretar todo lo que presentamos y de lo que aún no tuvimos respuestas, como la concientización de la violencia en los noviazgos. Las luchas se tienen que seguir dando, como la ESI en las escuelas, tenemos que meternos bien fuerte, tenemos que garantizarla. Es fundamental que las pibas jóvenes que tienen su primera experiencia sexoafectiva estén concientizadas, sobre todo en los sectores más populares

Foto: Prensa Jorgelina Mudallel

— ¿Cuáles pensás que son las necesidades de las mujeres de esos barrios más vulnerados y qué creés que se puede hacer por ellas?

— Estoy trabajando con el Ministerio de Género en el Programa Acompañar de Nación, que gestiona la Provincia. Armo las charlas en los territorios y ellos bajan la política pública, hacen las entrevistas interdisciplinarias para que sepan que hay programas para acompañarlas. Falta la independencia económica, que es la condición sine qua non para que una mujer pueda desarrollar su vida e irse y llegar a la ansiada libertad; las condiciones socio-económicas no le permiten escapar de la persona que las abusa, que las agrede. Por eso hay que pensar políticas para que el Estado garantice un acompañamiento económico, y también la educación, porque hay estereotipos que son difíciles de romper. Eso es fundamental para intervenir en territorios populares que tienen toda su estructura armada a partir de concepciones, ahí el Estado debe estar presente dando herramientas.

— Como mujer de la política que fue creciendo en ese ámbito, ¿cuáles son los desafíos que te planteas de aquí en adelante?

— Soy una militante social y territorial, eso va a ser siempre, sea o no concejala, que es lo que soy ahora e intento renovar. Quiero trabajar por la ciudad de Santa Fe a partir de la mirada de la justicia social, que busca igualar oportunidades y ampliar derechos para las mujeres y diversidades, para las juventudes. Todos los temas vinculados a la ampliación de derechos hay que trabajarlos integralmente, agotando todos los recursos. Quiero romper con los estereotipos de un montón de temas que siempre fueron tabú para las mujeres, que generaron que ocupemos lugares estereotipados acompañando siempre al hombre, siempre atrás o al costado. Desde mi experiencia, muchas veces me sentí subestimada por mi condición de mujer joven, luego por estar rodeada de varones, de pedir permiso; pero rompí con todos los estereotipos, para muchos sigo siendo la loca pero no me importa, estoy convencida de que quiero estar acá para hacer algo útil, si no lo puedo hacer desde mi rol de concejala lo hago igual, articulando y resolviendo. Generar políticas públicas que se vean, agotando todas las instancias que tenemos; esa es mi bandera, trabajar en pos de la ampliación de derechos y de una sociedad más igualitaria.