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¿Qué más hace falta para que se tomen en serio la violencia digital?

Hay leyes a nivel nacional y provincial que regulan los entornos digitales y la problemática, además, se coló este año en la reforma de la Constitución de Santa Fe. Pero parece que eso no garantiza seguridad. La semana pasada un hombre fue condenado por crear videos pornográficos deepfake, o ultrafalsificaciones, usando las imágenes de 80 mujeres del sur de la provincia. La condena por los daños que provocó fue una multa de 800 mil pesos. ¿Son joda?
Victoria Stéfano
wikimedia y periodismo
Autora: Titi Nicola CC BY SA 4.0

La semana pasada se conoció la condena hacia un hombre de San Jerónimo Sud por crear videos pornográficos con deepfake utilizando la imagen de más de 80 mujeres de la misma ciudad y de localidades aledañas.

La condena en cuestión, que fue motorizada por la iniciativa de apenas 18 de las afectadas y sostenida por no más de seis de éstas durante dos años de proceso, terminó en una multa total de 800 mil pesos en concepto de reparación.

El gusto a poco del resultado deja entrever los baches en la legislación vigente frente a estas realidades. Y no es que falten insumos para construir marcos legales, lo que falta es que esta realidad afecte tanto a los varones como a nosotras para que se la empiecen a tomar más en serio.

Datos

Según datos relevados por la Organización de Naciones Unidas en 2024, 73% de las mujeres que acceden a el universo digital ha presenciado alguna forma de violencia basada en el género facilitada por la tecnología. Y de la totalidad, el 43% ha sido objeto de esa violencia.

De acuerdo a otro informe del mismo organismo, las mujeres más expuestas a este tipo de violencias son las que toman voz pública en redes sociales: las periodistas, las defensoras de los derechos humanos, las políticas, las activistas feministas, las jóvenes que tienen mayor presencia en línea y las que cuestionan las normas de género y las estructuras patriarcales. Y de estas se destaca un grupo particular que son las mujeres que acceden a internet sin alfabetización digital, lo que las hace particularmente vulnerables.

¿De qué se tratan las violencias basadas en género facilitadas por la tecnología (VBG-FT)? Para el órgano supranacional, las VBG-FT consisten en la utilización de herramientas y entornos digitales para someter a mujeres y niñas a abusos, discursos de odio, daños, control, acoso y violencia, siempre leídas dentro de la desigualdad estructural y las normas discriminatorias por género.

Pero también entra, dentro del paraguas de estas violencias, el crecimiento de lo que se denomina como machósfera o manósfera, que son espacios digitales que promueven la hipermasculinidad, un estereotipo extremo de masculinidad violenta, de mano de la difusión de estereotipos misóginos a través de distintos lenguajes digitales, con alto nivel de incidencia entre las juventudes y adolescencias, promoviendo y perpetuando las violencias hacia mujeres y niñas.

Un nuevo hito en el avance de las VBG-FT es en el campo del desarrollo de la Inteligencia Artificial Generativa, que refuerza, por su sesgo constitutivo, los estereotipos de género y la misoginia, y también se utiliza como una de las herramientas para ejercer nuevas formas de violencia a través de su uso para la creación de imágenes y vídeos diseminados masivamente y sin censura en las plataformas digitales.

Según el último informe de ONU, los datos indican que "esas tendencias, además de influir en la comisión de actos de violencia en línea, también están vinculadas con la violencia fuera de Internet, incluidos los asesinatos por motivo de género o los feminicidios".

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Nuevas formas, viejas prácticas

Entre los tipos identificables de ataques se encuentran las coerciones de una persona hacia otra, tanto de agresores anónimos como conocidos, con el fin de afectar la integridad. Algunos de estos son:

  • el doxing, que constituye la difusión de datos privados,
  • el cibercontrol u online stalking, que es el control sobre la conducta de redes de una persona,
  • el ciberhostigamiento, ciberacoso o ciberbullying, a través de amenazas físicas o sexuales en forma privada o pública,
  • la pornovenganza o difusión de contenido íntimo individual sin consentimiento,
  • el grooming o contacto digital de adultos hacia menores que atenta contra su integridad sexual,
  • el pishing o suplantación de identidad,
  • las ultrafalsificaciones pornográficas u otro tipo de videos deepfake que desinforman deliberadamente,
  • y redes de distribución de materiales de abuso sexual infantil.

Otra de las aristas de la problemática son las agresiones sistemáticas y coordinadas, a veces impulsadas y financiadas con fines políticos o ideológicos a través del uso de granjas de trolls, particularmente direccionadas hacia mujeres y niñas con visibilidad pública.

El mismo informe de ONU plantea las dificultades de establecer regulaciones legales que promuevan espacios digitales más seguros para mujeres y niñas, considerando el avance y desarrollo permanente de nuevas plataformas y diversas tecnologías u lenguajes utilizados para reafirmar las desigualdades y violencias basadas en el género.

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violencia digital
Autora: Titi Nicola | CC-BY-SA-4.0

La violencia digital en la legislación local

En Santa Fe, la necesidad de regulaciones sobre la seguridad en los entornos digitales fue incluida en la Reforma de la Constitución provincial, previendo la necesidad de un marco normativo en este sentido.

Precedente a esa decisión se sancionó el año pasado la ley provincial 14.297 que penaliza, a través del Código de Convivencia, muchas de estas violencias.

En el país

Y a nivel nacional existe desde 2023 la “Ley Olimpia”, que incorpora la violencia contra mujeres en entornos digitales a la Ley 26.485 como una modalidad de violencia de género.

Esta legislación prevé una serie de medidas cautelares de protección que puede dictar la Justicia, entre ellas, ordenar que las plataformas digitales quiten los contenidos que generan la violencia.

En el mismo sentido, la ley penaliza toda acción asistida por tecnologías digitales "con el objeto de causar daños físicos, psicológicos, económicos, sexuales o morales tanto en el ámbito privado como en el público a ellas o su grupo familiar".

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A nivel internacional

A través del Pacto Digital Global, aprobado en la Cumbre del Futuro, que se celebró en septiembre de 2024, la Organización Mundial de Naciones Unidas consensuó con todos los Estados miembro la necesidad de adecuar sus marcos normativos en lo relativo a la violencia contra las mujeres y las niñas facilitada por la tecnología.

¿Qué más hace falta para que se tomen en serio las violencias digitales?